Ólafsdóttir, Audur Ava: Rosa candida. Alfaguara, Madrid, 2011 (edición original de 2007). 271 páginas. Traducción de Enrique Bernárdez. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Hacía tiempo que no leía una novela tan fresca, deslumbrante, intimista y colorista. El otro día fuimos Cristina y yo a una librería y veo que compra dos ejemplares. Sí, dos. Me dijo que era una novela que se la había recomendado Dolores y que, por principio, tenía que ser buena, tan buena que le regalase una a mi madre. Así lo hice. Y ahora que escribo a pie de cama de hospital, y que he tenido tiempo de sobra para leer, reconozco dos cosas: primero, que la novela es espectacular. Segundo, que a mi madre le va a encantar en cuanto tenga fuerzas para leer.
Antes de hablar de la novela, tengo que reconocer ante vosotros que desconozco por completo la literatura islandesa. No sabría decir el nombre de ningún autor islandés de toda su historia. Y seguro que será muy rica y variada. No lo pongo en duda. Pero está claro que no se puede saber de todo. En cualquier caso, sí me aventuro a decir que mi primer contacto con la narrativa islandesa ha sido una maravilla.
Trasteando por Internet, de Ólafsdóttir solamente he descubierto que nació en Reikiavik en 1958. Es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Islandia y directora del Museo de la Universidad de Islandia. Además de la novela que estamos comentando, es autora de las novelas Upphakkud (Tierra levantada, 1998) y Rigning i nóvember (Lluvia de noviembre, 2004). Esta última novela ha sido publicada en castellano hace pocas semanas con el título de La mujer es una isla, también en Alfaguara. Con Rosa candida ha obtenido muchísimos premios, tanto en Islandia como en Francia o Canadá. A juzgar por las pilas de libros que he visto de esta autora en varias librerías, me atrevería a decir que en España está teniendo muchísimo éxito. Como ya dije más arriba, creo que merecido.
Hacía tiempo que no leía una novela tan fresca, deslumbrante, intimista y colorista. El otro día fuimos Cristina y yo a una librería y veo que compra dos ejemplares. Sí, dos. Me dijo que era una novela que se la había recomendado Dolores y que, por principio, tenía que ser buena, tan buena que le regalase una a mi madre. Así lo hice. Y ahora que escribo a pie de cama de hospital, y que he tenido tiempo de sobra para leer, reconozco dos cosas: primero, que la novela es espectacular. Segundo, que a mi madre le va a encantar en cuanto tenga fuerzas para leer.
Antes de hablar de la novela, tengo que reconocer ante vosotros que desconozco por completo la literatura islandesa. No sabría decir el nombre de ningún autor islandés de toda su historia. Y seguro que será muy rica y variada. No lo pongo en duda. Pero está claro que no se puede saber de todo. En cualquier caso, sí me aventuro a decir que mi primer contacto con la narrativa islandesa ha sido una maravilla.
Trasteando por Internet, de Ólafsdóttir solamente he descubierto que nació en Reikiavik en 1958. Es profesora de Historia del Arte en la Universidad de Islandia y directora del Museo de la Universidad de Islandia. Además de la novela que estamos comentando, es autora de las novelas Upphakkud (Tierra levantada, 1998) y Rigning i nóvember (Lluvia de noviembre, 2004). Esta última novela ha sido publicada en castellano hace pocas semanas con el título de La mujer es una isla, también en Alfaguara. Con Rosa candida ha obtenido muchísimos premios, tanto en Islandia como en Francia o Canadá. A juzgar por las pilas de libros que he visto de esta autora en varias librerías, me atrevería a decir que en España está teniendo muchísimo éxito. Como ya dije más arriba, creo que merecido.