Os quiero presentar un texto muy significativo para mí que me ayuda a entender uno de los problemas fundamentales a los que tiene que enfrentarse el ser humano en su día a día: el sufrimiento. Curso tras curso, este tema sale reiteradas veces en mis clases como un problema al que los alumnos no encuentran solución. Si Dios existe, ¿por qué tolera el sufrimiento? ¿Por qué no nos lo evita? Incluso hay quien habla del absurdo del sufrimiento, del mal en el mundo... y lo utiliza como argumento para concluir que Dios no existe. Yo no pretendo solucionarles el conflicto (el cual, por otra parte, reconozco que me supera muchas veces en lo concreto), simplemente les acompaño en la búsqueda de un sentido último.
"Un día, al volver del trabajo, vimos tres horcas levantadas en el recinto de llamada, tres cuervos negros. Llamada. Los SS, a nuestro alrededor, con las metralletas apuntándonos: la ceremonia tradicional. Tres condenados encadenados y, entre ellos, un pequeño, el ángel de ojos tristes.