Rodríguez Olaizola, José María: En tierra de nadie. Sal Terrae, Santander, 2006. 104 páginas. Comentario realizado por Juan Antonio Irazabal.
Dentro de un género que se podría calificar de confesiones autobiográficas, el autor (jesuita, teólogo y sociólogo) describe la situación de los que viven en tierra de nadie. Son quienes reconocen que no tienen todas las respuestas, experimentan la duda y la fe, el amor a la Iglesia y la percepción de sus contradicciones, la crítica y la acogida.
La «tierra de nadie» que aquí se describe es un espacio limitado por tres vértices: el de los militantes de la fe, el de los activistas cristianos y el de los militantes anti-Iglesia. Los primeros optan por una estrategia defensiva, los segundos por la transformación social y la renovación de la Iglesia, mientras que para los terceros lo políticamente correcto es no creer. En medio quedan los que no se sienten en paz con declaraciones tajantes, pero no dejan de experimentar el desasosiego, la rebeldía y la indignación. Les mantiene la esperanza de que el grano de trigo enterrado seguirá germinando sin ruido.
Dentro de un género que se podría calificar de confesiones autobiográficas, el autor (jesuita, teólogo y sociólogo) describe la situación de los que viven en tierra de nadie. Son quienes reconocen que no tienen todas las respuestas, experimentan la duda y la fe, el amor a la Iglesia y la percepción de sus contradicciones, la crítica y la acogida.
La «tierra de nadie» que aquí se describe es un espacio limitado por tres vértices: el de los militantes de la fe, el de los activistas cristianos y el de los militantes anti-Iglesia. Los primeros optan por una estrategia defensiva, los segundos por la transformación social y la renovación de la Iglesia, mientras que para los terceros lo políticamente correcto es no creer. En medio quedan los que no se sienten en paz con declaraciones tajantes, pero no dejan de experimentar el desasosiego, la rebeldía y la indignación. Les mantiene la esperanza de que el grano de trigo enterrado seguirá germinando sin ruido.
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