Domínguez Morano, Carlos: Experiencia cristiana y psicoanálisis. Sal Terrae, Santander, 2006. 256 páginas. Comentario realizado por Óscar Ávila Pardo.
Muchas veces vemos como contradictorias las experiencias del cristianismo y el psicoanálisis. No es difícil evocar las críticas que la Iglesia ha hecho al psicoanálisis y la ridiculización de la experiencia cristiana que hacen muchos psicoanalistas. Por eso es de saludar la obra que tenemos en nuestras manos, un libro que quiere dar una respuesta psicoanalítica a la experiencia cristiana, en el que el autor nos abre las expectativas de un modo incisivo, dando respuestas a cuestiones fundamentales de la fe.
El libro está articulado en dos partes. En la primera, nos plantea la experiencia religiosa y las respuestas y ayudas que el psicoanálisis puede dar. Toca cuatro temas fundamentales de la fe como son: la paternidad de Dios, la culpa y su reparación, la figura de María y la sexualidad, institución e imagen de Dios. En cada una de estas partes hace una reflexión psicoanalítica profunda que cuestiona el hecho religioso. Estos cuestionamientos no ridiculizan la experiencia como tal, por el contrario ayudan a profundizarla haciéndola más madura y reflexiva.
En la segunda parte del libro, el autor efectúa un pequeño giro, puesto que parte de la experiencia de fe y la respuesta que el psicoanálisis puede dar. Son seis las temáticas en las que profundiza: la religiosidad y las psicopatologías, los místicos y profetas, la fe en el laberinto de los deseos, ayudas y trampas de la religión frente a la angustia, la humanización de la fe y el despojo y las aperturas. En cada uno de los capítulos se ofrece una ayuda para profundizar en la experiencia religiosa, mirándola con verdad y reconociendo en cada caso aquellos elementos que el psicoanálisis ayuda a entender, para huir del engaño que a menudo lleva a caer en una falsa interpretación de la fe.
Si en la presentación que de este libro hace el mismo autor se deja claro que lo que se ofrece es una compilación de varios artículos escritos anteriormente y por lo tanto concebidos cada uno en sí mismo, esto no es un problema. Lo que podría significar una complicación no lo es, puesto que dada la articulación de cada parte, el resultado hace que la lectura sea fluida.
Una virtud a destacar es que el autor, a pesar de abordar una temática compleja y de difícil conceptualización, se ocupa de explicar con mucha claridad los conceptos psicoanalíticos de manera que resulten sencillos aun para gente no especializada. Lo mismo ocurre en los planteamientos teológicos. Esto hace que el libro resulte de fácil comprensión y se sitúe al alcance de cualquier lector que se interese por esta temática.
El trabajo puede ayudar a los lectores a hacer de la propia experiencia religiosa una experiencia de crecimiento y maduración de la fe, sin temores a cuestionamientos profundos que pueden venir de otras experiencias de vida. El convencimiento que lo inspira sobre la aportación que las ciencias humanas, en especial la psicología, pueden traer al crecimiento humano, queda patente al lector que inicia su lectura.
Ubicando este libro en el contexto de los 150 años del nacimiento de Sigmund Freud, resulta un testimonio importante de que lo que en el origen era algo irreconciliable, fe y psicoanálisis, se puede entender hoy como algo no sólo conciliable sino beneficioso.
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