lunes, 15 de abril de 2019

Germán López-Cortacans: Creados a su imagen. Por Ana Berástegui

López-Cortacans, Germán: Creados a su imagen. La Imago Dei en las personas con discapacidad intelectual. PS, Madrid, 2018. 155 páginas. Comentario realizado por Ana Berástegui (presidenta de la Asociación Fe y Luz España y coordinadora de la Provincia de Terra et Mare; directora de la Cátedra de Familia y Discapacidad de la Universidad Comillas).

Cuando este libro cayó en mis manos, inmediatamente me puse a leerlo, dado su interés para mí, y me planteé hacer una reseña para este blog. Sin embargo, al leer el prólogo de Ana Berástegui, tomé conciencia de que no sería capaz de superar la presentación que ella hace del libro. Por este motivo, me tomé la licencia de pedirle a Ana que me permitiera transcribir su prólogo tal cual, a lo que ella me contestó afirmativamente. Gracias, Ana, y gracias, Germán, por este regalo de libro. Confío en que mucha gente tenga la oportunidad de leerlo y de acercarse a una realidad que está ahí: las personas con una discapacidad también han sido creadas a imagen y semejanza de Dios. [Nota del administrador.]

Las personas con discapacidad y muy especialmente las personas con discapacidad intelectual han sido durante muchos años excluidas de las sociedades, de las Iglesias y de las familias. A pesar de un progresivo movimiento en favor del reconocimiento de la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad, que tuvo como hito fundamental la entrada en vigor de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en 2008, este movimiento es incompleto, no habiendo alcanzado por igual a todos los ámbitos personales, comunitarios y sociales.

En los países occidentales, los últimos 50 años se han hecho verdaderamente esfuerzos en el reconocimiento y cobertura de lo que se consideran necesidades básicas de la persona con discapacidad, generándose grandes avances en el ámbito sanitario, educativo y social. Sin embargo, la atención a otras necesidades que no se han considerado básicas o universales, como la importancia de cuidar la vida espiritual de las personas con discapacidad y su lugar en las Iglesias, ha sido una cuestión largamente desatendida. Se ha categorizado a las personas con discapacidad como menos personas, menos humanas, menos capaces de desarrollar lo que se considera "más elevado" en el ser humano. La exclusión de los sacramentos, de la participación eclesial, de la comunidad o de la profundización espiritual ha sido una consecuencia de esa mirada que, al estar desespiritualizada, está también deshumanizada en su sentido más integral. Gracias a Dios se empiezan a dar pasos firmes en este sentido, como prueba el número de la Revista de Teología Pastoral Sal Terrae dedicado a la "Discapacidad intelectual y espiritualidad" en junio de 2018 o la Guía para la acogida eclesial "La persona con discapacidad y su lugar en la Iglesia", publicada recientemente por el arzobispado de Madrid.

Por otro lado, alguna de las conquistas sociales se ha promovido argumentando que las personas con discapacidad tienen que ser aceptadas porque tienen capacidades como todos los demás, o más recientemente, porque tienen capacidades diferentes o capacidades especiales que deben ser aprovechadas. Siendo esto cierto, y siendo una gran pérdida no contar con lo mucho y lo diverso que pueden aportar las personas con discapacidad a la sociedad, su lugar en la misma no debe depender de esta aportación sino de su propia dignidad como personas. Las personas con discapacidad no tienen valor por lo que aportan sino por lo que son. ¿Y de dónde viene esta dignidad? ¿Qué convierte a las personas con o sin discapacidad en personas?

Germán López-Cortacans, en este valiente ensayo que usted tiene entre manos, se enfrenta al reto de utilizar la reflexión teológica para fundamentar esta dignidad y reclamar el lugar de las personas con discapacidad intelectual en las Iglesias apoyándose en el concepto de la Imago Dei. Toda persona, también las personas con discapacidad, están creadas a imagen y semejanza de Dios y llamadas a tener una relación con él. Para ello explora el concepto de la Imago Dei a través de las Escrituras y de la historia de la teología y trata de conjugarlo con las escasísimas referencias que hay sobre teología y discapacidad. Lamentablemente, la discapacidad intelectual también ha quedado excluida durante demasiado tiempo del discurso teológico.

Lo que aporta este escrito es un cambio de mirada sobre la persona con discapacidad intelectual, que alcanza desde ella a cualquier otra persona en la universal vulnerabilidad y dependencia del ser humano. La persona lo es por su capacidad de relacionarse con Dios: porque es tocada y mirada por Dios, porque reconoce a Dios como papá, porque puede mirar cara a cara a los otros. Y en eso niños y adultos, mujeres y hombres, personas con discapacidad intelectual y sin ella somos iguales. Esta es la decisiva tesis propuesta y fundamentada en este estudio.

Dios creó a la mujer y al hombre con discapacidad, a su imagen los creó y vio Dios que eran buenos. Así lo expresa una amiga con una parálisis fuerte en medio cuerpo: "Dios me ha hecho así y Dios nunca se equivoca. Me gusta como soy. Tengo una forma especial de andar, nadie anda como yo".

Esta nueva mirada sobre la discapacidad intelectual nos llama a reconocer la dignidad de la persona con discapacidad en todos los ámbitos de la vida: el derecho a nacer, a recibir la adecuada atención sanitaria, a recibir una educación de calidad, a participar social y políticamente y a que se realicen los ajustes necesarios para poder acceder a estos derechos en condiciones de equidad. El respeto por la dignidad de la persona con discapacidad debe ser independiente de sus capacidades y habilidades, que por supuesto han de ser promovidas y reconocidas. El respeto a la dignidad de la persona con discapacidad debe incluir el cultivo de su dimensión espiritual y debe llegar a las Iglesias, a los procesos pastorales, a las oportunidades de desarrollo espiritual. Hay que encontrar los caminos y los lenguajes para que las personas con discapacidad puedan profundizar en la relación con el Dios que les busca, que les llama uno por uno y que les ama. Creo que este libro es un paso más en este proceso de reconocimiento.

Junto a esta propuesta, que recorre la línea argumental del escrito, podemos leer entre líneas, la audaz afirmación de que el encuentro con la persona con discapacidad intelectual es un espacio privilegiado de encuentro con Dios. Esta intuición guió a Jean Vanier a fundar las comunidades del Arca y, posteriormente, con Marie-Hélène Mathieu, las comunidades de Fe y Luz a las que pertenezco y que hoy reúnen a más de 1.500 comunidades a lo largo y ancho del mundo.

En mi experiencia de vida al lado de personas con discapacidad intelectual en Fe y Luz he ido descubriéndolas a cada una de ellas, sus diferencias, el carácter único de cada una, su aportación particularísima, sus sueños, su vocación... También he podido ir conociéndome a mí misma, mis heridas, mi limitación, mi necesidad de otros, mis discapacidades; he descubierto la belleza que se esconde en la vulnerabilidad y que en esa vulnerabilidad se manifiesta Dios. El concepto relacional de la Imago Dei no solo afecta a las personas con discapacidad sino a todos en nuestra discapacidad.

Pero al hilo del contenido de este libro, quizás el hallazgo más sorprendente ha sido descubrir mejor quién es Dios. Si Dios nos crea vulnerables, y nos crea a su imagen y semejanza, quizás mirando a las personas más vulnerables podamos conocer mejor a Dios y así, en algún sentido misterioso, afirmar que Dios "tiene discapacidad intelectual": Él no sabe llevar las cuentas, es lento y no tiene prisa, muchas veces se expresa sin palabras, parece que lo que más le importa son las personas, le gusta más estar que hacer, no es del todo previsible y su Espíritu "sopla donde quiere", no se olvida de los que ama y nos necesita para poder desarrollar su plan.

"Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla" (Mt 11,25). Gracias, Germán López-Cortacans por ayudarnos a cambiar la mirada sobre las personas con discapacidad, sobre nosotros como criaturas de Dios y sobre Dios mismo.

Germán López-Cortacans, doctor en Ciencias de la Salud, Universidad Rovira i Virgili, Tarragona. Compagina su trabajo asistencial y el de investigador en salud mental en el Institut Catalá de la Salut, Tarragona. Su interés por la discapacidad intelectual desde el personalismo cristiano y la reflexión teológica fue recogido en su tesis doctoral "La Imago Dei en las personas con discapacidad intelectual", defendida en la Universidad de Murcia. Germán y su familia son miembros de Fe y Luz en Tarragona.

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