Tamayo, Juan José: Teologías del sur. El giro descolonizador. Trotta, Madrid, 2017. 256 páginas. Comentario realizado por Iván Pérez del Río.
En la introducción del libro se apuntan dos realidades que el autor establece como marco de su línea argumental a lo largo del texto y que van en la línea del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos. Por una parte, que Europa y el Norte global están experimentando una situación de cansancio intelectual y político que se manifiesta en su incapacidad para responder de modo creativo a los desafíos de la actualidad. Por otra parte, el Sur global vive un momento de innovación en aquellos campos en los que el Norte global se encuentra paralizado: económico, social, político, institucional, cognitivo.
Surgen muchos cambios de paradigma: en la ciencia, la filosofía y también en la teología. Se trata de un cambio de las premisas que hasta ahora estaban sólidamente asentadas. Por tanto, va más allá de un cambio de una disciplina o teoría concreta. Nos encaminamos a una nueva mirada con la que interpretar lo que ocurre a nuestro alrededor.
Ante una teología dogmática, inamovible, Tamayo ofrece una óptica diferente que nos abre a nuevas maneras de entenderla, de comprenderla y de modificarla. Las teologías del sur postcoloniales, aquellas que han surgido en países oprimidos, cuestionan el sujeto teológico. Estas teologías representan en toda su extensión un cambio de paradigma. Adentrarse en estas teologías desde nuestros parámetros del norte no es cómodo ya que supone abrirse a otros nuevos. Esta teología, dentro del nuevo paradigma al que apuntan las teologías del sur, no es una actividad académica, sino una tarea eminentemente práctica. Siguiendo a Sousa Santos, Tamayo habla del giro descolonizador llevado a cabo por las religiones y sus correspondientes teologías del Sur global. Para él, el colonialismo sigue vivo y activo y la tarea de descolonización afecta especialmente a Europa, que desde siglos constituye el centro del colonialismo moderno.
Por último, el autor considera que la teología y las religiones han de estar abiertas a las nuevas preguntas y desafíos, mirar al futuro evitando dos peligros: olvidar su genealogía o repetir miméticamente su pasado. De lo contrario, perderían toda significación histórica y no intervendrían en los procesos socioculturales de la humanidad con un mensaje ético liberador.
Este es un libro sugerente, un buen instrumento para profundizar en esas teologías olvidadas pero que, cada vez, están cogiendo más fuerza y protagonismo. Las facultades de teología de Europa, cuyo alumnado cada vez más procede de países del sur, deberían integrar estas teologías emergentes y hacer un esfuerzo hacia ese giro descolonizador al que apunta Tamayo. En Europa, la significación de la teología en el conjunto de saberes y en la propia sociedad, está en cuestión. Parece que el camino para que tenga una palabra es con la actitud que se apunta en este libro, abierta y dialogante.
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