lunes, 3 de mayo de 2021

Julián Carrón: ¿Dónde está Dios? Por Santiago García Mourelo

Carrón, Julián: ¿Dónde está Dios? La fe cristiana en tiempos de la gran incertidumbre. Una conversación con Andrea Tornielli. Encuentro, Madrid, 2018. 182 páginas.Traducción de Belén de la Vega Cabrera. Comentario realizado por Santiago García Mourelo.

Este libro-entrevista es fruto de cuatro días de conversaciones entre el vaticanista Andrea Tornielli y el responsable del movimiento “Comunión y Liberación” (CL), el padre don Julián Carrón. En él, el lector no encontrará la historia del movimiento, ni una biografía del padre Carrón, ni tampoco un libro sobre CL. Aunque tiene mucho de cada uno de estos aspectos, las sucesivas entrevistas apuntan hacia un diagnóstico de la situación socio-religiosa actual, así como las respuestas que el movimiento ofrece, siempre remitiéndose a la experiencia fundante del encuentro liberador con Jesucristo.

El libro está estructurado en cinco capítulos. Los dos primeros se centran en la secularización que muchos antes predijeron (De Lubac) y a la que el fundador de CL, Luigi Giussani, trató de responder en sus primeros apostolados. Con realismo y esperanza, Carrón reconoce las dificultades actuales y las ve como una oportunidad para mostrar la alternativa cristiana.

El capítulo tercero condensa una serie de apuntes autobiográficos del protagonista, desde su contexto familiar, su ingreso en el seminario de Madrid, sus primeros destinos apostólicos, su relación con don Giussani, las líneas de investigación de la llamada “Escuela exegética de Madrid”, a la que pertenecía, así como los primeros pasos hacia la presidencia de la Fraternidad del movimiento.

Los capítulos cuarto y quinto, con no escasas preguntas y respuestas comprometedoras, miran e interrogan la realidad de la Fraternidad. En el capítulo cuarto se ofrecen sustanciosas reflexiones sobre la realidad carismática del movimiento: su orientación fundamental, las exigencias en su pertenencia, su lugar en la Iglesia, las veladas acusaciones de integrismo, conservadurismo o tradicionalismo, así como otras iniciativas vinculadas al movimiento (Compañía de las Obras). Todo ello desde el trasfondo de las relaciones Iglesia-sociedad, tanto bajo el modelo de presencia militante como del de presencia capilar y encarnada. El quinto y último capítulo se centra en las relaciones del movimiento con la autoridad de la Iglesia, desde sus inicios diocesanos con el cardenal Martini, hasta los sucesivos papas, centrándose en no pocas llamadas de atención de Francisco acerca de la auto-referencialidad y el neo-pelagianismo, que Julián Carrón comparte sin reservas.

Sin duda es un buen libro para hacerse cargo de la realidad de este movimiento carismático que enriquece a la Iglesia con sus dones.


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