Haya, Vicente: Descolonizar a Jesucristo. Akal, Madrid, 2018. 153 páginas. Comentario realizado por Ianire Angulo Ordorika.
Es difícil acercarnos a la persona de Jesús desarraigándolo de manera artificial de su contexto cultural y religioso. Este libro es un intento de devolverle a la lengua aramea la relevancia y las posibilidades que esta nos puede ofrecer para acercarnos al Jesús histórico. Vicente Haya tiene este legítimo deseo, que se convierte en el punto de partida de sus páginas. Para ello realiza la discutible opción de partir de los evangelios en su versión aramea (fechados en el s. v d.C.) para, desde ese idioma, “descolonizar” culturalmente a Jesús y cuestionar el modo en que este es presentado por la comunidad cristiana, fruto según Haya de malinterpretar sus palabras.
El libro está estructurado en diversas partes que, con títulos algo polémicos, plantean las consecuencias de este modo de acercarse al Galileo. En esta clave afirmará que al descolonizar a Jesús, se le devuelve su condición chamánica, se comprende que fue un libertador, vuelve a ser unitario como un judío y retoma su atribución de guía de los musulmanes. La última parte afirma que Jesús no se comprende sin una cosmovisión semita.
Resulta loable el esfuerzo de Haya por construir puentes para el diálogo entre el Islam y el cristianismo, así como por acercarse culturalmente a Jesús. Pero con frecuencia se centra de tal manera en lo filológico que parece olvidar que la amplitud de significado de los términos no permanece estática entre sus caracteres a lo largo de los siglos, sino que este se lo imprime el cambiante contexto cultural. De hecho, es difícil pensar que la comunidad cristiana arameo-parlante de la que nació la versión bíblica que emplea estuviera de acuerdo con el autor en que Jesús nunca se refiriera al pecado o que no era Dios.
Acercarse a la cosmovisión semita es necesario y urgente, pero desde el conocimiento del Antiguo Testamento y su teología. Este desconocimiento por parte del autor le lleva a afirmaciones erróneas como que el pecado, la expiación o la redención sean “inconcebibles en arameo y desde la sensibilidad de Jesús” (p. 21). En este tipo de afirmaciones se evidencia que el autor remite a estos términos teológicos más desde prejuicios actuales que desde un ahondar sus raíces veterotestamentarias.
Aunque esta obra resulta interesante, abundan en ella los juicios de valor y los prejuicios negativos contra doctrinas cristianas mal comprendidas que muestran el desconocimiento teológico del autor.
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