Rodríguez Olaizola, José María: En tierra de todos. Sal Terrae, Santander, 2020. 214 páginas. Comentario realizado por Ramón Gómez Ruiz (Seminario de Monte Corbán, Cantabria).
¿En tierra de nadie o en tierra de todos? Ambas preguntas son el origen de dos libros publicados por el jesuita José María Rodríguez Olaizola. El primero de ellos, En tierra de nadie, fue publicado hace 15 años, y en él se desgranaban las preguntas de un novel sacerdote sobre la Iglesia y el mundo, y cómo situarse dentro de ella. La gran aceptación y acogida del libro, así como las cambiantes circunstancias de nuestra sociedad, han hecho que el autor vuelva a reflexionar sobre esa tierra de nadie que resulta ser tierra de muchos, donde todos, de una forma u otra, se ven reflejados. José María Rodríguez Olaizola es un jesuita sacerdote natural de Oviedo. Ahora mismo vive y trabaja en Madrid al frente, entre otras realidades, de la plataforma Rezandovoy.
El libro está dividido en dos partes. La primera pretende hacernos saber dónde estamos. Para ello se pregunta por qué imagen de Dios y qué formas de asumir la fe tenemos (fe líquida, fe rígida o líquido-rígida). Así se van haciendo visibles en nuestro mapa muchas personas y realidades que pueden resultar complejas a la hora de reflexionar y situarse dentro de la Iglesia: las mujeres y su papel, homosexuales y personas en situaciones irregulares, sacerdotes que han abandonado el ministerio para contraer matrimonio, la crisis de los abusos… Para terminar la primera parte preguntando: ¿Estuvo Jesús en tierra de nadie?
La segunda parte del libro nos invita a vivir en tierra de nadie de forma real y concreta, sabiendo que la Iglesia es mucho más que lo que nosotros nos podemos imaginar o nos venden. Partiendo de que todos los bautizados somos la Iglesia y no solo los curas, monjas o miembros de la jerarquía, va desgranando grandes temas como la Iglesia como comunidad, la liturgia, el servicio, el testimonio, el papel de la Iglesia en la sociedad y los modos de ser Iglesia en medio de nuestro tiempo, cómo vivir una sana actitud de rebeldía haciendo nuestra la paciencia que, como diría Sta. Teresa de Jesús, “todo lo alcanza”.
Todas las preguntas que se van desmenuzando a lo largo de las 214 páginas del libro son fruto de la experiencia personal y pastoral del autor que se ha preguntado, y ha acompañado a otros en sus preguntas, sobre su lugar en el mundo y, por extensión, en la Iglesia: “Mi lugar en la Iglesia no tiene que ser necesariamente un lugar cómodo o fácil, y mucho menos hecho a mí medida. Pero es el lugar donde puedo abrazar el Evangelio, sentir el amor de un Dios que me acoge, encontrar mi misión para este mundo y compartir ese camino con otros, distintos pero igualmente llamados a vivir desde la fe” (Pág. 209).
Concluye en unas breves líneas exponiendo sus razones para seguir en la Iglesia, la gran pregunta de fondo de toda la reflexión, que muchas veces son las razones de muchos creyentes: “sigo (…) porque esta Iglesia, aunque a ratos me duele, también a ratos me entusiasma (…) sigo porque ya no me imagino viviendo en otro lugar que no sea esta tierra de nadie, de tantos, de todos…” (Pág. 214).
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