Scaraffia, Lucetta: Feminista y cristiana. PPC, Madrid, 2021. 191 páginas. Comentario realizado por Ianire Angulo Ordorika.
La historiadora y periodista italiana Lucetta Scaraffia inaugura con esta obra la colección Sofía de la editorial PPC. El título parece una declaración de principios del conjunto de la colección, pues se busca ofrecer una visión femenina de diversos temas sin que por ello nadie se sienta excluido. Esta visión integradora es el punto de arranque de la autora, que es un referente del feminismo dentro de la Iglesia. En estas páginas ella ofrece su experiencia al frente del primer periódico femenino publicado en el Vaticano y plantea la reflexión que brota de llevar adelante la tarea de dirigir esta publicación durante siete años.
Scaraffia narra cómo Donne Chiesa Mondo, nacida en 2012 al amparo de Benedicto XVI, fue desarrollándose y extendiéndose. Uno de los logros de esta revista, como plantea la autora, fue mantener un sano equilibro entre el sentir católico y el laicismo, así como combinar la visión institucional y la reflexión que brotaba de las “lectoras de a pie”, la mayoría de ellas religiosas. Desde aquí, Lucetta propone tres problemas fundamentales que la jerarquía eclesiástica debería abordar con respecto a las mujeres, especialmente religiosas.
En primer lugar, las dificultades de las religiosas para acceder a un recorrido intelectual del mismo nivel que los varones. Muy unido a esta cuestión se encuentra el segundo problema a abordar, que es la persistencia de un trabajo servil para con los clérigos y, en tercer lugar, los abusos sexuales perpetrados por el clero. En torno a estas tres cuestiones girará el conjunto de su obra. Por más que se hubieran podido plantear otros temas, se trata de problemáticas reales y que han de ser abordadas con decisión.
Como periodista, que no teóloga, Scaraffia no aborda, ni lo pretende, los problemas teológicos que laten debajo de estas situaciones. De hecho, en algunos casos se acentúa tanto la idea de “lucha de poder” que el clericalismo queda reducido a un problema exclusivo de la jerarquía eclesial. Para evitar simplificar un problema complejo, convendría ampliar esta percepción, pues el clericalismo, como afirma el Papa Francisco, es un mal que no solo afecta a los ministros ordenados, sino que puede darse en cualquier vocación cristiana, también entre mujeres.
La Iglesia, en estado siempre de permanente reforma, podrá avanzar en la medida en que se escuchen las voces críticas que, con cariño, se alzan desde dentro de la comunidad. Desde este deseo y sin acritud, Scaraffia anhela que la Iglesia se beneficie del potencial femenino que no se tiene suficientemente en cuenta. Con un formato cómodo y de muy ágil lectura, este libro nos anima a pensar y a posicionarnos.
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