González Faus, José Ignacio: Carta a los humanos. Sal Terrae, Santander, 2020. 103 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Pequeñito pero matón. Así es este libro. Pequeño, pues solo tiene 103 páginas. Matón, pues va a lo nuclear de las consecuencias que el mensaje cristiano tiene para el hombre (en su primera acepción del diccionario de la RAE: ser humano) del siglo XXI como ser individual: la libertad.
Tal y como expone el autor en la introducción, este libro va dirigido a todo ser humano, con independencia de que crea o no, y lo que pretende con él es actualizar el mensaje paulino, reformularlo, con la idea de poder aclararlo. Por este motivo, ha sacrificado la literalidad de la carta de Pablo a la pedagogía, "siguiendo la norma paulina de que la letra mata pero el espíritu vivifica". Con otras palabras, Faus pretende actualizar la carta paulina siendo fiel a las claves de san Pablo, el cual escribió esta carta a una comunidad (la romana) profundamente dividida: por un lado, la parte de los gentiles y, por otra, la de los judíos convertidos al cristianismo, pero a los que les costaba abandonar por completo los ritos y tradiciones judías superadas por Jesús.
La obra se divide en dos partes. La primera es de carácter general sobre la situación humana (capítulos 1-8 del texto paulino). La segunda es una especie de apéndice largo sobre algunas consecuencias prácticas del mensaje que Pablo transmite (capítulos 12-15). En medio hay un largo paréntesis que Pablo creyó necesario insertar para aclarar cuál era la condición del judío no cristiano (capítulos 9-11). En el caso de González Faus, ese paréntesis afecta a "cualquier miembro del género humano que no sea cristiano", para que sepa cómo se le mira desde el cristianismo.
Así las cosas, el autor arranca en su primera parte tocando el tema de la esclavitud humana, de la humanidad sin salida a la nueva vida del creyente en Cristo, para después dedicar la segunda parte a la praxis del hombre libre, la cual se concreta en una comunidad alternativa, que no está exenta de dificultades.
Y Faus nos hace una recomendación. Conviene leer el texto de seguido, pero inicialmente sin hacer demasiado caso a las notas a pie de página, para aligerarlo un poco. Posteriormente, si la curiosidad se vuelve poderosa, se puede iniciar una segunda lectura, esta vez sí con la lectura de todas las notas. La comprensión del texto ser verá enriquecida, y el lector notará cómo todo queda más claro y nítido, y su visión, mucho más profunda.
En fin, libro más que recomendable para todos los que siguen a Jesús con sincero corazón, para aquellos que lo siguen desde la distancia, y también para todos los que se plantean cómo seguirlo y no encuentran una respuesta. Es tan grande la sencillez de esta obra, y la luz que aporta a los que se acercan a ella, que su lectura debe ser tranquila, reflexionada y meditada. En ocasiones, lo sencillo es lo que más toca el corazón.
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