lunes, 16 de junio de 2025

Rosario Paniagua Fernández: Las personas mayores. Por Araceli Paniagua

Paniagua Fernández, Rosario: Las personas mayores. Aproximación a una realidad. Editorial PS, Madrid, 2012. 200 páginas. Comentario realizado por Araceli Paniagua.

Nos encontramos ante una obra oportuna y necesaria por varios motivos, entre ellos el hecho innegable del creciente envejecimiento de la población. El libro, por otra parte, cubre un hueco existente en la actual literatura gerontológica por la diversidad de temáticas abordadas; además, la autora ha sabido conjugar teoría y práctica, desde donde propone líneas de intervención para el desarrollo de unas buenas prácticas gerontológicas. Esta entrega aparece, intencionadamente, en el año 2012, declarado por la Comisión Europea el «Año Internacional del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional». Estos dos ejes vertebran gran parte de la presente obra. 

El prólogo, escrito desde la objetividad académica y desde la empatía personal por el profesor Marciano Vidal, le otorga sin duda un valor indudable al conjunto. Vidal ha sabido captar y expresar sabiamente lo que la autora pretende en sus páginas, extremo favorecido por una larga amistad con la familia de Rosario y por haber desarrollado ambos su trabajo durante muchos años en la Universidad Pontificia Comillas, en las Facultades de Teología y de Ciencias Humanas y Sociales, respectivamente.

A través de las 200 páginas, ordenadas en 11 capítulos, se hace un recorrido por el proceso del envejecimiento; el claroscuro del mismo; hacia la calidad de vida de las personas mayores; la intervención con personas mayores; medidas preventivas ante la violencia a mayores; cuidar y cuidarse, difícil pero posible; cómo afrontar el dolor y la muerte; algunas reflexiones éticas; los mayores, la cultura a todas las edades; voluntariado y personas mayores; y la pastoral de y para mayores.

A modo de síntesis, y a lo largo de los sucesivos capítulos, la autora nos va presentando el imparable fenómeno del envejecimiento, que ha tenido lugar en las últimas décadas del siglo XX y se hará más presente a lo largo del siglo XXI, según las previsiones. Las sociedades desarrolladas y en desarrollo están envejeciendo progresivamente, lo que constituye una gran novedad, pues hasta hace poco tiempo solo envejecían los países desarrollados. 

Pero las personas envejecen de una forma singular, los mayores no constituyen un grupo social homogéneo, y la biología no va aparejada unívocamente a la biografía. Se analiza asimismo la senescencia como envejecimiento saludable y la senectud como envejecimiento con debilidades. Hay una apuesta por el trabajo creativo con los mayores en situación de competencia, para retrasar la aparición de la dependencia y no esperar, para actuar, a que esta se produzca. 

Se aborda el tema de la calidad integral de la vida de los mayores; para que esta se dé hay que contar con una serie de recursos sociales; pero estos no son suficientes: hay que contar asimismo con el reconocimiento, el respeto, la estima, la integración, la participación y las relaciones intergeneracionales con los mayores, pues «el amor y el reconocimiento hacia las personas ejercen unas cualidades escultoras de primer orden», dirá Ortega. 

Uno de los capítulos clave de la obra es el de la intervención con personas mayores. Se plantea en primer lugar la idoneidad para afrontar este trabajo de proximidad. Hoy es fácil encontrar ocupación con este colectivo, que constituye uno de los mayores yacimientos de empleo, lo que se denomina el «euro gris». La percepción que se tenga sobre los mayores tiene que ver con los recuerdos, vivencias y valores; por ello es desaconsejable asumir una tarea para la que no se esté motivado ni capacitado. Se señala la situación relacional de los profesionales y los mayores, la comunicación de calidad, la escucha activa, la creación de una situación positiva. 

Uno de los lados más oscuros de una sociedad es cuando se produce violencia para con algunos de sus miembros; y de este serio problema no se libran los mayores. La prevención ha de empezar con el desarrollo de actitudes positivas hacia ellos que generen un clima social beneficioso. En este capítulo se pone el acento en la prevención de la violencia a mayores y se señalan tres medidas: la sensibilización social, la formación de los profesionales y el apoyo a las familias. 

Se aborda, asimismo, el tema de los cuidadores; cuidar a otra persona conlleva esfuerzo, dedicación, y en muchos casos exige renunciar a otra forma de vida, a un trabajo o promoción laboral, a continuar la formación, a dedicar más tiempo al ocio, familia, amigos... Pero, afortunadamente, cuidar ofrece la oportunidad de descubrir en uno mismo cualidades, aptitudes, dones que de otra manera habrían permanecido ocultos. 

Sobre el dolor y la muerte se hacen puntualizaciones muy pertinentes. El dolor es una parte natural de la vida y se hace presente de mil formas. En la vida de los mayores hay muchas presencias dolorosas por el hecho de vivir más años, por haber visto desaparecer a más personas y también por las pérdidas que supone la vejez (energías, ingresos, autonomía, etc.). La comprensión de la vida pasa por la aceptación del final de la misma; vivir desde esta perspectiva supone admitir la vida en toda su plenitud. Se señalan también algunas pistas que pueden ayudar a elaborar el duelo buscando un camino hacia adelante. 

La cuestión ética se hace imprescindible en la actuación profesional con los mayores, por la vulnerabilidad creciente y las situaciones de dependencia, lo que requiere de los profesionales el conocimiento y la puesta en marcha de unas buenas herramientas éticas para resolver los dilemas que puedan presentarse en el desempeño profesional. Se hace un recorrido por los principios éticos de beneficencia, autonomía y justicia, desde los cuales se aportan líneas de actuación que pueden iluminar la práctica profesional cotidiana. 

Finaliza la obra con tres temas que tienen que ver con un mejor envejecer. En primer lugar, se aborda la cultura a todas las edades, ya que esta constituye un derecho y una necesidad. Los mayores no tienen, si no lo desean, por qué renunciar a «vivir sabiendo» y a cubrir los déficits formativos que en otras etapas de su vida no pudieron satisfacer, debido a la crianza, a la educación de los hijos y a los desvelos de la vida profesional. 

El voluntariado de mayores ofrece unos beneficios indudables, pues los sitúa en un horizonte de donación y agranda la existencia de quienes lo practican. La autora va repasando las motivaciones del voluntario, los valores que sustentan estas actividades altruistas, las peculiaridades y los distintos escenarios posibles del ejercicio voluntario, concediendo una especial importancia a la formación básica y específica para ejercerlo con calidad. 

Finalmente, se aborda el tema de la creencia, en lo que respecta a aquellos mayores que han profesado la fe a lo largo de su vida, y cómo se consolida en esta etapa. Se hace una apuesta por una pastoral diferenciada para los mayores, pero sin omitir también actividades y celebraciones integradas con otras edades, con un claro enfoque intergeneracional. Por último, se plantea la pastoral ejercida por mayores y la pastoral recibida por los mayores y enfermos, cuando el peso de los años y las debilidades requieren unos cuidados espirituales precisos. 

La obra tiene, por tanto, un enfoque global: esta ha sido la apuesta de la autora, con el propósito de informar y de que sea útil para un amplio número de lectores. En síntesis, es un libro que puede aportar mucho a profesionales, familiares, cuidadores, voluntarios, estudiantes de ciencias socio-sanitarias, docentes..., pues es una obra «sobre» mayores, pero no exclusivamente «para» mayores. La abundante bibliografía y las fichas de trabajo completan la oferta de la profesora Paniagua, que ha puesto empeño, ilusión y muchas horas de trabajo para contribuir con esta obra al buen vivir de los mayores y a orientar a los acompañantes y cuidadores. 

Es un libro que se hará imprescindible en cursos, jornadas, seminarios sobre mayores..., por la diversidad temática de su contenido y el enfoque práctico que ha sabido adoptar la autora, gran conocedora de la gerontología actual en muchas de sus vertientes, como lo demuestran sus trabajos teóricos, referenciados en la obra, y las orientaciones a grupos de mayores como acompañante docente, ya que la formación en todas las edades es uno de los ejes prioritarios de su re corrido profesional.


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