Otsuka, Julie: Buda en el ático. Duomo Ediciones, Barcelona, 2012 (edición original de 2011). Colección Nefelibata. 150 páginas. Traducción de Carme Font. Comentario realizado por Carmen Grande.
Carmen Grande y yo nos conocimos en la comunidad Asís hace ya más de diez años. Durante este tiempo hemos tenido muchas ocasiones de comentar una pasión que compartimos: la lectura. Persona inteligente y culta, y con una gran sensibilidad social, hoy quiere hacernos partícipes de este extraordinario comentario a una obra que, seguro, nos encantará a todos. Desde aquí mi admiración y agradecimiento. (Nota del administrador.)
«La mayoría de las que viajábamos en el barco teníamos talento y estábamos seguras de que seríamos buenas esposas. Sabíamos cocinar y coser. Sabíamos servir el té y juntar un ramo de flores, y sentarnos en silencio sobre nuestros pies anchos y planos durante horas, sin decir nada mínimamente interesante... Sabíamos cómo sacar las malas hierbas, trocear la leña y cargar el agua (...) En el barco no podíamos saber que cuando viéramos a nuestros maridos por primera vez no tendríamos ni idea de quiénes eran. Que el grupo de hombres con gorras de ganchillo y abrigos negros harapientos no se parecían en nada a los jóvenes apuestos de las fotografías. Que las fotografías que nos habían enviado eran de hacía veinte años. Que las cartas habían sido escritas por personas distintas a nuestros maridos, profesionales con una caligrafía hermosa cuyo trabajo consistía en decir mentiras y ganarse corazones. Que cuando oímos pronunciar nuestros nombres por vez primera desde el otro lado del puerto, una de nosotras se taparía los ojos y se daría media vuelta -quiero volver a casa-, pero el resto de nosotras agachamos la cabeza, nos alisamos el kimono, descendimos por la rampa y nos encaramos a un día templado. “Esto es América -nos decíamos-, no hay por qué preocuparse”. Y estábamos equivocadas» (pp. 12, 26).