Guibert Ucín, José Mª: Para comprender la pedagogía ignaciana. Mensajero, Bilbao, 2020. 142 páginas. Comentario realizado por José Antonio Ruiz Cañamares.
Lo primero que puede sorprender es qué hace una revista de espiritualidad presentando/recensionando un libro que por su título parece que es solo un libro de pedagogía. La pregunta es: el libro escrito por José Mª Guibert ¿es un libro de pedagogía o de espiritualidad? Por poco que se conozca al autor sabemos que es un amante y conocedor de la espiritualidad ignaciana y que no será por lo tanto un libro que trate solo de pedagogía ignaciana, aunque está lejos de ser un libro recomendado para la lectura espiritual.
En la Introducción el autor nos define el objetivo del contenido del libro: hacer una reflexión sobre la educación presentando elementos fundamentales de la pedagogía ignaciana. Para ello se fundamentará en la Parte IV de las Constituciones de la Compañía de Jesús, dedicada a la formación integral de los jesuitas en los colegios fundados por la Compañía, y planteándose si los criterios expuestos allí pueden seguir siendo válidos para la educación de hoy. Objetivo interesante.
El libro consta de tres partes. En la primera desarrolla los elementos del modo de proceder ignaciano aplicables a la educación. Aquí entran conceptos como “ayudar a los prójimos”, “el bien común” y el “ejemplo de vida” que los estudiantes deberían adquirir. Serían los objetivos generales de toda institución jesuítica. La idea expresada en la p. 33 será repetida, de una u otra forma, a lo largo del libro: “nos hemos de convencer de que con la educación se promueven un bien universal y la gloria de Dios”.
La segunda parte titulada “la educación vista desde la perspectiva ignaciana”, tratará de las actitudes que favorecen el estudio desde la visión que san Ignacio tenía del mismo. Sin olvidar la importancia que Ignacio daba a disponer de una buena biblioteca.
La tercera y última parte la dedica a “estrategias y métodos de la pedagogía ignaciana” para que el alumno asimile bien las materias a estudiar.
Tenemos que felicitar al autor por el trabajo realizado de ir entresacando ideas y métodos expuestos en la Parte IV de las Constituciones y que pueden seguir teniendo actualidad en la educación que se imparte en colegios y universidades. Creo que lo consigue ampliamente. Así lo expresa el autor en el epílogo: Muchos de los términos aquí presentados siguen siendo llamativamente actuales y los veo como amables invitaciones a pensarlos y contrastarlos con nuestras prácticas actuales (p. 128). Otro tema es ver cómo llevar a la práctica el ambicioso proyecto de san Ignacio de que los alumnos adquieran “virtud y letras” y todo enfocado a la “mayor gloria de Dios”.
Efectivamente es un libro de espiritualidad en cuanto el autor busca las raíces ignacianas que tienen que ser propias de los colegios. Estas raíces se alimentan de la experiencia que san Ignacio tenía de Dios. También puede ser considerado un libro de pedagogía en cuanto se trata de métodos y procesos de aprendizaje. Sin olvidar que, al ser una pedagogía ignaciana, y en cuanto tal cristiana, no solo busca amueblar bien la cabeza, sino cambiar el corazón del estudiante con los criterios del Evangelio.
Es un libro especialmente recomendado para trabajarlo con el profesorado de los colegios y universidades, sobre todo para aquellos profesores nuevos que poco conocen la espiritualidad ignaciana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario