viernes, 24 de febrero de 2023

Josefina Carabias: Como yo los he visto. Por Javier Sánchez Villegas

Carabias, Josefina: Como yo los he visto. Encuentros con Valle-Inclán, Unamuno, Baroja, Marañón, Pastora Imperio, Ramiro de Maeztu y Belmonte. El País-Aguilar, Madrid, 1999. 223 páginas. Prólogo de Victoria Prego. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

La de vueltas que da la vida. Y todo en cuestión de poco tiempo. El sábado pasado fui a visitar a Manuel, el padre de una amiga. Él es mayor, unos 83 años (tengo que preguntarle cuántos años exactos tiene), es ingeniero y tiene mucha inquietud por la filosofía y la teología. De hecho, le preocupa mucho la cuestión de cómo Jesús puede ser al mismo tiempo hombre y Dios. Su casa está llena de libros de historia y de literatura, pero también de filosofía y de teología. Y confía en mí (pobre) y en mis recomendaciones para leer, aunque luego hace lo que quiere (tiene edad para ello).

Pues bien. El otro día volvió a salir el tema de si Dios existe o no. Y se centró mucho en la figura de Unamuno, este noble pensador vasco, que tantas buenas horas me hizo pasar de jovencito leyendo sus obras. Recuerdo que caían una detrás de otra: Paz en la guerra (su primera novela), Amor y pedagogía, Abel Sánchez, Niebla, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir... hasta llegar a Del sentimiento trágico de la vida, y su memorable cita de Terencio (el cómico latino): Homo sum, nihil humani a me alienum puto (soy hombre, nada humano me es ajeno), que es su punto de partida.

Decía que a Manuel le gusta Unamuno. Y me enseñó un libro que ya había leído él y que, en esos momentos, estaba leyendo su mujer: Como yo los he visto, de Josefina Carabias. Hemos quedado en leer la parte de este libro que está dedicada a Unamuno (unas 30 páginas). Esto nos servirá de introducción para revisar al personaje, y poder así entrar después en su pensamiento.

Hasta aquí todo en orden. A mí me pareció bien hincarle el diente al libro de Josefina Carabias, entre otras cosas porque yo también tengo un ejemplar, heredado de la biblioteca de Ana, la hermana de Cristina que murió hace justamente dos años. Cuando lo cogí para empezar a leerlo, mi sorpresa fue grande, pues había una dedicatoria en la primera página que decía lo siguiente: "Como recuerdo de tus lecturas de adolescente que también fueron las mías. Con cariño, María José (06/99)". Me quedé sobrecogido. Perfectamente podía haber sido una dedicatoria pensada para mí. Pero lo fue para Ana, mi cuñada. No sabía que ella fuera amante de estos autores, hasta el punto de que leyera sus obras durante la adolescencia. Ana sigue siendo una caja de sorpresas para mí.

Pero vayamos al lío, es decir, a la obra en cuestión. Comencemos por la autora. Josefina Carabias (Arenas de San Pedro, Ávila, 1908 - Madrid, 1980) es considerada como una de las primeras mujeres que han ejercido el periodismo en España. Lo hizo durante la Segunda República (1931-1939), la dictadura franquista (1939-1975) y la Transición (1975-1980). Destacó por sus obras de no ficción, entre las que sobresalen, desde nuestro punto de vista, Azaña. Los que le llamábamos Don Manuel y Como yo los he visto (obra que estamos presentando). También escribió algunas novelas e incluso una obra de teatro.

En Como yo los he visto, Josefina Carabias narra los encuentros que tuvo con Pío Baroja, Ramón María del Valle-Inclán, Gregorio Marañón, Ramiro de Maeztu, Pastora Imperio, Juan Belmonte y Miguel de Unamuno. Ahí es nada. Personajes realmente relevantes de la vida intelectual, política y social de la España de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

Su aproximación a los personajes es realmente genial. Desde sus titubeos con Ramiro de Maeztu, al que le tenía bastante miedo al principio, hasta su profunda admiración por Gregorio Marañón, el cual la dejó cautivada en una conferencia que este dio en la Residencia de Señoritas Estudiantes en 1929, Josefina Carabias ha tenido que adaptarse a la personalidad de cada uno de los personajes para poder acceder a ellos, y al papel que representaban en la esfera pública y en la privada. Y lo ha hecho con maestría, con solvencia, con naturalidad. Hoy diríamos, como una auténtica profesional del periodismo.

Así, con un lenguaje claro, conciso, casi novelesco, Josefina Carabias nos adentra en la persona y en la personalidad de todos estos personajes. Nos los acerca. Aparecen como humanos, no como mitos o como semidioses. Con sus defectos, sus manías, sus preocupaciones... Como eran. Lo cual es de agradecer. Sin duda.

En fin, libro de 1999. Libro póstumo (Carabias murió en 1980). Se publicó a partir de notas que la autora había escrito en aquellos años remotos, y que todavía no habían visto la luz. Pero libro actual. Si la función de un marco es la de presentar el cuadro que lleva dentro, este libro, sin lugar a dudas, es un estupendo marco para presentar estos autores que, de una forma u otra, han marcado la vida intelectual y social de una época y que, tiempo después, siguen estando presentes en ella.

Así las cosas, creo que Manuel tiene razón cuando me dice que comencemos por leer este libro. Que vayamos poco a poco. Que nos centremos en Unamuno. Y, con el tiempo, ya iremos viendo. Yo tengo que reconocer que no he obedecido. Empecé a leer y no he podido parar hasta terminarlo. Pero bueno, él tiene razón: ya veremos. Que lo disfrutes. Hasta la próxima.


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