Von Balthasar, Hans Urs: Textos de Ejercicios Espirituales. Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, 2009. 292 páginas. Selección e introducción de Jacques Servais. Capítulo preliminar de Nurya Martínez-Gayol. Comentario realizado por Federico Elorriaga.
Cuando uno toma este libro entre las manos, le llama la atención el que en la portada no sólo aparezca el nombre de Hans Urs von Balthasar, sino que aparezcan los de Jacques Servais, SJ y Nurya Martínez-Gayol, ACI. Pero esa interrogante persiste cuando, al ir leyendo el libro, uno se percata, de que más de una tercera parte del libro está escrito por esos dos autores secundarios.
No olvidemos, sin embargo, que en todo museo o edificio de arte importante existen siempre los «guías», que nos adiestran en una mejor comprensión de lo que ven nuestros ojos o entiende nuestra mente.
La densidad y profundidad del pensamiento de Hans Urs von Balthasar, hacían casi necesarios los «guías». Y entre Jacques y Nurya nos dan una serie de coordenadas (biográficas, teológicas y de su espiritualidad) que hacen luego más accesible la lectura de los textos. Son pinceladas sobre el autor, sobre su obra, sobre los presupuestos ignacianos de su teología, sobre conceptos explícitamente ignacianos, sobre la manera que él tiene de entender el libro de los Ejercicios Espirituales... que, al final, uno no puede sino agradecer a esos dos «guías» experimentados.
Este libro no es propiamente un libro teológico sobre los Ejercicios, como lo hicieran Erich Przywara, Gastón Fessard o Karl Rahner, sino una antología de textos seleccionados por Jacques Servais, SJ. Porque, si bien es cierto que Balthasar no llegó a redactar nunca el libro que tenía intención de escribir sobre san Ignacio, en realidad nos dejó mucho más. En su ingente obra y en la igualmente gigantesca de Adrienne, estrechamente vinculada a Balthasar, bien puede decirse que, en el fondo, no se ha hecho otra cosa que meditar y profundizar en el contenido doctrinal de los Ejercicios, sobre el que Balthasar dice que: «la explotación de la sustancia teológica de esta mina inagotable no está sino en sus puros comienzos». Ya Werner Löser decía de Balthasar que «configuró su propio proyecto teológico a partir del espíritu de los Ejercicios».
Balthasar podrá afirmar que «el encuentro con Adrienne confirió a todo esto una especial profanidad. Lo que en Ignacio quedaba teológicamente implícito comenzó desde entonces, con plena fidelidad al espíritu de la iniciativa ignaciana, a hacerse explícito en los comentarios bíblicos que me dictaba. [...] La teología de los Ejercicios adquirió un admirable trasfondo cristológico-trinitario y al mismo tiempo, evidentemente, un trasfondo mariológico eclesial».
Para Jacques Servais, los textos que se presentan en el libro, entresacados de la obra de Hans Urs von Balthasar, tienen como objetivo ofrecer, tanto al que hace los Ejercicios como al que los da, una guía para comprender con más profundidad y aplicar mejor el método ignaciano.
Lo que guía a Balthasar a través de todos estos textos es una idea directriz que él retoma una y otra vez y, como un concierto de Mozart, desarrolla en múltiples variaciones.
Lo que hace Servais al escoger esos textos es para formar una antología que pueda tener la forma externa de un comentario, pero siguiendo paso a paso la estructura general del método ignaciano. Pero no podemos olvidar que esos textos han sido sacados de su contexto más inmediato, con lo cual, para integrarlos en un comentario más orgánico posible, han sido precisas, aquí y allí, ciertas pequeñas adaptaciones. Pero esos textos seleccionados sí que indican puntos centrales que permiten al lector una visión del núcleo oculto que les da unidad interna.
Lo que sí es cierto es que al leer esos textos, con una palabra o frase Balthasar señala el camino a veces largamente buscado. Balthasar nos hace entrar mejor en el secreto de los Ejercicios. Nos hace penetrar en la hondura siempre mayor del Misterio.
Al leer estos Textos de Ejercicios Espirituales nos damos cuenta de que en pocos teólogos encontraremos cómo los Ejercicios y la espiritualidad ignaciana dan tan hondo fundamento a una teología.
Es de agradecer a Servais que, a través de toda la vasta obra de von Balthasar, haya sabido seleccionar dichos textos. Toda la tarea de Balthasar está como imbuida por la presencia de Ignacio.
El libro, traducido y presentado en español, nos abre las puertas a la interpretación teológica de un gran teólogo del siglo XX que, desde su conocimiento experiencial, y no sólo desde el teológico, ha realizado una obra cuya inabarcable riqueza nunca llegaremos a agotar. Balthasar es, así, uno de los grandes «guías» para el conocimiento del libro de los Ejercicios y de la espiritualidad ignaciana.
Sus textos no nacen principalmente de una reflexión teológica, sino de una experiencia interior. Cuando Balthasar habla de su vocación, todo lo refiere a lo ocurrido en los senderos de la Selva Negra. Había concluido su tesis doctoral. Hace unos Ejercicios de mes con un grupo de estudiantes seglares. Pero siempre recordará lo acontecido en aquella vereda de un bosque, en la Selva Negra, cerca de Basilea. Recuerda el árbol junto al cual sintió como un relámpago. «Pero no fue la teología ni el sacerdocio lo que me entró por los ojos, sino simplemente esto: no tienes nada que elegir, has sido elegido; no necesitas nada, se te necesita; no tienes que hacer planes, eres una piedrecita en un mosaico ya existente. Sólo tenía que dejarlo todo y seguir, sin intenciones, deseos ni expectativas; sencillamente, quedarme quieto, esperando a ver en qué tendría que servir (para qué podría necesitarme alguien). Y así ha sido desde entonces».
En esa experiencia está contenida toda su vida y obra, que desde entonces quedaron atravesadas por la convicción profunda de que la existencia cristiana consiste en una radical disponibilidad, vivida en la santa indiferencia ignaciana, para la misión.
Pienso que los textos de Balthasar seleccionados en este libro sirven para reformular y actualizar el libro de los Ejercicios. Son términos ya conocidos de los que trata: indiferencia, elección..., pero con un significado nuevo. Este libro es una fuente inagotable de intuiciones.
Este libro que recensionamos es muy recomendable que lo lean no sólo las personas que dan Ejercicios, sino también aquellas que quieran comprender mejor la espiritualidad ignaciana.
Libro no sólo para ser leído, sino orado. Después de leerlo, llega a ser uno de esos libros cuya amistad no querrías perder.
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