López Villanueva, Mariola: Ungidas. Un itinerario de oración con relatos de mujeres. Sal Terrae, Santander, 2011. 176 páginas. Comentario realizado por María del Mar Carles Gassín.
La novedad brota de la hondura, y eso es lo que ocurre con este libro. Con un estilo sencillo y profundo, Mariola nos hace recorrer con ella un itinerario de oración acompañando a diferentes mujeres del Evangelio. Cansada de que en los Ejercicios Espirituales ignacianos se ofrezcan mayoritariamente relatos de hombres (sin dejar de agradecer la tozudez de Pedro, la sensibilidad de Juan y la desconfianza de Tomás, que tanto nos ayudan a enfocar nuestra propia vida), nos propone hacer el proceso acompañando a estas protagonistas femeninas. Poco a poco, se va deslizando por las páginas del Evangelio, rescatando historias de mujeres que en sus encuentros con Jesús fueron sorprendidas, visitadas, sanadas, enviadas, se entregaron, se supieron sostenidas y bendecidas, convirtiéndose así, para quien lo lea, en guías de caminos, en conductoras hacia la experiencia de Dios y las relaciones con los otros.
La misma autora se sorprende al descubrir que las cuatro llamadas a la vida adulta del Evangelio (a la identidad, a la intimidad, a ser generativos y a la integridad) están presentes con fuerza en estas historias. Y, sobre todo, se emociona al percibir que también Jesús se dejó decir e impregnar por estos encuentros que le prestaron palabras y gestos (entregarse lavando los pies o sirviendo a la mesa recuerda a Marta y María: Jn 12) y abrieron su mirada y visión («este es mi cuerpo entregado por todos» –Mt 26,26– recuerda la conversación con la cananea), que tanto bien recibido en la relación con ellas le hicieron ahondar su experiencia de Dios.
Resulta un libro fresco, sereno, profundo, que toca experiencias que todos en algún momento podemos reconocer y que invita a vivir confiados y en camino, sin miedos, siempre hacia delante, a la luz de la Palabra que libera y fortalece.
Combina con maestría el conocimiento de los textos y el funcionamiento de nuestra cabeza y nuestro corazón. Se mezclan con suavidad las llamadas del Evangelio a crecer y convertirnos con la necesidad de conocernos para madurar y poder integrar las relaciones con los otros y con el mundo. Se agradece la capacidad de la autora para presentar de forma sencilla y honda la contemplación, que interpela y anima, que libera y pone en camino.
Cada capítulo del libro lo encabeza un participio (sorprendidas, visitadas, sanadas...), con el que quiere expresar la invitación y la disposición a pedir, y contiene dos pasajes del Evangelio. Los relatos se inician con un cuento o historia y se cierran con unas preguntas y pistas para orar.
Este libro no es solo para las mujeres (aunque se conecta con mucha facilidad), sino para todo el que quiera enriquecer su mirada y abrir su horizonte. ¿Quién no necesita habitar su propia casa, como Marta; reconocerse criatura amada y capaz de amar, como María de Nazaret; reconciliarse con sus raíces o situar bien sus relaciones para que le ayuden a crecer, como Isabel y María; desbloquear la fuentes y llenarse de vida, como la samaritana; recuperar la salud, la mirada y la vida, como la mujer encorvada; aprender a mirar la cruz aunque sea de lejos, vivir con ojos nuevos, como María de Magdala?
Un libro recomendable que ya lleva algunas ediciones y que muchos están disfrutando y dejando que se haga vida. Rico en matices, en frescura, desde una nueva sensibilidad que nos abre puertas a la compasión, a la ternura, al servicio, a la intimidad... desde unas claves más completas e integradoras. Porque, como dice la autora, hay algo en el sensus Christi que nos perdemos si no nos ponemos junto a ellas.
Una mirada al Evangelio con palabras y experiencias de hoy desde la hondura, el conocimiento y la experiencia de vida. ¡Todo un regalo! Desde aquí, agradecerlo y animar a seguir dando luz a tanta vida escondida en los textos. Dejemos que el Espíritu se filtre para buscarnos.
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