Curran, Andrew S.: Diderot y el arte de pensar libremente. Ariel, Barcelona, 2020. 495 páginas. Traducción de Vicente Campos. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Si nos atenemos a la tradición metafísica surgida tras la irrupción en la Historia de autores ilustres como Platón, Descartes, Kant, Hegel, Heidegger, etc., pensar, en sí mismo, ya es un arte. Y si al pensamiento le añadimos el adverbio “libremente”, cosa realmente complicada en los tiempos que corren, el resultado no podría ser otro que “arte sublime”. ¿Es posible calificar de “libre” el pensamiento de algún autor occidental? Andrew S. Curran (profesor de Humanidades en la Universidad Wesleyana, miembro de la sección de historia de la medicina en la Academia de Medicina de Nueva York y de la National Endowment for the Humanities) considera que sí. Y justamente este libro trata de justificar esto: a pesar de los múltiples condicionamientos, dificultades y contratiempos que alguien como Denis Diderot (1713-1784) pudo tener en su vida, hasta el punto de jugársela cuando fue encarcelado en la prisión del castillo de Vincennes, él respondió siempre a la llamada de la libertad, tanto de pensamiento como de vida. De hecho, podemos decir que su libertad hizo de él un hijo de su tiempo, con todas sus virtudes y defectos. Pero también que la Ilustración francesa fue tal gracias a él, a su vida, y a su determinación por concluir ese maravilloso proyecto que se llama la Encyclopédie.