Annunziata, Enza y Paganelli, Rinaldo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Gestos de misericordia. Sal Terrae, Santander, 2012. 150 páginas. Comentario realizado por Marta Sánchez.
Los autores, doctores en teología y con una vasta experiencia misionera, interpretan la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,29-37) desde una perspectiva pastoral, pero centrándose solamente en los dos primeros versículos: un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Pablo VI señaló en su última alocución a las sesiones públicas conciliares que esta parábola fue el icono de la espiritualidad del Vaticano II.
El libro se estructura en dos partes. En la primera se centra en la figura del hombre que bajaba, y en la segunda se detiene en el versículo de Jerusalén a Jericó. Todos los seres humanos somos caminantes, criaturas frágiles y apasionadas. Quien encuentra a Dios vive un camino nuevo. Para ello se necesita ser paciente y detenerse (perder el tiempo). Hoy vivimos bajo las redes de una mentalidad consumista que nos oprime. Ante esta realidad, los cristianos tenemos que presentar una vida alternativa que libere al hombre de los diferentes ídolos. La riqueza del hombre es ser imagen del Creador. Para ser semejantes a Dios necesitamos ser conscientes de nuestra debilidad y reconocernos hombres necesitados de ternura. La gratuidad del creyente es dar su tiempo.



























