Rendueles, César: Sociofobia. El cambio político en la era de la utopía digital. Capitán Swing, Madrid, 2013. 198 páginas. Comentario realizado por Daniel Izuzquiza.
No es un libro fácil, pero sí merece la pena ser leído. El tema (el vínculo social en la postmodernidad) es relevante y su aportación resulta original y constructiva. El autor considera que uno de los debates centrales de la Modernidad es cómo lograr “una forma de relación social al mismo tiempo solidaria y respetuosa con el libre desarrollo individual” (p. 121). La tensión entre libertad e igualdad ha estado presente en los últimos siglos, pero quizá no se ha resuelto adecuadamente al haber orillado la fraternidad. Aunque este término apenas se menciona en el libro, el mismo autor declaró en una entrevista que “en realidad, quería escribir sobre la idea de fraternidad, no sobre las tecnologías de la comunicación”. De hecho es lo que hace, con un enfoque crítico ante el sistema dominante (el autor se sitúa en la órbita de la cultura libre y la izquierda anticapitalista), pero también criticando lo que llama el ciberfetichismo de la utopía digital: no bastan el copyleft, el procomún, el crowdsourcing o los microcréditos, mientras no se consideren a fondo las condiciones materiales y el marco institucional y procedimental en que se desarrollan estas iniciativas alternativas. Necesitamos recrear y reforzar el tejido social, sin resignarnos a aceptar el sucedáneo tenue que ofrece la ideología de la Red. Por ello, “la ética del cuidado es fecundamente política” (p. 186).
No es un libro fácil, pero sí merece la pena ser leído. El tema (el vínculo social en la postmodernidad) es relevante y su aportación resulta original y constructiva. El autor considera que uno de los debates centrales de la Modernidad es cómo lograr “una forma de relación social al mismo tiempo solidaria y respetuosa con el libre desarrollo individual” (p. 121). La tensión entre libertad e igualdad ha estado presente en los últimos siglos, pero quizá no se ha resuelto adecuadamente al haber orillado la fraternidad. Aunque este término apenas se menciona en el libro, el mismo autor declaró en una entrevista que “en realidad, quería escribir sobre la idea de fraternidad, no sobre las tecnologías de la comunicación”. De hecho es lo que hace, con un enfoque crítico ante el sistema dominante (el autor se sitúa en la órbita de la cultura libre y la izquierda anticapitalista), pero también criticando lo que llama el ciberfetichismo de la utopía digital: no bastan el copyleft, el procomún, el crowdsourcing o los microcréditos, mientras no se consideren a fondo las condiciones materiales y el marco institucional y procedimental en que se desarrollan estas iniciativas alternativas. Necesitamos recrear y reforzar el tejido social, sin resignarnos a aceptar el sucedáneo tenue que ofrece la ideología de la Red. Por ello, “la ética del cuidado es fecundamente política” (p. 186).