Sureau, François: Íñigo. Una semblanza. Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander ,2012, 168 páginas. Comentario realizado por Benigno Álvarez Lago.
La lectura de esta obra nos invita a hacer un ejercicio de contemplación de la vida de Ignacio desde su lucha contra los franceses en Pamplona hasta el momento en que decide dejar Manresa y peregrinar a Jerusalén.
Esa lectura podríamos hacerla siguiendo los pasos de la contemplación ignaciana de los Ejercicios Espirituales. Comenzamos a leerlo y vamos descubriendo que la narración nos ayuda a hacer una composición de lugar de la vida de Ignacio. En palabras de Santiago Arzubialde, «la composición de lugar ignaciana trata de componer el lugar del encuentro, que no es otro, en este caso, que la misma situación existencial del individuo en el plano de la salvación vista con los ojos de Dios».
La situación existencial de Ignacio en este período de su vida es lo que comúnmente se suele denominar su «proceso de conversión». El autor sostiene que la persona de Ignacio que deja al final del libro, camino de Jerusalén, no anula la persona que ya existía antes de la herida en Pamplona. Pero entre ambos momentos se va dando en