Funder, Anna: Stasiland. Historias tras el Muro de Berlín. Roca Editorial, Barcelona, 2012 (edición original de 2001). 320 páginas. Traducción de Julia Osuna Aguilar. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.
¿Qué diferencia hay entre un afecto y un enemigo?
Cuando estás ante un sistema totalitario, la diferencia entre afecto y enemigo es una fina línea. El dictador sólo quiere la adhesión inquebrantable, y en el momento en que, por azar, la quiebras, él te convierte en enemigo. No hace falta buscar ser un opositor al régimen, son ellos los que te convierten en opositor aunque tú no te lo hubieras planteado. Hoy día hay países que se disfrazan de demócratas para guardar las apariencias pero no lo son, como le pasaba a la RDA. Hay partidos políticos aquí o allí que dicen ser demócratas pero constantemente buscan la “agitprop” (agitación y propaganda) para, una vez ocupadas las calles, hacerse con el poder absoluto.
¿Qué diferencia hay entre un afecto y un enemigo?
Cuando estás ante un sistema totalitario, la diferencia entre afecto y enemigo es una fina línea. El dictador sólo quiere la adhesión inquebrantable, y en el momento en que, por azar, la quiebras, él te convierte en enemigo. No hace falta buscar ser un opositor al régimen, son ellos los que te convierten en opositor aunque tú no te lo hubieras planteado. Hoy día hay países que se disfrazan de demócratas para guardar las apariencias pero no lo son, como le pasaba a la RDA. Hay partidos políticos aquí o allí que dicen ser demócratas pero constantemente buscan la “agitprop” (agitación y propaganda) para, una vez ocupadas las calles, hacerse con el poder absoluto.
Llegué a este libro por un reciente viaje que hice a Berlín, gracias a la invitación de una buena amiga. La ciudad me impresionó tanto y me sentí tan a gusto que al volver estuve buscando lecturas que tuvieran que ver con la época del Muro. Me puse a leer y desde el primer momento me enganchó, y tanto que casi me he releído el libro sacando notas para mi archivo personal. Y he descubierto tantas cosas leyendo el libro que necesito volver a ir.
El libro cuenta la historia de la autora, que vivió en Berlín al poco de caer el Muro, y luego un par de años después, trabajando para una televisión, decidió hacer entrevistas a gente que había estado trabajando para la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado, en alemán “Ministerium für Staatssicherheit”). La RDA fue el más perfecto estado de vigilancia de todos los tiempos. Llegó a contar con un informante o funcionario por cada 6,5 habitantes (la Gestapo tenía uno por cada 2.000 y el KGB uno por cada 5.830 personas).