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lunes, 26 de octubre de 2020

Javier Alonso Arroyo: Una escuela en salida. Por José Fernando Juan Santos

Alonso Arroyo, Javier: Una escuela en salida. Encuentros educativos en las periferias. PPC, Madrid, 2019. 278 páginas. Comentario realizado por José Fernando Juan Santos.

Javier Alonso vuelve a sorprendernos con una propuesta que o bien remueve la educación donde está situada o bien la coloca en su contexto más propio. No escribe de oídas ni entre libros, ni pensando en una ponencia, sino desde su propia vida desde hace décadas. Un ejercicio que busca recuperar esa antropología y utopía social provocadora que se deja ver en la parábola del buen samaritano, y que debería animar todo proyecto auténticamente evangelizador de las escuelas cristianas.

La estructura del libro es compleja, aunque se lee ágilmente. Una especie de colección de partes que harán reflexionar al educador y a la comunidad, con talante abierto y en busca de una escuela con nuevo sentido. Parte de la narración de la experiencia que Calasanz, fundador de los escolapios, tuvo en Roma al encontrarse con los más pobres y dar respuesta definitiva con su vida. E inmediatamente desmigaja, en varios capítulos destinados a la formación de profesores, la parábola del buen samaritano, para terminar este bloque tomando como referencia las claves de discernimiento de Ignacio Ellacuría: momento noético, ético y práxico. Un bloque denso, bien escrito y muy cuestionador. Sin duda pensado no solo para ser recibido sino para ser dialogado con otros y poner

viernes, 17 de mayo de 2019

Javier Alonso Arroyo: Una escuela en salida. Por Javier Sánchez Villegas

Alonso Arroyo, Javier: Una escuela en salida. Encuentros educativos en las periferias. PPC, Madrid, 2019. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

En la Exhortación Evangelii Gaudium, el papa Francisco invita a la Iglesia a "salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio" (EG 21). Es preferible "una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades" (EG 49). Esta Iglesia en salida es la llamada a abrir sus puertas de una forma especial en las periferias, allá donde más se necesita, allá donde el dolor del mundo se intensifica de una manera especial.

Javier Alonso es religioso escolapio y rector en la presencia escolapia de Carora (Venezuela). Doctor en pedagogía, en los años noventa impulsó la educación para la acción social en las Escuelas Pías de España, hasta que fue destinado a una obra popular en La Romana (República Dominicana), donde vivió una intensa y completa experiencia misionera. Toda su vida ha estado marcada por el carisma de San José de Calasanz, el cual, a lo largo de la historia, se ha concretado en tratar de engendrar hombres y mujeres de bien, capaces de construir un mundo mejor. Fruto de ese reto es este libro. Con él, Alonso quiere dar una respuesta actual a los desafíos actuales que plantea nuestra sociedad. Es decir, dar una respuesta integral a una necesidad integral, presente y real.

La escuela en salida, en el fondo, es aquella que está al cuidado de los alumnos más débiles, la que abre sus puertas a la comunidad, la que da participación a todos y construye Iglesia. Es el espacio donde todos tienen la posibilidad de crecer como personas, donde se desarrolla su conciencia crítica y donde se les invita a comprometerse con el mundo que les ha tocado vivir. Se trata, en definitiva, de considerar que la educación es el mejor medio de promoción humana y reforma de la realidad social.

viernes, 2 de marzo de 2018

Javier Alonso Arroyo: Santidad para el cambio social. Por José Fernando Juan Santos

Alonso Arroyo, Javier: Santidad para el cambio social. El modelo educativo escolapio. PPC, Madrid, 2017. 285 páginas. Comentario realizado por José Fernando Juan Santos.

Javier Alonso es uno de los máximos impulsores de la acción social en la escuela, aportando contenido, estructura y una potente visión de futuro. De hecho, fue este el motivo de su tesis doctoral en educación, estando todavía en España. Ahora lleva años trabajando en distintas realidades de América Latina, siempre cercano a quienes más necesitan. 

En esta obra nos presenta la rica tradición espiritual y pedagógica de las Escuelas Pías. Su fundador, San José de Calasanz, es universalmente reconocido por inaugurar la primera orden religiosa consagrada a la educación e iniciar la escuela popular cristiana en Europa, hace más de 400 años. Lo que se estudia en los primeros capítulos de la obra. Lo más interesante y novedoso quizá ocurra a partir del cuarto capítulo, hasta casi el final. En ellos se trabajan aspectos concretos entrelazados de espiritualidad y educación, mostrando en su amplitud y despliegue la esencia de esta intuición, después abalada por la historia: transformar el mundo a través de la escuela; evangelizar de mano de la cultura y la profundidad de la humanidad y el conocimiento. Signo distintivo será siempre la prevención y se dejará oír continuamente la pobreza. 

En cada uno de esta veintena de capítulos se parte, siempre, de una carta de Calasanz. Al igual que otros muchos santos y fundadores, la correspondencia epistolar guarda una especial vinculación con la vida y sus preocupaciones. En el diálogo con sus destinatarios aparecen numerosas inquietudes esenciales, todavía hoy, de la educación y la transformación (y reforma) de la Iglesia y la sociedad. Javier Alonso trabaja su contexto con las aclaraciones pertinentes, pero pasa rápido a relacionarla con otros escritos y documentos, tanto de ayer como de hoy. Aparecen entonces con brillantez intuiciones relacionadas con lo más cotidiano, con el método, con la identidad propia del educador de la escuela de Calasanz, con el acompañamiento al alumno en su integralidad, entre otros. Temas que sonarán familiares a cualquier educador en la escuela cristiana y que ha sabido recoger aportaciones en la misma línea de otros muchos carismas y congregaciones: la centralidad de la relación del maestro y del alumno, a ejemplo, del discipulado evangélico. 

Otra dimensión que aparece, de suma importancia, es cómo la escuela se convierte para el profesor en lugar y camino para su propia santidad. Es más, en el fondo, se define al mejor maestro como un santo entregado a los pequeños, que se ha dejado tocar por Dios y vive en diálogo sincero y auténtico con él. Una idea, algo más que una idea probablemente, que convendría rescatar en la escuela católica, tantas veces preocupada por su propia identidad.