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domingo, 11 de noviembre de 2012

Milan Kundera: La identidad. Por Jesús Oteo

Kundera, Milan: La identidad. Tusquets, Barcelona, 1998 (edición original de 1997). Colección “Andanzas” 335. 184 páginas. Traducción de Beatriz de Moura Gurgel. Comentario realizado por Jesús Oteo.

Jesús Oteo Iglesias es médico especialista en microbiología clínica y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. En la actualidad trabaja como científico titular en el Centro Nacional de Microbiología (Instituto de Salud Carlos III). Su principal línea de investigación es la evolución de las bacterias que producen enfermedad en humanos hacia la resistencia a múltiples antibióticos, así como los mecanismos por los que estas bacterias son capaces de diseminarse. Estos temas se abordan en profundidad en sus últimos artículos publicados en revistas internacionales. Más allá de su orientación profesional, es un inquieto lector preocupado por la naturaleza humana y por su engranaje en el proceso evolutivo de la vida en el planeta Tierra. Desde aquí quiero agradecerle su magnífica contribución a este blog. (Nota del administrador.)

“Siempre ocurre lo mismo: desde el instante en que vuelve a verla hasta el instante en que la reconoce tal y como la ama transcurre cierto tiempo”.

Jean-Marc ama intensamente a Chantal, pero ello (o precisamente por ello) no le permite que el reconocimiento del ser amado sea instantáneo. Se extraña, y se angustia, de que necesite un continuo aprendizaje, de que cada vez necesite aprender a reconocerla. 

“¿Qué te pasa? Que me he equivocado sobre tu identidad. Que eres otra persona que la que imagino”.

¿Quiénes somos? ¿Somos aquello que pensamos o que sentimos? ¿O no somos más que el reflejo de cómo nos sienten los demás?
Al menos, la conciencia de nuestra propia identidad, de nuestro “yo”, podría quedar apuntalada por el celebérrimo cogito ergo sum cartesiano. Pero, ¿y la identidad del otro? ¿Y la identidad del ser amado? Quizás no sea más que un reflejo interpretado de lo que nuestros sentidos sienten, y entonces… ¿seremos capaces de llegar a aprehenderla o se nos escapará una y otra vez entre los dedos como el agua cristalina del arroyo?
Bajo el paraguas de esta novela de amor, Kundera reflexiona sobre lo esquivo de la identidad y sobre la inseguridad como elemento desestabilizador de las relaciones humanas.