Llompart, Jordi: Un viaje mágico a África. Roca, Barcelona, 2009. 186 páginas. Comentario realizado por Óscar Ávila Pardo.
África es un continente que, a pesar de su situación social, para los europeos sigue manteniendo esa capacidad de atracción que proyectamos sobre lo que desconocemos. La novela de Jordi Llompart, Un viaje mágico a África, es un intento de introducirnos en este fantástico continente desde la mirada de Jana, una niña barcelonesa que a sus doce años conoce a Kabbo, un niño africano enfermo en un hospital. La imposibilidad de una mayor intercomunicación, lleva a Jana a emprender un viaje fantástico a partir de unas palabras balbuceadas por el enfermo en su lengua.
La preparación para partir es el deseo de conocer este continente de sueños que su amigo Kabbo le transmitió con esas extrañas palabras. Lo único que lleva para este viaje es el deseo de conocer y dejarse llevar por el misterio. Al preparar su mochila se limita a poner en ella un caballo alado de peluche, una cámara de fotos, un cuaderno de ruta y poco más. Con este precario equipaje comienza el viaje más mágico de su vida.
Durante el viaje Jana comienza a descubrir un mundo lleno de aventuras en donde va encontrando nuevos amigos, con quienes puede experimentar el verdadero sentido de la amistad y descubrir lo que significa vivir en un mundo de sueños. Los diversos personajes que van apareciendo van enseñando a Jana el camino que la va introduciendo en el mundo de los sueños, mundo al que quiere entrar de la mano de su amigo Kabbo. El niño no aparece físicamente en el relato, pero va dejando huellas de su presencia en todo el recorrido que Jana realiza. Kabbo manifiesta su presencia dejando piedras preciosas que, al igual que los cuentos, van indicando a Jana el camino correcto que debe seguir. Uno de los personajes que aparece en este recorrido fantástico es una flor que está abandonada en medio del desierto que quiere y necesita mimos, pero no siempre los sabe pedir. La flor cree que es un ser indispensable para los demás y por ello entiende que los que la rodean tienen la obligación de preocuparse de ella cuidándola y proporcionándola un ambiente húmedo en el que pueda desarrollarse; al no recibir esos cuidados de los demás se siente molesta, menospreciada y abandonada. Jana, en contacto con ella, hace uso de la magia y logra que una nube la riegue en medio de toda la sequedad, con lo que consigue una nueva cara para esta mustia flor. El diálogo entre la niña y la flor pone en evidencia la importancia que tiene la manifestación exterior de la belleza interior. El encuentro entre Jana y la flor es positivo para ambas: Jana descubre que la flor, con un poco de agua, alcanza vitalidad y belleza, la flor ve que con sus manifestaciones el corazón de Jana ha crecido y se ha ensanchado.
Otro personaje que acompaña la aventura es la de Mel, un niño como Jana, miembro de una tribu que espera todas las noches que los espíritus del fuego le den buenas nuevas. La noche en la que coincide con Jana sucede algo especial: Mel le indica lo que debe hacer cuando esté en la hoguera junto a todo el pueblo si quiere que los espíritus le hablen: «mirar fijamente al fuego y sentir que tu corazón también arde». Jana, dejada llevar por su deseo de escuchar a los espíritus, se sienta frente al fuego y se deja seducir por él. Los espíritus le transmiten un mensaje en forma de cuento que la niña es incapaz de descifrar; gracias a su amigo Mel, entiende el mensaje y ambos emprenden el camino que los lleva al mundo de los cuentos.
Además de la flor y de Mel, está Gal.la, otro personaje con el que Jana llega a hacer amistad. Gal.la vive en una casa muy extraña, ya que a pesar de no tener muros aporta mucha protección. La niña junto con su madre tiene un hospital para las plantas y árboles abandonados en la casa sin muros. Jana se hace muy amiga de Gal.la y comparte su experiencia con ella. Gal.la le muestra las plantas que cuida y Jana se encuentra con flor del desierto que descansaba plácidamente, protegida y querida, viendo el sencillo trabajo que su nueva amiga realiza se da cuenta de lo importante que es servir y reflexiona: «si no nos ayudáramos los unos a los otros, la vida pasaría muy rápido. De hecho, nos pasaría de largo como un tren a toda velocidad sin hacer paradas en ninguna estación», y mirado desde esta perspectiva, ¿qué sentido tiene la vida sino es para entregarse?
Jordi Llompart es escritor y periodista, se dedica a la producción y dirección de cine, y ha realizado una serie de documentales para la televisión como: Memoria del pasado y Nómadas de la condición humana y la película El misterio del Nilo. También ha escrito un libro de divulgación científica como Seres y estrellas, que habla sobre el origen de la vida, la evolución humana y la comprensión del universo. El origen de este libro se encuentra en la triste experiencia de la muerte de su hija, acontecida durante un viaje a África. Pasado un tiempo de este suceso, Jordi escribió un cuento sobre África que tituló El corazón sobre la Arena (2006), como un modo de superar la partida definitiva de su hija. El cuento, desde antes de escribirse, estaba pensado como guión de una posible película. Con el tiempo se puso a trabajar en el proyecto de la película a la que tituló Un Viaje Mágico a África; unos amigos viendo el guión lo motivaron a que lo publicara como un cuento-novela, que es la obra que presentamos.
El estreno de la película fue en 2009, y fue la primera tridimensional elaborada en España.
El hecho fatídico de la desaparición de un ser querido es capaz de marcar la existencia de un hombre; si además ese ser querido es de una generación posterior, como es el caso que nos ocupa, la pérdida se vive de una manera especialmente dolorosa. El cuento-novela supone una superación, ya que se manifiesta siempre como un canto de esperanza: la peregrinación que Jana realiza por esta mágica África, es un viaje por el mundo de los sueños, es un modo de entender la otra vida, el lugar en donde se encuentran los muertos. Gracias a los sueños los personajes que se encuentran en el otro lado van mostrando a los mortales el fabuloso lugar en donde habitan. De esta manera se está insinuando al caminante que si mantiene presente en su imaginación a los que ya se han ido, éstos no mueren del todo, sino que nos siguen acompañando en nuestro caminar y se hacen presentes en los sueños. Un viaje Mágico a África es un canto de vida y esperanza, de unidad y encuentro entre nosotros y las personas que queremos estén vivas o muertas y que nos invitan a continuar viviendo haciendo de nuestra vida una entrega colmada de magia y alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario