Pearl, Matthew: El último Dickens. Alfaguara, Madrid, 2009. 504 páginas. Traducción de Manu Berastegui. Comentario realizado por Óscar Ávila Pardo.
Matthew Pearl es un escritor norteamericano nacido en Nueva York en 1975, que ha publicado con éxito hasta ahora tres novelas: El Club Dante, La sombra de Poe y, recientemente, El último Dickens. En esta última, el joven escritor crea una ficción en torno a los últimos días del escritor inglés Charles Dickens, que murió de forma repentina de un derrame cerebral poco después de concluir un viaje a Norteamérica, dejando inconclusa la publicación de su última novela, El misterio de Edwin Drood.
La narración se sitúa en el siglo XIX y se mueve entre la India colonial, América y Europa. Comienza con un oscuro relato sobre dos jóvenes policías ingleses, que trabajan para el departamento de Servicio Civil de la India y que están tras la caza de unos traficantes de opio, en la región de Bengala. Sigue en el puerto de Boston en donde muere atropellado un joven mensajero, de nombre Daniel Sand, que trabaja para una prestigiosa editorial, F. O & Co., y que es perseguido por un extraño personaje de turbante hindú que lleva un bastón, en cuya empuñadura luce un exótico ídolo dorado con un cuerno y la boca abierta. El mensajero andaba por el puerto tratando de realizar un encargo hecho por James Osgood: buscar los últimos capítulos de una novela de Dickens que una editorial preparaba para su publicación. A partir de estos acontecimientos se va desarrollando la trama de la novela. Nos enteramos que hay una editorial, F. O & Co., que tiene en exclusiva la publicación de los relatos de Dickens en toda América; que la editorial está esperando los últimos capítulos de El misterio de Edwin Drood, desaparecidos tras la muerte repentina de Dickens; que ha enviado a buscar este material a Daniel Sand, y que los capítulos han vuelto a desaparecer con la muerte del joven Daniel. A partir de ahí, y con una velocidad de vértigo, se van acumulando otros hechos como la muerte del abogado Sylvanus Bendall, testigo del accidente en que muere el joven mensajero, que aprovechando la situación había robado el manuscrito. Alcanzado el manuscrito, se descubre un hecho incontestable: la novela ha quedado defintivamente inconclusa. Lejos de desanimarle, este hecho lleva al editor a seguir en su empeño, el de recopilar todo el material existente de Dickens con el fin de aclarar el fin que tenía asignado a su obra.
El desarrollo de la novela continúa echando una mirada a lo que había sido la gira que Charles Dickens había realizado dos años y medio antes (noviembre de 1867) a la Costa Este de los Estados Unidos auspiciados por F. O & Co. En la gira se suscitan una serie de hechos que culminan con el cuasi asesinato del mismo Dickens en manos de una fanática admiradora. La trama revela cómo los fanáticos admiradores de Dickens llenan los teatros e iglesias en donde el mismo Dickens va haciendo la lectura de su obra, con el fin de promocionarse; algunos de ellos son verdaderos admiradores del escritor, pero otros son piratas literarios que van transcribiendo las lecturas de Dickens con el fin de hacer sus propias publicaciones más baratas que las ediciones de F. O & CO. Al fracasar en su intento de encontrar algo nuevo, James Osgood, junto con su socio, decide emprender un viaje a Londres, para buscar, entre las mismas pertenencias de Dickens, alguna pista que pudiera dar con el esperado fin de la novela. Este viaje lo realizará con Rebeca Sand, hermana del desafortunado mensajero. En el transcurso del viaje Osgood entabla amistad con uno de los pasajeros, el señor Marcus Wakefield, quien se presenta como un exitoso comerciante de té, y es atacado por el extraño personaje del bastón con cabeza dorada, que, capturado, es puesto bajo la vigilancia del capitán del barco. Wakefield se interesa sobremanera por el motivo que lleva a Osgood, junto con la señorita Sand, a Londres y les ofrece toda la ayuda que pueda en la vieja metrópolis, ofrecimiento que Osgood acepta amablemente. Llegados al viejo mundo, comienzan descubriendo que el drama que escribe Dickens en El misterio de Edwin Drood, poco tiene que ver con la fantasía: se trata de un crimen real, y lo que es peor, muchos de sus protagonistas se encuentran vivos aún. En la novela Dickens se introducía en los suburbios londinenses en donde el consumo y tráfico de opio están a la orden del día, situación que no ha cambiado y que ante las investigaciones del joven editor norteamericano comienza a molestar a los traficantes. Las preguntas de J. Osgood le llevan a ser presa de una serie de atentados que hacen que peligre su vida. Decepcionado de todo vuelve a Boston, pero durante el viaje de regreso cae en la cuenta de que es muy posible que Dickens hubiera comenzado a escribir su novela desde el final, de manera que los últimos capítulos los escribió en los meses que estuvo de gira por los Estados Unidos. Además de la aventura, en la novela también hay espacio para el amor, el que surge entre Rebeca Sand y James Osgood, a través de la acción y de las diversas peripecias que viven juntos. Sin hacer de esto el centro de la narración, el autor consigue dar con ello un toque de humanidad a todo el relato, pues muestra desde la torpeza de James para reconocer las sutilezas con que Rebeca lo va seduciendo, hasta el sentirse plenamente enamorado y dispuesto a comprometerse con ella. Otros temas que van apareciendo en la novela son el papel de los traficantes de opio en las zonas de producción de la droga, la vida que lleva el hijo de Dickens al servicio de la policía en Bengala, la corrupción policial…
Matthew Pearl, escritor norteamericano nacido en Nueva York en 1975, se graduó en Literatura Inglesa y Norteamericana en la Universidad de Harvard (1997) y terminó sus estudios en Derecho en Yale (2000). Además de ésta, ha publicado otras dos novelas: El Club de Dante, que se transformó en un gran bestseller traducido a más de treinta idiomas, y La sombra de Poe, que ilumina el oscuro enigma de la muerte de Edgar Allan Poe.
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