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miércoles, 27 de diciembre de 2023

Aloysius Pieris: El Reino de Dios para los pobres de Dios. Por Mª José Herrería

Pieris, Aloysius: El Reino de Dios para los pobres de Dios. Retorno a la fórmula de Jesús. Mensajero, Bilbao, 2006. 112 páginas. Comentario realizado por Mª José Herrería.

A veces resulta más difícil hablar de un libro que de otros. En ocasiones, se debe a la impresión negativa que nos ha producido su lectura. En otras, y éste es mi caso, es debido a cómo nos ha afectado su lectura interiormente y nos ha conmocionado. Y se hace difícil escribir, porque una es consciente de la pérdida de objetividad que ha sufrido. 

Con este libro he perdido esa objetividad. Puedo decir cómo he encontrado puesto por escrito lo que venía intuyendo desde hacía un tiempo. Aloysius Pieris, jesuita, doctor en filosofía budista y en Teología, se dedica tanto a la indología clásica como a la teología y es considerado el principal teólogo de la liberación en Asia. 

En este libro escribe para sus hermanos jesuitas. Pero lo que escribe sirve para cualquier creyente. A lo largo de seis capítulos enmarcados por una introducción y un apéndice, nos presentará lo que él describe como una lamentación, una crítica y un llamamiento. Lamentación y crítica que se van destilando a lo largo de los dos primeros capítulos, en un análisis de cómo el lenguaje que usamos sobre Jesús, los paradigmas contemplación-acción y fe-justicia «dificultan tanto

miércoles, 4 de diciembre de 2019

Aloysius Pieris: El Reino de Dios para los pobres de Dios. Por Jesús Sanjosé del Campo

Pieris, Aloysius: El Reino de Dios para los pobres de Dios. Retorno a la fórmula de Jesús. Mensajero, Bilbao, 2006. 109 páginas. Traducción de José Manuel Lozano-Gotor Perona. Comentario realizado por Jesús Sanjosé del Campo.

El autor, especialista en relaciones entre teología católica y teologías orientales, de fama mundial, se lamenta de la pérdida de contenido cristiano de la teología cristiana occidental. 

Entiende que el cristianismo que brotó en un tiempo y en un lugar, Palestina del siglo primero, y que con el paso del tiempo hizo el esfuerzo de inculturarse en una cultura, la romana, haya hecho esta inculturación de una vez por todas. 

Reclama que con el paso del tiempo, para ser fiel a su misión de salvación universal, tiene que despojarse de las formas culturales occidentales y hacer el mismo esfuerzo en cada cultura que hicieron los primeros pensadores del cristianismo con la cultura helenista.

Para realizar este enorme trabajo, plantea que el camino a seguir no es el de la discusión teológica conceptual, sino el de la espiritualidad… En este camino, los pobres, principales herederos del Reino de Dios recuperan el valor que tuvieron en el Evangelio.