Honoré, Carl: Elogio de la lentitud. Un movimiento mundial desafía el culto a la velocidad. RBA, Barcelona, 2004. 256 páginas. Traducción de Jordi Fibla. Comentario realizado por Jesús Ángel Rodríguez.
Este pequeño libro en cuanto a número de páginas es francamente muy interesante y muy ameno de leer. El título que le he puesto a mi reseña es un refrán muy conocido que, con palabras similares, Suetonio atribuye al emperador Augusto, y con estas mismas palabras se le atribuye al rey Fernando VII. Este refrán refleja la sabiduría popular de muchos años donde se concentra que las prisas no son buenas. Vivimos en un mundo muy ajetreado, los que vivimos en las grandes ciudades vamos a los sitios corriendo. La semana pasada me dijo una amiga que se fue a vivir a Aranda de Duero (Burgos), que cuando viene a Madrid todo el mundo le adelanta por la calle. ¿Para qué corremos? Para llegar antes ¿Y para qué queremos llegar antes?... Hay muchas veces que esas prisas no nos sirven para nada. Como se dice en el libro: padecemos la «enfermedad del tiempo» para denominar esta creencia obsesiva de que «el tiempo se aleja, no lo hay en suficiente cantidad, y debes pedalear cada vez más rápido para mantenerte a su ritmo».