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jueves, 14 de marzo de 2013

Juan María Laboa: Jesús en Roma. Por Javier Sánchez Villegas

Laboa, Juan María: Jesús en Roma. Khaf, Madrid, 2013. 182 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Un sueño. Todo ha sido un sueño. Esto nos puede desilusionar, desesperanzar... o ponernos en movimiento. Los sueños configuran nuestras vidas y nos estimulan a seguir adelante, sabiendo que lo más seguro es que nunca los podamos alcanzar, pero nos marcan el norte, el camino y no los podemos obviar. Si viviéramos de los sueños y no saliéramos de ellos, nos convertiríamos en lunáticos, en personas utópicas (con permiso de Tomás Moro) cuya existencia estaría alejada de la realidad. Por el contrario, si no tuviéramos ningún sueño, nuestra vida se acabaría, seríamos como zombies, muertos en vida. Por tanto, los sueños son fundamentales. Dime cuáles son tus sueños y te diré quién eres.

La lectura de esta novela de José María Laboa (del cual ya hemos hablado en el comentario de otra obra suya -ver aquí-) me ha hecho pensar bastante. En primer lugar, porque me ha trasladado a un mundo y a unos personajes que me han encantado. ¿Qué pasaría si Cristo se presentara de repente en Roma? En segundo lugar, porque me he sentido invitado a poner nombre y apellidos a mis propios sueños. ¿Cuáles son mis sueños con respecto al mundo, a mi familia, a la Iglesia...? En definitiva, porque de alguna manera me he visto impelido a valorar cuánto de mi vida debe cambiar para que mis sueños se cumplan. En este sentido, quiero dar la enhorabuena a Laboa, pues ha sido capaz de poner palabras a algo que realmente es complicado: cuáles son sus sueños con respecto a la Iglesia. Para ello, se ha introducido en la piel del mismo papa Benedicto XVI y ha dado rienda suelta a sus sueños con respecto a la Iglesia. No pretende en ningún momento (así lo he percibido yo) criticar la institución, sino simplemente tratar de reflejar si la Iglesia lo está haciendo bien. En este sentido, voy a dejar al propio Laboa que se explique.