Ayerra, Mari Patxi: Querido Dios. Cartas de Esperanza. Sal Terrae, Santander, 2004. Colección «Humanizar la salud» 9. 143 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Este es uno de esos libros que deberían ser de obligada lectura para todas aquellas personas que son profesionales de la salud (médicos, enfermeros, auxiliares, etc.), para el personal no sanitario pero que tratan con enfermos (celadores, personal de limpieza, etc.) y para todas aquellas personas que, de una u otra forma, acompañan a enfermos. Está escrito con verdadera maestría, con gracia, con talento, con humor, con sencillez..., con todo aquello que hace falta para que la vida de un "paciente" sea un poquitín más humana. Señores, cuando vamos a un hospital, ya sea a urgencias o a ver a un especialista, no vamos de turismo, ni vamos porque no tenemos otra cosa que hacer. Vamos porque nos sentimos mal, porque queremos recobrar la salud, porque queremos volver a ser nosotros mismos. Una amiga mía enfermera, María, me recuerda muchas veces que cuando hay partidos importantes de fútbol las urgencias están más vacías. Vale. A lo mejor hay gente que considera que algo no es tan urgente como para que no pueda esperar a que termine un partido. De acuerdo. Pero yo os juro que cuando he ido a un hospital es porque era estrictamente necesario. No me gustan los hospitales. El ambiente es horrible. Además, me deprimen un montón. En cualquier caso, nos gusta que nos traten bien, que nos escuchen, que nos consideren personas... aunque la curación tarde un poquitín más. No obstante lo dicho, tengo que reconocer que el sistema sanitario español es de los mejores del mundo (hasta donde yo conozco), y que el personal sanitario y no sanitario es excelente. Pero ¡cuidadito con la comunicación no verbal! A veces la gente sufre innecesariamente los problemas y los malos rollos de los profesionales. Si supiéramos escuchar un poco más...
Mari Patxi Ayerra no necesita presentación. En el comentario a otro de sus libros, Juntos somos más que dos (ver aquí), ya la hicimos. Por ello, pasamos directamente al libro.
Querido Dios realmente no es un libro, es un conjunto de 47 cartas que Esperanza escribe a Dios en las que le cuenta su día a día. "Esperanza es una mujer madura, «la Espe», que trabaja en la limpieza de un hospital. Es de esas que, con su carrito y su fregona, entran por todos los rincones y hablan con todo el mundo. Tiene marido, hijos, nietos, vecinos y un buen montón de amigos. Sencilla y lista como ella sola, percibe todo lo que ocurre a su alrededor y posee esa sabiduría que da la vida a quien la vive intensamente, y se reserva un tiempo para contemplarla y escuchar mucho por dentro y por fuera. Tiene además un corazón a flor de piel... y a flor de pies y manos, o sea, que no ve encrucijada de dolor, angustia o injusticia que no la haga ponerse a denunciar, reflexionar, sentir... y desplegar cuidado, empatía y cariño.
Mari Patxi Ayerra |
La otra es Mari Patxi Ayerra, que se parece tanto a «la Espe» que uno termina por creer que ya existen los clones humanos. No trabaja en ningún hospital, pero los frecuenta por achaques propios (por cierto, espero que ya te hayas recobrado y estés mucho mejor) y ajenos. Por necesidad y por solidaridad, por tanto. También tiene una «entrañable tribu familiar», un «vecindario»... y un montón de personas en situaciones de precariedad social, psico-afectiva, relacional... a las que acompaña y ayuda apoyada en sus estudios psicológicos, centrados particularmente en las relaciones humanas y en el encuentro sanador entre las personas. Se dedica al arte y al privilegio de cuidar. Y en estas cartas, como sin querer nos ofrece un pequeño Tratado sobre la Humanización de la Salud... y de la Vida. Un tratado que a todos los humanos, cuya principal «profesión» es vivir y ayudar a vivir, nos vendría bien asimilar y repasar cada día.
Pero hay además un tercero. Es Dios, que también se llama Esperanza. Así que es normal que las otras dos Esperanzas lo tengan por amigo incondicional, y que sea Él a quien le cuenten todas sus cuitas, sus luchas, sus decaimientos, sus hallazgos, sus propósitos... Y es normal que su Amigo ayude a ambas a verlo todo con esa mirada, con ese corazón y con esas disposiciones activas que la «mística de ojos abiertos» es capaz de engendrar. Como las dos tienen un romance, tan fuerte como limpio y sencillo, con Dios-Esperanza, se sienten habitadas, se dejan llevar de su mano y van depositando semillas de esperanza en todo cuanto la vida les presenta".
Normalmente procuro no copiar nada de los libros salvo que esté convencido de que no voy a poder mejorar lo que se dice. Este es el caso. Me ha parecido tan brillante que os lo he querido ofrecer tal cual. Tan brillante como la introducción que escribe Francisco Javier Garcés a esta obra, en la que da completamente en el clavo tanto en el contenido como en la forma de exponerlo. Lo único que se dice de él es que es médico y, a juzgar por lo que escribe, me atrevería a afirmar que seguro que es un buen médico.
Pues eso, este libro se compone de 47 cartas que «la Espe» escribe a Dios, en las que se van pasando revista a modo de cuadro impresionista a un montón de situaciones y escenas de la vida cotidiana en un hospital. Es la vida misma, pero contada con humor, con profundidad, con psicología... con amor. En Medicina y Enfermería debería haber una asignatura que se llamara "Humanidad". El primer libro que pondría en la bibliografía sería este de Mari Patxi Ayerra. Te prometo que te encantará. Su lectura es más que recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario