Fast, Howard: Mis gloriosos hermanos. Judea contra Antíoco IV. La lucha por la libertad. Sefarad Editores, Madrid, 2006 (edición original de 1948). Alas Raíces, Biblioteca de Literatura Judía 6. 303 páginas. Traducción de Mario Calés. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Madrid, Feria del Libro 2015. Me encuentro ante una caseta con libros de temas, editoriales y autores judíos. Hablo con el librero. Me impacta su cultura. Lo sabe todo sobre el mundo judío. Hablamos de todo lo divino y lo humano (no hay nadie más en la caseta). Al final, le pido que me recomiende un autor y un libro. No lo duda. Y me pone este libro en las manos. Leo la contraportada y me lo llevo. Después de leerlo, me doy cuenta de que ha acertado de lleno. Gracias, de verdad.
A modo de introducción, Howard Fast (1914-2003) hace una declaración de intenciones:
«Poco más de un siglo y medio antes del nacimiento de Cristo, un puñado de labradores judíos se levantó contra los conquistadores sirio-griegos que habían ocupado su pais.
Por espacio de tres décadas libraron una batalla que, como esfuerzo de resistencia y liberación, casi no tiene paralelo en la historia de la humanidad. Fue, en cierto sentido, la primera lucha moderna por la libertad y estableció una pauta que siguieron muchos movimientos posteriores.
La historia de los Macabeos, celebrada aún ahora por los judíos de todo el mundo con la festividad de Janucá, o Fiesta de las Luces, es la que he tratado de narrar aquí, considerando que en esta época trastornada y áspera es útil y necesario recordar la antigua entereza del género humano.
Todo lo que pueda tener de bueno este relato lo debo al pueblo que recorre sus páginas, ese maravilloso pueblo de la antigüedad que con su religión, sus normas de vida y su amor a la patria, forjó la espléndida máxima de que la resistencia a la tiranía es la forma más genuina de la obediencia a Dios.»
Efectivamente, esta novela tiene como protagonista al caudillo de la revolución judía Judas Macabeo. Supongo que tú, sagaz lector, conocerás la historia de los Macabeos, narrada justamente en el Antiguo Testamento en los dos libros que llevan su nombre (1 y 2 Macabeos). No obstante, permíteme que cuente algo al respecto.
El imperio de Alejandro Magno (336-323 a.C.) fue como una pesadilla para el Oriente próximo antiguo y, en particular, para Israel. El helenismo, con su cultura, su religiosidad y su visión del mundo, se impuso también en Israel, primero de forma blanda con la dinastía de los Tolomeos, y luego de modo fuerte y represivo con los Seleúcidas de Siria, descendientes, como los Tolomeos, de los Diadocos, los generales de Alejandro Magno, cuyo imperio se habían repartido a la muerte de éste. Sobre todo con Antíoco IV Epifanes (175-164 a.C.), la helenización forzosa de Israel se vuelve opresiva: queda abolida la circuncisión, la Torá deja de ser la ley del Estado judío, el templo es dedicado a Zeus olímpico. Todo esto tendrá como efecto que surja un movimiento de rebelión en los campos, liderado por Judas. Si lo buscas en la Biblia, lo narrado en la novela llegaría hasta 1 Mac 9, 22 (la llamada tabla de Judas). El resto de este primer libro está dedicado a Jonatán y a Simón, hermanos de Judas y sucesores en el liderazgo del movimiento de liberación judío. Por cierto, se me olvidaba decir que los dos libros de los Macabeos están escritos en griego (por eso son deuterocanónicos), y por este motivo los judíos no lo incluyen en la Tanak.
Bien, Howard Fast centra su relato en Judas Macabeo, ensalzándolo y presentándolo ante los suyos como un héroe capaz de organizar y liderar a un pueblo sometido por los impíos, y de reaccionar contra ellos, porque la causa judía lo merece. Así, aparece como un modelo a seguir, como un elegido de Dios para liberar al pueblo. No en vano "Macabeo" tiene un tinte profético. En boca de Judas, aparecen frases impresionantes, tales como: "Nadie muere inútilmente o fútilmente en la lucha por la libertad del hombre". Y los conduce hacia la guerra en nombre de Dios y de la libertad.
Por su parte, los helenistas, viendo el cariz que está tomando la contienda, consideran que "no se puede confiar en los judíos; el pensamiento occidental no encuentra base de entendimiento. Todos nuestros conceptos de libertad, dignidad y resposabilidad les son extraños.
Los judíos son, por naturaleza, inferiores, puesto que rechazan lo mejor de la civilización y parecen incapaces de encarar los aspectos más elevados de la vida.
Los judíos son los enemigos de la humanidad, puesto que rechazan, desprecian y calumnian todo lo que es valioso para el género humano, los dioses de los hombres, las creencias de los hombres y las costumbres de los hombres.
Los judíos constituyen una amenaza fundamental para Roma misma, porque se oponen a la libertad de esclavitud, base de la cultura occidental.
Los judíos son los enemigos del orden, porque veneran el desorden y la desobediencia y rinden culto a la resistencia".
En fin, novela épica, cargada de un ritmo brutal. La radicalidad y la insistencia son básicas en todo el relato. Pero si quieres conocer este capítulo de la historia del pueblo judío, y saber qué cambia en ellos a partir de ese momento, esta novela te ayudará. Cuando la terminas, entiendes que hay un sentido profundo de ánimo y una mirada puesta en un horizonte de identidad y de libertad que ayuda a superar los baches de la historia, como los sufridos con Antíoco IV, como los sufridos con Hitler. La novela, como dijimos al principio, fue escrita en 1948. Ahora entiendo por qué el librero argentino de la Feria del Libro me la recomendó. En el fondo, es un canto de esperanza. Que la disfrutes. Hasta la próxima.
«Poco más de un siglo y medio antes del nacimiento de Cristo, un puñado de labradores judíos se levantó contra los conquistadores sirio-griegos que habían ocupado su pais.
Por espacio de tres décadas libraron una batalla que, como esfuerzo de resistencia y liberación, casi no tiene paralelo en la historia de la humanidad. Fue, en cierto sentido, la primera lucha moderna por la libertad y estableció una pauta que siguieron muchos movimientos posteriores.
La historia de los Macabeos, celebrada aún ahora por los judíos de todo el mundo con la festividad de Janucá, o Fiesta de las Luces, es la que he tratado de narrar aquí, considerando que en esta época trastornada y áspera es útil y necesario recordar la antigua entereza del género humano.
Todo lo que pueda tener de bueno este relato lo debo al pueblo que recorre sus páginas, ese maravilloso pueblo de la antigüedad que con su religión, sus normas de vida y su amor a la patria, forjó la espléndida máxima de que la resistencia a la tiranía es la forma más genuina de la obediencia a Dios.»
Efectivamente, esta novela tiene como protagonista al caudillo de la revolución judía Judas Macabeo. Supongo que tú, sagaz lector, conocerás la historia de los Macabeos, narrada justamente en el Antiguo Testamento en los dos libros que llevan su nombre (1 y 2 Macabeos). No obstante, permíteme que cuente algo al respecto.
El imperio de Alejandro Magno (336-323 a.C.) fue como una pesadilla para el Oriente próximo antiguo y, en particular, para Israel. El helenismo, con su cultura, su religiosidad y su visión del mundo, se impuso también en Israel, primero de forma blanda con la dinastía de los Tolomeos, y luego de modo fuerte y represivo con los Seleúcidas de Siria, descendientes, como los Tolomeos, de los Diadocos, los generales de Alejandro Magno, cuyo imperio se habían repartido a la muerte de éste. Sobre todo con Antíoco IV Epifanes (175-164 a.C.), la helenización forzosa de Israel se vuelve opresiva: queda abolida la circuncisión, la Torá deja de ser la ley del Estado judío, el templo es dedicado a Zeus olímpico. Todo esto tendrá como efecto que surja un movimiento de rebelión en los campos, liderado por Judas. Si lo buscas en la Biblia, lo narrado en la novela llegaría hasta 1 Mac 9, 22 (la llamada tabla de Judas). El resto de este primer libro está dedicado a Jonatán y a Simón, hermanos de Judas y sucesores en el liderazgo del movimiento de liberación judío. Por cierto, se me olvidaba decir que los dos libros de los Macabeos están escritos en griego (por eso son deuterocanónicos), y por este motivo los judíos no lo incluyen en la Tanak.
Rubens: Triunfo de Judas Macabeo |
Por su parte, los helenistas, viendo el cariz que está tomando la contienda, consideran que "no se puede confiar en los judíos; el pensamiento occidental no encuentra base de entendimiento. Todos nuestros conceptos de libertad, dignidad y resposabilidad les son extraños.
Los judíos son, por naturaleza, inferiores, puesto que rechazan lo mejor de la civilización y parecen incapaces de encarar los aspectos más elevados de la vida.
Los judíos son los enemigos de la humanidad, puesto que rechazan, desprecian y calumnian todo lo que es valioso para el género humano, los dioses de los hombres, las creencias de los hombres y las costumbres de los hombres.
Los judíos constituyen una amenaza fundamental para Roma misma, porque se oponen a la libertad de esclavitud, base de la cultura occidental.
Los judíos son los enemigos del orden, porque veneran el desorden y la desobediencia y rinden culto a la resistencia".
En fin, novela épica, cargada de un ritmo brutal. La radicalidad y la insistencia son básicas en todo el relato. Pero si quieres conocer este capítulo de la historia del pueblo judío, y saber qué cambia en ellos a partir de ese momento, esta novela te ayudará. Cuando la terminas, entiendes que hay un sentido profundo de ánimo y una mirada puesta en un horizonte de identidad y de libertad que ayuda a superar los baches de la historia, como los sufridos con Antíoco IV, como los sufridos con Hitler. La novela, como dijimos al principio, fue escrita en 1948. Ahora entiendo por qué el librero argentino de la Feria del Libro me la recomendó. En el fondo, es un canto de esperanza. Que la disfrutes. Hasta la próxima.
"Nadie muere inútilmente o fútilmente en la lucha por la libertad del hombre". Los judíos israelitas leerán hoy esta frase, cuando someten de la forma que lo hacen al pueblo Palestino?
ResponderEliminarAdemás que sugestivo que fuera publicado en 1948, cuando comienza la Nakba.
Supongo que sí, que la leerán y probablemente harán un poco de autocrítica. No obstante, todos formamos parte de este gran teatro del mundo, y una parte de responsabilidad tenemos con todos los conflictos no resueltos que hay en el mundo. Algo habrá que hacer para resolverlos.
EliminarUn saludo, desconocido comentarista.
Javier.
Sí, lo leemos y la autocrítica que esperamos es la de los propios palestinos, que continúan hasta el día de hoy con las mismas intenciones que tuvieron en 1947-49: acabar con el Estado de Israel y negar al pueblo judío su derecho de autodeterminación. Los árabes que vivían en la colonia británica que era Israel en aquella época se unieron a los árabes de los países vecinos para exterminar a los judíos y acabar con el Estado de Israel, la guerra declarada por ellos era total. La perdieron y hasta el día de hoy no admiten su error y la inmoralidad de su reclamo que toda esa tierra es sólo de ellos, invasores que llegaron aquí en el siglo 7o de la era cristiana, 1700 años después que los judìos ya habíamos sido independientes con Jerusalén como nuestra capital, y cerca de 800 años después que los Macabeos expulsaron al imperialismo griego.
EliminarA ver si estudian algo de historia antes de dar opiniones huecas y antisemitas. Verguenza debería darles de hablar de la Nakba cuando ellos mismos empezaron la guerra con la intención de eliminar a todos los judíos.
Efectivamente, estoy de acuerdo con usted en que el conocimiento es necesario para superar los conflictos. Y conocer la historia es fundamental para ello, tanto la escrita por los vencedores como la escrita por los vencidos (porque caben distintas opiniones, todas ellas muy bien fundamentadas).
EliminarNo obstante, se me hace difícil mediar opiniones contrarias si se recurre a insultos o a posturas radicales. Confío en que ya no habrá más en el futuro.
Un saludo cordial