Pintor Ramos, Antonio: Nudos en la filosofía de Zubiri. UPSA, Salamanca, 2006. 257 páginas. Comentario realizado por Manuel Mazón.
La Filosofía constituye la vida intelectual de aquellos personajes que en veintiséis ya largos siglos, vuelven siempre sobre las mismas cuestiones: es la ruta, que de una u otra manera, va del pensamiento al ser. Ello ha dado pie a todo ese complejo mundo del saber y de sus distintos modos. Tomando como referencia de concreción un panorama u horizonte, se pueden fijar las coordenadas de los distintos sistemas filosóficos: el horizonte del movimiento para la Metafísica griega, y el horizonte de la creación o nihilidad para la filosofía que remataría, desde esta perspectiva, en Martín Heidegger. Podríamos aventurar que muy posiblemente en el inicio de un nuevo horizonte nos encontraríamos con la «formalidad de realidad» de Xavier Zubiri.
La experiencia inmediata (y en exclusiva) de esta formalidad de realidad, se da en el sentir humano, ese modo de quedar el ser humano ante las cosas. De aquí arranca, con dramática necesidad, la vida del individuo desde y hacia la «propia realidad» con la ayuda imprescindible de su modo de sentir, y que Zubiri quiere fijar, definitivamente, como intelectivo. Eso que llamamos la inteligencia es en nosotros, inexorablemente (en expresión zubiriana), sentiente.
La ruta filosófica de Zubiri está bien marcada a lo largo de toda su obra. Lo que Antonio Pintor llama nudos, hace referencia a los momentos aporéticos (de encrucijada) que, en más de una ocasión, perturbaron la mente del filósofo en el perseguir intelectualmente el hilo comprensor de «su realidad afectante».
En el libro que aquí presentamos, pone de relieve Pintor los nudos que surgen de lo que entiende ser el ámbito filosófico, en que Zubiri actualiza su visión de la realidad, a la luz de su reflexión sobre la Historia de la Filosofía. Nada menos que tres capítulos de los cinco del libro, ocupan esta tarea de Pintor, donde su conocimiento y dominio de la Fenomenología y de toda su compleja influencia, ponen con claridad de primera fila, el desglose de los inicios de la marcha intelectual de Zubiri: El acceso a la Historia de la Filosofía. El pragmatismo en la formación de Zubiri: El giro pragmático —llama con símil acertado Pintor— a esa etapa situacional en la que Zubiri va a desarrollar sus primeros esbozos filosóficos: el giro pragmático en la Filosofía contemporánea, el giro pragmático y la interpretación de Zubiri, el pragmatismo en la Filosofía de Zubiri.
La categoría de actualidad, clave para entender el sistema de Zubiri, es siempre actualidad de realidad. Desde estos análisis, que Pintor resalta de una manera magistral, puede el lector introducirse, bien centrado, en lo que es la inquietud zubiriana por resituar la filosofía de Kant (capítulo IV).
La obra de Sobre la Esencia, a pesar de la tinta que ya se ha vertido en su comentario, sigue pidiendo ser entendida desde su propia interioridad (¡valga la expresión!). El capítulo V de este libro de Pintor intenta, ¡ojalá que con éxito!, despojar a la obra de ese calificativo de libro–Isla (en titular de Pintor) ahondando, con finura analítica, en los parámetros que el propio Zubiri dejó más que esbozados en su Trilogía sobre Inteligencia y Realidad.
Los lectores ya familiarizados con la Filosofía de Zubiri, encontrarán en este libro de Pintor agudos planteamientos que ponen más claridad sobre aspectos decisivos de lo que sea su idea de la Inteligencia. Pero creo que también puede ser un buen «compañero de ruta» para el lector inquieto en comprender algo de los problemas que, intelectualmente, nos acucian en el marco de una filosofía pura.
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