Gabrieli, Giulia: Un gancho en medio del cielo. Paulinas, Madrid, 2016. 127 páginas. Traducción de Adoración Pérez Sánchez. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Fresco, ágil, dinámico, directo, potente, profundo... Así es este libro de Giulia Gabrieli. Cuando la hermana Esther me lo recomendó, no podía ni imaginar lo que me iba a encontrar. Es sobrecogedor, esperanzador, realista pero positivo. Es como un oasis en medio del desierto. Como un soplo de aire fresco en una tarde calurosa de verano. Es... la vida misma. Justo de eso va este libro. Pero escrito por una chica italiana de catorce años, con un lenguaje propio de cualquier adolescente de catorce años. Eso a mí me ha encantado, acostumbrado como estoy a convivir con adolescentes desde hace ya muchos años.
¿Quién es Giulia Gabrieli? Giulia es una chica normal, que nació en el seno de una familia normal, con gustos normales para su edad: forma de vestir, música, etc. Sin embargo, algo la hizo especial. Estando de vacaciones con su familia, notó que la mano izquierda se le inflamaba. Tras muchas pruebas médicas, el diagnóstico fue cáncer. Después de dos años de lucha contra la enfermedad (un sarcoma muy agresivo), el 19 de agosto de 2011 moría. Durante este tiempo, quiso hacer realidad uno de sus sueños: escribir un libro. Y lo hizo, ¡vaya si lo hizo! Ella quería dar testimonio de su evolución como persona y transmitir al mundo un mensaje de luz y de esperanza. El libro que os estoy presentando da fe de ello.
Lo primero que llama la atención del libro es el título: Un gancho en medio del cielo. Está sacado de una canción que a Giulia le gustaba de una manera especial, de una canción de Claudio Baglioni, en la versión cantada de Laura Pausini: Strada facendo:
Por el camino verás que no estarás tú sola...
me transmite un gran impulso:
¡ánimo, que lo consigues!
Por el camino encontrarás también tú
un gancho en medio del cielo...
Sí, me siento tan leve, una gran esperanza.
Desde el inicio de la enfermedad, Giulia nos hace ver que la vida está llena de ganchos en medio del cielo que nos ayudan a seguir caminando. Impresiona cómo habla de sus padres, de su hermano pequeño, de sus tíos y primos, de sus vecinos. Pero más todavía cómo lo hace de los superhéroes, es decir, de los médicos y enfermeras que la acompañaron en todo el proceso. Se habla de profesionalidad, pero sobre todo de humanidad, de cercanía, de amor... Me encanta la descripción que hace de cada uno de ellos desde una mirada positiva, de encuentro. Creo que esta chica maduró de una forma extraordinaria en esos dos años de terapia.
Más adelante se centra en el gancho más grande que tuvo en su vida, y que le dio fuerzas para afrontar todo su proceso: la fe en Jesús y en María. Os prometo que esas páginas son realmente profundas, sinceras. Utiliza palabras de confianza, amor, cercanía... de encuentro profundo con Dios. Desde su Confirmación hasta la peregrinación a Medjugorje, Giulia (insisto, con un lenguaje propio de una chica de trece-catorce años) se sumerge en las profundidades de su corazón, allí donde habita el Absoluto, para compartir su experiencia de fe, de esperanza y de amor con nosotros. De ahí brotan estas palabras:
Siempre he pedido la gracia de la curación para los demás. Últimamente, desde que estoy muy mal, aun a riesgo de parecer egoísta, la pido también para mí. Pero debo ser sincera, pienso a menudo en cómo podría ser mi vida si me curase y qué habrá en cambio en el más allá, qué le sucederá a mi familia si yo tuviese que partir para este viaje... Porque ahora sé que mi historia puede terminar solo de dos maneras: o, gracias a un milagro, con la completa curación, que yo le pido al Señor porque tengo muchos proyectos que realizar. Y los quisiera realizar personalmente yo. O bien, el encuentro con el Señor, que es una bellísima cosa. Ambos son unos finales hermosos. Lo importante es que, como dice Clara Luz, se haga la voluntad de Dios.
Impresionante para una niña de catorce años. Seamos justos, es impresionante para una persona de cualquier edad.
En fin. Giulia Gabrieli ha tocado mi corazón. Desde que he leído su libro-testimonio, no he hecho más que pensar en la vida, en mi vida. Y desde lo más profundo le quiero dar las gracias por sus palabras de alegría, amor y esperanza. No importa tanto el tiempo, sino la profundidad y el sentido que damos a lo que vivimos.
Libro más que recomendable. Se lee rápido, dado que tiene pocas páginas. Libro que te deja un sabor de boca positivo cuando lo terminas. Para nada es triste. Todo lo contrario. Es posible que lo recomiende como lectura para mis alumnos de cara al curso que viene. Espero que te guste tanto como me ha gustado a mí. Hasta la próxima.
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