Juan Santos, José Fernando: Pregunta sin miedo sobre Dios. Dialogar con jóvenes del siglo XXI. PPC, Madrid, 2019. 214 páginas. Colección "Pastoral aplicada" 35. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Valiente, decidido, dinámico. Y, sobre todo, real. Yo comparto con Josefer la docencia de la filosofía y de la religión en Secundaria (aunque en otro centro educativo) y puedo decir que suscribo las bases sobre las que se sustenta este libro: nuestros alumnos tienen verdaderas inquietudes espirituales que plantean a su manera. A veces, con más acierto. En otras ocasiones, torpemente. Pero sus preguntas están ahí. Y les inquietan. Y exigen una respuesta la mayor parte de las veces. En otras son simplemente la manifestación del movimiento interior que demanda acogida y acompañamiento, respeto y delicadeza.
No es verdad que los jóvenes de ahora no se plantean nada. Es cierto que el ambiente social y familiar no propicia que afloren ciertas preguntas a la superficie, pero están ahí, en su interior. Si consigues crear un clima de acogida en clase, o en el despacho, nuestros adolescentes encontrarán la forma de expresar lo que llevan dentro. Que es mucho y muy profundo.
Josefer (licenciado en Estudios Eclesiásticos y maestro en Audición y Lenguaje, y profesor de filosofía, ética y religión en Secundaria) es consciente de ello. Fruto de su convicción y de su cercanía a los jóvenes, surge este libro. En él, el autor recoge los interrogantes fundamentales que plantean sus alumnos, porque "nadie nace naturalmente indiferente", abriendo así un espacio de diálogo en el que estos son escuchados, acogidos, respetados y tenidos en cuenta a la hora de iniciar un diálogo en el que el corazón se pone encima de la mesa. No se trata de dar respuestas a todas las cuestiones (si las tuviera, como diría Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa, estaría enseñando teología en la Sorbona), sino de crear espacios en los que estas tengan cabida. Pues detrás de cada pregunta hay un corazón que anhela, que busca la felicidad, pero que no la encuentra en la oferta que hace el mundo.
Como el propio autor dice en el prólogo del libro, este "consta de noventa y nueve temas por los que damos una primera vuelta. Cada uno es tratado por dos jóvenes, cuyos nombres son ficticios. A ellos les corresponde iniciar diciendo lo que piensan y creen, para pasar luego a la conversación". Los jóvenes se expresan a su modo, y en alguna ocasión justifican por qué creen lo que creen. A partir de ahí se ofrece una pequeña respuesta, atrevida, pero siempre respetuosa.
Los temas están agrupados en tres bloques:
1.- ¿Todavía se habla de religión? En este bloque se recogen temas muy variados, como el de Dios, el sentido de la vida, la felicidad, etc.
2.- ¿Qué aporta el cristianismo? Jesús, María, la Iglesia, la Biblia, los sacramentos, etc.
3.- ¿En qué mundo vivimos? Sociedad, moral sexual, familia, justicia, migraciones, desigualdades, vocación, redes sociales, ecología, etc.
Como se puede comprobar, prácticamente se tocan todos los palos que preocupan a los jóvenes, y que de una forma recurrente, curso tras curso, surgen en nuestras clases. Es cierto que los chicos demandan conocimientos sólidos en estos tiempos líquidos que nos toca vivir, pero también es cierto que, ante y sobre todo, quieren ser escuchados. Ojalá nuestras aulas fueran siempre un lugar de acogida, de escucha y de respeto. Ojalá fuéramos más sensibles a las personas y sus necesidades y menos a los programas que ahogan los diálogos. Ojalá, querido Josefer, todos los docentes tuvieran la misma vocación y motivación que tú tienes. ¡Otro gallo cantaría!
Gracias por este libro tan real y tan delicioso. Me atrevería a decir que todos los jóvenes (y no solo tus alumnos) pueden sentirse reconocidos en las páginas que lo componen. Ahí radica su grandeza. ¿Cuándo aparecerá el siguiente?
Josefer (licenciado en Estudios Eclesiásticos y maestro en Audición y Lenguaje, y profesor de filosofía, ética y religión en Secundaria) es consciente de ello. Fruto de su convicción y de su cercanía a los jóvenes, surge este libro. En él, el autor recoge los interrogantes fundamentales que plantean sus alumnos, porque "nadie nace naturalmente indiferente", abriendo así un espacio de diálogo en el que estos son escuchados, acogidos, respetados y tenidos en cuenta a la hora de iniciar un diálogo en el que el corazón se pone encima de la mesa. No se trata de dar respuestas a todas las cuestiones (si las tuviera, como diría Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa, estaría enseñando teología en la Sorbona), sino de crear espacios en los que estas tengan cabida. Pues detrás de cada pregunta hay un corazón que anhela, que busca la felicidad, pero que no la encuentra en la oferta que hace el mundo.
Como el propio autor dice en el prólogo del libro, este "consta de noventa y nueve temas por los que damos una primera vuelta. Cada uno es tratado por dos jóvenes, cuyos nombres son ficticios. A ellos les corresponde iniciar diciendo lo que piensan y creen, para pasar luego a la conversación". Los jóvenes se expresan a su modo, y en alguna ocasión justifican por qué creen lo que creen. A partir de ahí se ofrece una pequeña respuesta, atrevida, pero siempre respetuosa.
Los temas están agrupados en tres bloques:
1.- ¿Todavía se habla de religión? En este bloque se recogen temas muy variados, como el de Dios, el sentido de la vida, la felicidad, etc.
2.- ¿Qué aporta el cristianismo? Jesús, María, la Iglesia, la Biblia, los sacramentos, etc.
3.- ¿En qué mundo vivimos? Sociedad, moral sexual, familia, justicia, migraciones, desigualdades, vocación, redes sociales, ecología, etc.
Como se puede comprobar, prácticamente se tocan todos los palos que preocupan a los jóvenes, y que de una forma recurrente, curso tras curso, surgen en nuestras clases. Es cierto que los chicos demandan conocimientos sólidos en estos tiempos líquidos que nos toca vivir, pero también es cierto que, ante y sobre todo, quieren ser escuchados. Ojalá nuestras aulas fueran siempre un lugar de acogida, de escucha y de respeto. Ojalá fuéramos más sensibles a las personas y sus necesidades y menos a los programas que ahogan los diálogos. Ojalá, querido Josefer, todos los docentes tuvieran la misma vocación y motivación que tú tienes. ¡Otro gallo cantaría!
Gracias por este libro tan real y tan delicioso. Me atrevería a decir que todos los jóvenes (y no solo tus alumnos) pueden sentirse reconocidos en las páginas que lo componen. Ahí radica su grandeza. ¿Cuándo aparecerá el siguiente?
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