viernes, 9 de septiembre de 2022

Antonio Vargas-Machuca: El Jesús histórico. Por Javier Sánchez Villegas

Vargas-Machuca, Antonio: El Jesús histórico. Un recorrido por la investigación moderna. UPCo, Madrid, 2004. 116 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Hace tiempo, recuerdo que un compañero de trabajo se jactaba de ser ateo. Dios no existe. Todo es un invento de la Iglesia, de los curas y las monjas. La mayor invención que el ser humano ha realizado en la Historia es la figura de Jesús. Jesús históricamente no existió. Bueno, él hablaba y hablaba... Por más que le intentara dar argumentos que le hiciera dudar por un momento de la posición que tenía, no había manera de dialogar. Encarnaba los más puros valores del dogmatismo cerrado que él achacaba a la Iglesia. ¡Vivir para ver! Al leer el libro de Antonio Vargas-Machuca: El Jesús histórico, me ha venido a la cabeza este compañero de hace muchos años. Supongo que ahora debe estar jubilado (hace mucho que no sé nada de él). Ciertamente, la lectura literalista de la Biblia que ha hecho la Iglesia desde la Contrarreforma hasta hace cincuenta años supongo que algo habrá tenido que ver en todo esto.

Prácticamente hasta el Concilio Vaticano II, la Iglesia afirmaba tres cuestiones (por cierto, todavía se escuchan por ahí en algunos púlpitos):
1.- Los autores de los evangelios son Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
2.- Los evangelios han llegado sustancialmente íntegros hasta nosotros.
3.- Son históricamente veraces, ya que fueron escritos por testigos presenciales o en contacto directo con ellos, de cuya ciencia y veracidad no puede caber duda, y pretendieron ofrecernos un relato "estricta y propiamente histórico".

A partir del Vaticano II, y en concreto de la constitución Dei Verbum (1965), la Iglesia ha cambiado su visión sobre la formación e historicidad de los evangelios. Ahora afirma lo siguiente:
1.- Se prescinde de determinar los autores de los cuatro evangelios (autenticidad literaria) y sólo señala su origen apostólico.
2.- Admite un proceso de tradición oral y escrita al servicio de la proclamación de una fe, que modifica los dichos y hechos de Jesús.
3.-  Los evangelistas realizaron una labor de selección, síntesis, adaptación y explicación, conservando la forma de proclamación: "desarrollaron algunos elementos, mirando la situación de cada una de las Iglesias" y "escogieron particularmente lo que era adaptado a las diversas condiciones de los fieles y al fin que se proponían".

No obstante, en la DV 9 se dice textualmente: "La santa madre Iglesia firme y constantemente ha mantenido y mantiene que los cuatro referidos evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican con fidelidad lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres realmente hizo y enseñó para la salvación eterna de los hombres". ¿Qué se deduce de esto? Pues que cabe investigar con los métodos históricos y científicos pertinentes al Jesús histórico, dado que los evangelios no son unos documentos estrictamente históricos.

De esta forma, el autor va a dividir su obra en función de la consideración que se ha ido haciendo a lo largo de la historia sobre el Jesús histórico. Así, nos encontramos con:

- Capítulo 1.- La interpretación de los evangelios y el Jesús histórico hasta el siglo XX. Prevalece una actitud precrítica o dogmática. Se considera que los evangelios son un reportaje biográfico fidedigno de lo que Jesús hizo y enseñó. Hasta casi la mitad del siglo XX, los creyentes exponen el contenido doctrinal de los evangelios y los racionalistas plantean con claridad una serie de problemas. Sin embargo, sus soluciones tienen muy poco de estudio crítico-literario.
Por otra parte, a principios del siglo XX se han recorrido dos etapas fundamentales en la investigación del Jesús histórico:
a.- El planteamiento del problema con Reimarus (1778), que rompe con la presunción de que lo narrado por los evangelistas corresponde exactamente a lo dicho y hecho por Jesús.
b.- El optimismo de la teología liberal que comenzando por Holtzmann (1863) cree poder reconstruir la vida de Jesús a partir del evangelio de Marcos y de la Fuente Q.

- Capítulo 2.- La "historia de las formas" y la "New Quest" sobre el Jesús histórico. Autores como Schmidt (1956), Dibelius (1947) o Bultmann (1976) dan mucha importancia al estudio de las tradiciones, de los distintos géneros literarios... hasta el punto de que, por ejemplo, Bultmann considera que la reconstrucción de la vida y enseñanza del Jesús de la historia, ni es es posible ni interesa para la teología cristiana. Esto fomentó que se realizara una nueva investigación (New Quest) del Jesús histórico. En este sentido, conviene destacar a Käsemann, a Fuchs, a Bornkamm y a Kummel. Es importante considerar que hay una continuidad entre el Jesús histórico y el kerygma de la Iglesia, lo cual ha llevado a establecer una serie de criterios de historicidad aplicables a los evangelios: criterio del testimonio múltiple, criterio de la desemejanza o discontinuidad...; a partir de 1970, los criterios varían, favoreciendo la aparición de nuevas corrientes teológicas sobre este tema. Destacan autores como Marshall, Fuller, Perrin, y las nuevas teologías del NT de Jeremias, Goppelt, I. de la Potterie, Latourelle o Fabris.

- Capítulo 3.- La tercera investigación (Third Quest) sobre el Jesús histórico. No se guía por el interés teológico, sino por un interés histórico-social. Además de las fuentes canónicas, se interesa por los evangelios apócrifos y otras fuentes extracanónicas. Destacan autores como Crossan, Flusser, Vermes, Sanders, Meier, Theissen y Brown, entre otros.
A modo de síntesis, esta investigación ha producido siete notables avances:
1.- Tiene un carácter ecuménico e internacional.
2.- Clarifica la cuestión de las fuentes fiables.
3.- Presenta un cuadro más preciso del judaísmo del siglo I.
4.- Emplea nuevas profundizaciones de la arqueología, filología y sociología.
5.- Clarifica la aplicación de los criterios de historicidad.
6.- Concede la debida atención a la tradición de los milagros.
7.- Toma con toda seriedad la "judeidad" de Jesús.

En fin, libro más que recomendable para los estudiantes de teología y para todas aquellas personas que tengan interés por saber cuál es el estado de la cuestión en relación con el Jesús histórico. Es cierto que cada época intenta proyectar en Jesús un acento, una característica, algo peculiar y exclusivo que ilumine un poco más la figura de Jesús. Así, Jesús puede aparecer como un "judío marginal", un "profeta al modo de Elías" o como un Mesías restaurador de Israel. También como un profeta escatológico o un reformador social. O como un personaje sabio y carismático. O como un "cínico itinerante" y "campesino mediterráneo galileo". 

Todos tendemos a formarnos una imagen de Jesús. ¿Cuál es la tuya? Estoy convencido de que el libro de Antonio Vargas-Machuca te ayudará a formar la tuya. Que lo disfrutes. Hasta la próxima.


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