García de Castro, José; Prieto, María; y García-Mina, Ana (eds.): Psicología y Ejercicios Espirituales. Sentir y conocer las varias mociones [Ej 313]. Mensajero-Sal Terrae-UPCo, Bilbao-Madrid-Santander, 2021. 893 páginas. Comentario realizado por Alfonso Salgado.
Estoy seguro de que, cuando en 1989 dos expertos psicoterapeutas españoles –los jesuitas Carlos Alemany y José Antonio García-Monge– programaron y dirigieron el primer encuentro sobre Psicología y Ejercicios espirituales en Salamanca, ya estaban soñando con que algún día se celebraría un segundo encuentro, que iniciaría la serie de los que tuvieran que suceder cada cierto tiempo. De lo que también estoy seguro es de que no imaginaron la cantidad y calidad de conferencias, simposios, mesas redondas y talleres que tendrían lugar, con aproximaciones tan distintas y a la vez tan convergentes en lo esencial, desarrolladas por laicos, jesuitas, profesores universitarios, investigadores, experimentados acompañantes y directores de Ejercicios, educadores, psicólogos, agentes sociales y sanitarios... procedentes de las cuatro esquinas del mundo que se desarrollarían treinta años después, en Loyola (Azpeitia, España).
Fruto del encuentro en Salamanca se publicaron dos estupendos textos (agotado uno de ellos en muy poco tiempo) en esta misma Colección Manresa, con los números 5 y 6. Fruto del Simposio Internacional de Psicología y Ejercicios, que reunió a casi trescientos participantes del 20 al 24 de junio de 2019 en el renovado Centro de Espiritualidad de Loyola es el actual volumen que recoge la práctica totalidad de la multicolor aproximación al maridaje necesario y sugerente entre Psicología –tan cambiada en estos últimos treinta años– y Ejercicios.
El grueso volumen que comentamos recoge diferentes aproximaciones, actualizadas y desde diferentes enfoques teóricos y aplicados, al intento de responder a la misma pregunta. En definitiva, se trata de poner en valor cómo la Psicología científica intenta explicar los procesos que se ponen en juego en la experiencia humana de quien recibe y quien da los Ejercicios [Ej 4-20] y, por tanto, arrojar alguna luz más a los procesos de cambio personal que acontecen en el ejercitante. De la misma manera, se presentan nuevas aproximaciones metodológicas desde la Psicología Aplicada para un mejor hacer de quien da los Ejercicios o los acompaña. Igualmente, se plantea en qué medida las intuiciones de Ignacio tuvieron un valor predictivo sobre algunas constataciones que la Psicología empírica ha podido confirmar muy posteriormente, desde otras claves y con otras finalidades distintas.
Que en la experiencia de Ejercicios se ponen en funcionamiento procesos de atención selectiva, memoria, razonamiento, imaginación, anticipación de consecuencias, emociones y sentimientos, toma de decisiones, secuencias de interacción social, mentalización..., es algo que no sorprende a nadie. Hacer Ejercicios es una experiencia humana y, como tal, debe ser explicada desde los procesos psicológicos básicos que entran en juego y sobre los que actúa la gracia, como no puede esperarse de otra manera. Igualmente, la propia antropología, pedagogía e interpretación psicológica que destila la propuesta de Ejercicios es sugerente para su aplicación en distintas experiencias pastorales, de acompañamiento..., pero también fuera de un ámbito estrictamente religioso.
Y aún es más necesario que la aproximación a esta relación se dé desde enfoques teóricos distintos. Desde 1989 hasta hoy han pasado muchas cosas, muchas de las cuales quedan muy bien reflejadas en el libro. A modo de ejemplo, en el campo de la psicoterapia, desde una primera aproximación desde modelos psicodinámicos a la aportación innegable y definitiva de la terapia de conducta y las actuales terapias contextuales y terapia derivada de la Psicología Positiva, los intentos de acercar los Ejercicios a la psicología clínica y las aproximaciones a la psicología clínica desde la experiencia vivida de los Ejercicios (sin confundir ambas ni pretender sincretismos técnicos y teóricos muy sospechosos e inútiles) han sido muchos y fértiles. De ellos da cuenta el libro con detalle y una poco frecuente creatividad.
El índice del libro da cuenta de lo debatido en Loyola en 2019 y deja constancia de temas que deben seguir tratándose. Después de unas páginas centradas en el recordatorio del Simposio, se desarrollan cuatro secciones temáticas con numerosos capítulos independientes pero bien hilados, como lo fue la confección de las mesas temáticas que allí tuvieron lugar: una sobre las relaciones entre Psicología, Antropología y Espiritualidad, que en algunos casos están diciendo lo mismo desde acentos distintos; una segunda y tercera secciones sobre el concepto y la experiencia de la moción, y sobre su diversidad, respectivamente, centradas en un término que necesita ser aclarado y bien empleado para decir lo que quiere decir; y una cuarta centrada en aspectos más prácticos y aplicados. El libro se cierra, muy bellamente, con unas páginas imprescindibles de agradecimiento a quienes comenzaron esta importante aventura, un útil glosario de términos ignacianos de gran ayuda para tener la clave correcta de interpretación de este volumen y del propio texto de san Ignacio, y una extensa bibliografía e índices. De regalo, para que el lector pueda –‘como si presente me hallare’– ponerse en el espacio y tiempo del Simposio, la edición presenta unas fotografías del santuario de Loyola y el texto autógrafo del libro de los Ejercicios Espirituales.
En definitiva, una obra de lectura para ir saboreando en momentos puntuales en los que abordar diferentes aproximaciones a la necesaria, intencionada, actual y convergente relación entre Psicología y Ejercicios, y hacerlo de la mano de quienes saben (y mucho) de qué están hablando.
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