viernes, 17 de marzo de 2023

León Felipe: Poesías completas - Textos

Felipe, León: Poesías completas. Visor, Madrid, 2019. 1360 páginas. Edición de José Paulino.

León Felipe (Tábara, Zamora, 1884 - México, 1968). Hijo de un notario, vivió en distintas ciudades, hasta que la familia, en 1893, se instaló en Santander. Farmacéutico en Santander y varios pueblos, trabaja como actor profesional en compañías que recorrían España, y fue encarcelado por deudas. Entra en contacto con el grupo de la revista España, donde publica sus primeros poemas.

En 1920 apareció Versos y oraciones del caminante, que anuncia su voz personal, alejada de las tendencias poéticas del momento. Volvió a su vida itinerante y, tras una estancia en Guinea, marchó a México y luego a Estados Unidos, donde estudió en la Universidad de Columbia y, más tarde, da clases en distintas universidades. Publica allí el segundo libro de Versos y oraciones del caminante (1930), y tradujo a Waldo Frank y W. Whitman, autor que, junto con la Biblia, va a tener una influencia determinante sobre su poesía, tanto en la forma como en el aire profético y denostador.

Al estallar la guerra civil española se encuentra en Panamá, país al que dirige su poema Good by Panama tras regresar a España. Aquí publica y lee en varios recitales su poema La insignia (1973), canto a la lucha y a la unidad de los grupos republicanos. Exiliado en México, residirá allí hasta su muerte. La guerra, la derrota, el exilio, mitificados desde una actitud de rebeldía y vindicación, pero también la condición humana, se hacen presentes en sus libros.
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo
de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.
(Versos y oraciones de caminante, libro I, 1920. Prologuillo I).
Misterio
Aquí estoy solo... Siempre solo...
Siempre entre el relámpago y el trueno...
en este irascible fogonazo, que es la vida, 
lleno de angustia y de pavor.
Esto es lo que sé...
esto es lo que puedo decir.
¿Qué otra cosa puedo preguntar?
¿Cómo se llama Dios?
¿Cómo me llamo yo?...
Dios se llama "Misterio".
Yo me llamo "Misterio"...
No hay más que sombras, sombras, sombras...
Y este irascible fogonazo, que es la vida,
lleno de angustia y de pavor...
que también se llama "Misterio".

(Poemas perdidos y encontrados, I)

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