viernes, 20 de septiembre de 2024

Carlo Maria Martini: El evangelio de María. Por Marta Sánchez

Martini, Carlo Maria: El evangelio de María. Sal Terrae, Santander, 2009. 150 páginas. Comentario realizado por Marta Sánchez.

Este libro es una recopilación de meditaciones bíblicas editadas y revisadas de nuevo por el cardenal C. M. Martini, ahora en una línea mariológica. 

La obra se estructura en dos partes. En la primera se invita al lector a contemplar a María desde cuatro escenas neotestamentarias. Estas son: La sierva del Señor (La Anunciación), La Visitación, misterio del encuentro (a su prima Isabel), En busca de Jesús (cuando Jesús conversa en el templo de Jerusalén siendo un muchacho) y Al pie de la cruz (en el Calvario). En la segunda parte, el autor reflexiona sobre la pastoral mariana, preferentemente dedicándose a los presbíteros, desde tres ángulos diferentes: María y la noche de la fe en nuestro tiempo, En el corazón de María y Puntos para una correcta pastoral mariana

El objetivo de esta edición es, como afirma el autor, vivir con María, llegar a tener una relación auténtica con la Virgen, considerada como imagen de lo femenino dedicado a Dios. Esta obra no es para ser leída de forma continua, porque en cada una de la meditaciones se sugieren unos interrogantes para detenerse y preguntarse por el camino personal de fe. Por ejemplo: ¿Cómo concibo mi vida? ¿Qué conciencia tengo de los pueblos? ¿Cómo entra en nuestra vida cotidiana el sacrificio? 

María es una mujer que vive preocupada por su pueblo; y cuando Dios le anuncia su misión, ella sale al encuentro de su prima Isabel. Es en esta escena donde se consolida la tarea de María. «Es en este pasaje donde se nos presenta la totalidad del misterio mariano: María y Jesús. María en su maternidad, María en su obediencia a la voz de Dios». El fiat (sí) de María es su confianza absoluta en Dios. Isabel habla de María como madre de la fe, en comparación con Abrahán, el padre de la fe. En el inicio de los evangelios, María se nos presenta como Madre de todos los fieles; ella está con los discípulos esperando el envío del Paráclito, es la Reina de los Apóstoles. Ante estas escenas, el autor comenta: ¡Cuántas cosas nos aplastan hasta que encuentran un momento de desahogo y se convierten en fuentes de verdad¡ Y es al final de los evangelios donde encontramos la respuesta. Dios nos ha salvado concretamente en Jesús dándonos a María, para que en ella tuviera comienzo la Iglesia. 

María es Madre de Dios y modelo de creyente, «La bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe» (LG 58). María caminó por el denso túnel de la fe, como luego hicieron Santa Teresa de Lisieux, San Luis María Grignon de Monfort, San Juan de la Cruz... La prueba de fe de María es ejemplo para todos los hombres que deseen buscar a Dios en su vida presente. La respuesta a este caminar nos la ha dado Jesús: «Y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,4.6. 18). En conclusión, éste es el mensaje que tenemos que aprender a transmitir en la devoción mariana, en la predicación. Aprender a decir, como María, «sí» a la llamada del Señor a cada uno de nosotros.



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