lunes, 16 de septiembre de 2024

Pascual Cebollada (ed.): Experiencia y misterio de Dios. Por Mª Ángeles Gómez-Limón

Cebollada, Pascual (ed.): Experiencia y misterio de Dios. San Pablo / UPCo, Madrid, 2009. 324 páginas. Comentario realizado por Mª Ángeles Gómez-Limón.

Pascual Cebollada (Madrid, 1960), jesuita, es el responsable de la edición del presente volumen. En él se recogen y ofrecen al público las ponencias del Congreso Internacional en el 25 aniversario del Instituto Universitario de Espiritualidad de la U.P. Comillas, celebrado en Madrid en octubre de 2007.

En pocas ocasiones encontramos un título que exprese mejor el contenido de lo que pretende ser la obra y que, simultáneamente, señale sus posibilidades y –en este caso especialmente obvias– limitaciones. Experiencia y misterio de Dios es un auténtico programa para la espiritualidad. Experiencia y misterio atañe a ese «ser en sí más allá de sí» que es Dios mismo. Entre la siempre discernible y limitada experiencia y el inalienable misterio pivota el acceso y la relación de la persona con un Dios cercano y distante, providente y elusivo, inmanente y trascendente. Este desproporcionado darse a conocer entre Dios y el ser humano, YHVH, discurre necesariamente entre la experiencia, Dios encarnado, «amor que desciende», y el misterio, Dios absolutamente Tú, radicalmente Otro, alteridad inmanipulable. 

Así, en el título mismo se nos entrega la clave hermenéutica del Congreso y su mensaje, el secreto de la articulación última de las conferencias y de la honda búsqueda del ser humano que se ha querido atender en estas reflexiones. Incluye, consiguientemente, el criterio que estructura los distintos conjuntos de las ponencias. Así, junto a los inevitables, necesarios y aclaratorios «corchetes» de la obra (prólogo, presentación...), encontramos un contenido que busca decir alguna palabra –responder resultaría pretencioso, incluso a ponentes tan reconocidos– sobre lo que se apunta afirmando Experiencia y misterio de Dios

Tras el prólogo y la presentación, de necesaria lectura para comprender la articulación del Congreso, se inicia el volumen con una aproximación histórica al origen y trayectoria del Instituto Universitario de Espiritualidad, cuyo aniversario se celebra. Más que un recuerdo de glorias pasadas, se presenta una sugerente exposición de la situación y perspectivas de la teología espiritual en la universidad. La U.P. Comillas, es sabido, constituye un auténtico termómetro de las inquietudes y líneas de investigación de un amplio sector de la teología, no únicamente español o europeo sino auténticamente universal, dada la procedencia de los participantes en el Instituto de Espiritualidad y en el conjunto de la Facultad de Teología en que se inserta. Esta es buena ocasión para reconocer y agradecer su incuestionable servicio a la fe y a la comunidad eclesial. 

Nos servimos de la escueta presentación que hace el mismo editor para indicar el esqueleto de una obra compleja cuyo contenido desborda todo intento de síntesis, dada la cantidad y variedad disciplinar con que actualmente se estudia la Espiritualidad y se significa en las presentes páginas: «las contribuciones se presentan articuladas en tres secciones: “La experiencia de Dios en el debate moderno”, “El encuentro con el rostro del prójimo y la trascendencia” y “La teología mística de la cruz y el misterio de Dios”. En ellas se dan cita diversos enfoques con los que se aborda la Espiritualidad: la historia, la teología sistemática, la Biblia, la filosofía, la psicología, la perspectiva ecuménica, la mística... Sus 20 autores son especialistas nacionales y extranjeros en sus respectivos campos. El libro recoge los bloques introductorios y de clausura y las ponencias a las que se pidió mayor extensión en el congreso. Se acompaña de un CD con el resto de ponencias, cuyos resúmenes se intercalan según su orden de presentación en el volumen impreso». 

Aunque no ejemplificamos, por no extendernos demasiado, se constata sin esfuerzo que cada ponencia, además de contribuir al tema del Congreso, recoge una de las líneas de investigación propias de la teología espiritual en la actualidad, aporta en lo que le es propio y –algo que es especialmente de agradecer y valorar– abre caminos de búsqueda. De este modo, el Congreso (y, por tanto, la obra que aquí se reseña) cumple una doble función: la de servir de punto de llegada –25 años son una vida que ha dado y sigue dando mucho fruto en la Iglesia–, pero también de punto de partida. Experiencia y misterio de Dios, en los términos que aquí se apunta, constituye –mucho más que un título– un pro grama de reflexión, de diálogo y de humildes propuestas, ya que no respuestas. La teología «necesita» preguntas, inquietudes, problemas, horizonte. Y el horizonte se abre –no puede ser de otro modo– desde la escucha, pues es shemá: al Dios, experiencia y misterio; al prójimo, analógicamente y por adopción, también experiencia y misterio; al mundo, creación, ámbito donde acontece el insospechado encuentro.


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