lunes, 23 de agosto de 2021

Alain Deneault: Mediocracia. Por José Fernando Juan Santos

Deneault, Alain: Mediocracia. Cuando los mediocres toman el poder. Turner, Madrid, 2019. 252 páginas. Traducción de Julio Fajardo. Comentario realizado por José Fernando Juan Santos.

Bajo este título, este profesor de sociología canadiense nos propone una crítica del panorama político, económico y cultural global. Como indica su concepto clave, la mediocridad ha asaltado el poder en todos los ámbitos. En general, situarse vital, social y profesionalmente ni por encima ni por debajo, conformarse con lo básico, acomodarse a lo establecido, participando de colectivos en los que no destacar, ajustando a lo esperado para no llamar demasiado la atención. Algo que, para Alain Deneault, es sistemático, pertenece a nuestro tiempo y es causa de una sociedad adormecida, indiferente, carente de pensamiento crítico y altos horizontes de justicia y bien común.

Un libro plagado de ejemplos, quizá alejados de nuestro contexto, pero en los que el autor ve reflejada su tesis fundamental: el analfabetismo intelectual que desemboca en considerar un problema el trabajo bien hecho y el sentido de la responsabilidad. En los tres grandes capítulos que tratan de conocimiento (educación, especialmente la universidad), economía (mercado capitalista y liberalismo) y cultura (con el arte situado en el núcleo), Alain expresa su reflexión crítica sobre un sistema que promueve decididamente la conversión de personas en productos de consumo y una terrible homogeneización hasta terminar hablando de masas. Como epílogo, un comentario sobre una política de extremo centro, en el que las posiciones claras y radicales se difuminan para hacerse aceptables y secundadas por estas masas educadas, subyugadas y envueltas en formas sin ideas fuertes.

El autor, en mi opinión, cae en aquello mismo que critica fuertemente y confunde en última instancia la posición clara y la excelencia con el viraje extremo que se está cumpliendo en las democracias occidentales. De hecho, sólo trata del Norte Occidental y su crítica se dirige únicamente a él, olvidando o cegando la mirada del lector a un mundo más amplio y a los conflictos globales que se hacen eco en tiempos del “Telón –muy permeable- Digital” que divide y enfrenta al mundo.

Los que se encuentran insatisfechos con la situación actual encontrarán un buen análisis de partida sobre el que pensar libremente y saber hacia dónde estamos conduciendo el mundo y sus sociedades. Conservadores y progresistas abrazan por igual el concepto “mediocridad”, me pregunto si se sitúa para todos en el mismo horizonte de comprensión y si responde al análisis auténtico de nuestro tiempo.


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