Fédry, Jacques: Decidir según Dios. El método de Ignacio de Loyola. Mensajero-Sal Terrae, Bilbao-Santander, 2012. 176 páginas. Comentario realizado por Abel Toraño.
El P. Jacques Fédry acumula una rica experiencia en la práctica de la espiritualidad ignaciana; tanto dando Ejercicios Espirituales y acompañando espiritualmente a personas y grupos, como reflexionando sapiencialmente sobre esta experiencia espiritual. El libro que ahora nos ofrece es fruto de esta reflexión seria, madura y pedagógicamente acertada en su presentación.
El libro parte de una convicción: «la decisión se encuentra en el centro de la vida de Ignacio» (p. 9). Esta decisión no sería un acontecimiento puntual en la vida del santo de Loyola, sino que le acompañaría a lo largo de un itinerario vital de conversión y búsqueda de la voluntad de Dios. Esta búsqueda se da de un modo especial durante su etapa de estudios. De ahí que este libro esté especialmente recomendado para estudiantes universitarios y para jóvenes en los inicios de su vida profesional.
La obra se divide en tres partes, siguiendo un esquema evolutivo que pretende desarrollarse desde las raíces de la experiencia de Ignacio hasta sus últimos frutos. Cada parte se divide en varios capítulos, con una explicación clara, directa, cuestionadora y muy bien articulada. Al final de cada uno de los capítulos, el autor dirige unas preguntas sencillas al lector para su reflexión personal, de modo que cada persona pueda aterrizar lo leído en lo concreto de su vida y de su itinerario espiritual.
La primera parte se centra en la biografía espiritual de Ignacio de Loyola, presentándonos al santo como una persona que va aprendiendo a elegir lo que Dios quiere. Los tres capítulos de esta parte desarrollan el itinerario de conversión de Íñigo de Loyola, las decisiones que va tomando en su larga etapa de estudiante (Barcelona, Alcalá, Salamanca, París) y el encuentro con compañeros como el lugar humano en el que cuaja la vocación propia. Resultan muy sugerentes las etapas que J. Fédry presenta como itinerario de la vida del peregrino, así como algunas de las decisiones importantes que el santo vasco tomará durante su vida de estudiante y las cuatro fases de estas decisiones. La búsqueda de alguien que pudiera ayudarle en este proceso es una constante en la vida de Ignacio: «cuando se está bloqueado, saber ir a pedir consejo, y remitirse al juicio de otro, en particular de una autoridad» (p. 43).
La segunda parte constituye el cuerpo central del libro. En doce capítulos, el P. Fédry va desgranando el proceso para una «sana y buena elección»; un proceso pedagógico en el que la persona se va conociendo a sí misma, sus afecciones, y va reconociendo el lenguaje con el que Dios se acerca a su vida. Esta parte se divide en tres secciones: condiciones para la toma de decisiones (1-6), medios (7-11) y frutos (12).
El proceso de elección comienza dotando a la persona de la capacidad suficiente para tomar decisiones en su vida, saliendo de la indecisión, que es fruto de no querer renunciar a nada, de no querer afrontar las incomodidades que conlleva tal o cual determinación, o de estar anclado en las propias afecciones desordenadas (cap. 1). Pero las decisiones verdaderas no son fruto del voluntarismo, sino que responden a un deseo profundo que moviliza la propia voluntad. Es el encuentro con ese «tesoro oculto» lo que llena de gozo a la persona y la impele a tomar decisiones importantes (cap. 2). Los cuatro siguientes capítulos (3-6) presentan las condiciones para una verdadera libertad que nos ayude a decidir según Dios. Debemos conocer nuestros posibles engaños, tentaciones y coartadas para que nuestra disponibilidad sea auténtica y nuestras decisiones no se dejen arrastrar tras mociones que no vienen de Dios, aun cuando lo parezcan; ni sean fruto de nuestros estados de ánimo, especialmente cuando nos encontramos confusos.
Los capítulos 7-11 recorren los medios más adecuados para la elección. El sujeto que elige debe buscar los medios que más le ayuden a escoger «el mayor servicio divino». Se trata de huir de la dispersión, para centrarse en lo más importante. Para ello es necesario buscar tiempos de pausa, buscando que las decisiones se funden en la oración (caps. 7-8). La oración cristiana nos invitará a relacionar los acontecimientos de nuestra vida desde un sentido profundo (cap. 9) y con una fuerte pertenencia eclesial (cap. 10). Finalmente, una elección «sana y buena» ahondará en la persona dos confianzas básicas: la confianza radical en Dios y, a la vez, la confianza en las propias posibilidades, pues es el mismo Dios quien nos ha dado la capacidad de actuar (cap. 11).
El último capítulo (cap. 12) invita al lector a concretar en su vida el momento de este itinerario en el que se encuentra. Pero el libro no finaliza aquí. Tras una conclusión que resume las doce etapas del itinerario expuesto, J. Fédry nos ofrece cuatro anexos con textos de François Varillon, Thomas Green, Marie-Luce Brun, Laurent Falque y Bernard Bougon. Si de lenguaje musical se tratara, hablaríamos de variaciones sobre el mismo tema: cuatro modos o articulaciones de la toma de decisiones según Dios.
Sin duda, este libro es muy aconsejable para jóvenes que, por su misma edad y realidad, están en tiempo de elección. Sé de algunos grupos de estas edades que ya están utilizando este libro y les está resultando de gran ayuda. Fundado en su experiencia y en mi propia lectura, considero esta obra muy recomendable.
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