viernes, 30 de abril de 2021

Raúl Santiago y Jon Bergmann: Aprender al revés. Por José Fernando Juan Santos

Santiago, Raúl y Bergmann, Jon: Aprender al revés. Flipped learning 3.0 y metodologías activas en el aula. Paidós, Barcelona 2018, 237 páginas. Prólogo de Eric Mazur. Comentario realizado por José Fernando Juan Santos.

Un libro muy interesante para educadores, tanto si ya practican flipped learning como si se cuestionan por la situación actual del aprendizaje. En él se encontrará, de la mano del creador de esta metodología y de otro experto en la materia, con cuestiones esenciales para el cambio de paradigma de la escuela y la universidad en la era digital. La idea básica es invertir, aunque no simplemente. Si el modelo antiguo de enseñanza-aprendizaje considera al alumno pasivo en el aula y activo en su aprendizaje fuera de ella, cuando el profesor ya no está acompañando, la propuesta del flipped learning busca mayor actividad del alumno en todos los ámbitos, pero muy especialmente allí donde el profesor puede servir de guía y acompañamiento. El punto de partida no es cambiar las explicaciones para casa grabando vídeos y las actividades en el aula, sino potenciar la implicación del alumno en todos los contextos de aprendizaje, generando una nueva dinámica que, de algún modo, invierta la tendencia pasiva y la construcción poco significativa del progreso del alumno. La clave es, por lo tanto, más que la inversión, la acción. En esto estarán de acuerdo todos los docentes, incluso muchos de los discentes.

Concretando, el libro está desarrollado en diez capítulos de extensión equilibrada, pero podríamos reducirlo en dos grandes bloques. El primero cuestiona la situación actual y empatiza muy bien tanto con lo que un profesor común vive en el aula como con las preguntas esenciales que surgen en estos tiempos. De seguir así, muchas clases (y profesores) podrán ser sustituidos por plataformas digitales que viertan contenidos con precisión y claridad, con las que el alumno pueda interaccionar de diversa forma. Lo que no podrá ser reemplazado será la sutil compañía de un maestro en toda esta acción formativa. De ahí que la segunda parte proponga, consolidando sus afirmaciones en estudios de gran calado y en resultados apabullantes, flipped classroom como una práctica docente aliada con las nuevas tecnologías y muy versátil, transformando las sesiones de clase en verdaderos espacios de aprendizaje. E intenta hablar en su concreción tanto para aquellos que han empezado como para quienes se lo plantean. Me pregunto, al terminar el libro, si todo cabe ser aprendido de este modo, si esto supera la práctica de aquel profesor que mandaba lecturas para casa y al día siguiente las comentaba en clase. Creo, sinceramente, que sí.


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