Luciani, Rafael y Compte, Mª Teresa (coords.): En camino hacia una Iglesia sinodal. De Pablo VI a Francisco. PPC, Madrid, 2020. 405 páginas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Anteriormente, el 9 de noviembre de 2013, en la eucaristía que celebraba en Santa Marta, decía: "La Iglesia siempre tiene necesidad de renovarse, porque sus miembros son pecadores y necesitan de conversión".
Días después, en la Evangelii gaudium, Francisco citaba a Pablo VI para explicar el vínculo de este nuevo proceso de reforma eclesiales con el espíritu y la letra del Vaticano II: "Pablo VI invitó a ampliar el llamado a la renovación para expresar con fuerza que no se dirige solo a los individuos aislados, sino a la Iglesia entera [...]. El Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una permanente reforma [...]. Cristo llama a la Iglesia peregrinante hacia una perenne reforma" (EG 26).
Este es el espíritu que impregna el libro que hoy os quiero presentar. El Papa Francisco lo tiene claro: "Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra 'sínodo'. Caminar juntos -laicos, pastores, obispo de Roma". Poniendo el foco en la participación del sacerdocio común propio de todo bautizado, se trata de hacer un recorrido juntos, de manera que todos podamos colaborar en el proceso de discernimiento necesario para escudriñar por dónde sopla el Espíritu y a dónde conduce la barca de Pedro.
Justamente, dice Rafael Luciani en la introducción del libro, "con el fin de discernir este nuevo proceso de reformas marcadas por la sinodalidad, el Grupo Iberoamericano de Teología y la Fundación Pablo VI han querido convocar a un encuentro de reflexión teológica entre profesores de eclesiología y derecho canónico de América Latina, España e Italia. Como fruto de dicho encuentro, celebrado en Madrid, nace esta publicación que ofrece las ponencias que se presentaron y permitieron generar el diálogo que nos animó del 28 al 30 de abril de 2019".
Uno de los puntos comunes que se puede apreciar a lo largo de todas las ponencias presentes en esta obra es que este proceso de 'sinodalidad' de la Iglesia, que por otra parte es inherente a su ser como Iglesia, no está exento de obstáculos y dificultades. Precisamente por este motivo, y no perdiendo de vista en ningún momento el documento elaborado por la Comisión Teológica Internacional en 2018, llamado La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, todos los artículos que configuran el libro se pueden agrupar en tres grandes bloques. Son los siguientes:
La sinodalidad desde Pablo VI a Francisco:
- "Sinodalidad. De Apostolica sollicitudo a Episcopalis Communio", por Dario Vitali;
- "¿Una nueva fase en la recepción del Concilio?", por Santiago Madrigal;
- "El Concilio Plenario de Venezuela, una buena experiencia sinodal", por Mons. Raúl Biord Castillo.
Sinodalidad y reforma:
- "La figura sinodal de la Iglesia según la Comisión Teológica Internacional", por Carlos María Galli;
- "Aportes a la sinodalidad desde una teología del pueblo de Dios", por Joan Planellas Barnosell;
- "Reforma, conversión pastoral y sinodalidad. Un nuevo modo eclesial de proceder", por Rafael Luciani;
- "Estándares contemporáneos de buena gobernanza. Hacia una sinodalidad estructural", por Carlos Schikendantz;
- "Hacia una sinodalidad ecuménica", por Fernando Rodríguez Garrapucho;
- "Eclesiología ecuménica y sinodalidad: senderos y desafíos", por Sandra Arenas;
- "Ecumenismo en Europa", por José R. Villar.
Sinodalidad y sujetos en la Iglesia:
-" La sinodalidad en el ejercicio del poder", por Eloy Bueno de la Fuente;
- "Ministerialidad laical en una Iglesia sinodal", por Carmen Peña García;
- "Sinodalidad y carismas en la Iglesia", por Gabriel Richi Alberti;
- "Hablar de sinodalidad es hablar de mujeres", por Silvia Martínez Cano;
- "El rol de la mujer en la Iglesia. ¿Un contratestimonio?", por Alzirinha Souza.
El libro se cierra con unas palabras de clausura pronunciadas por Mons. Ginés García Beltrán, Obispo de Getafe (Madrid) y presidente de la Fundación Pablo VI. A modo de síntesis, Monseñor García Beltrán comparte algunas reflexiones acerca de la sinodalidad. Me parecen tan importantes, que las transcribo tal cual:
a.- La sinodalidad como forma y expresión de la reforma eclesial.
Hemos mirado la sinodalidad en el horizonte de la Iglesia como pueblo de Dios, porque la sinodalidad nace del pueblo de Dios, de su vocación.
La sinodalidad nos ofrece la oportunidad de vivir una verdadera reforma de la Iglesia, que es siempre volver a la fuente, al origen. Es volver a la forma primitiva.
La reforma [...] exige conversión, conversión personal, comunitaria, pastoral. La conversión debe afectar a la mentalidad y también a las estructuras o instituciones eclesiales. Es una conversión que ha de afectar a todos y a todo.
b.- La Iglesia es constitutivamente sinodal.
Se ha repetido la necesidad de pasar de la sinodalidad en la Iglesia a la sinodalidad de la Iglesia.
Una Iglesia toda sinodal, porque lo que afecta a todos deben tratarlo todos.
La sinodalidad supone y exige corresponsabilidad.
c.- La sinodalidad es la cara externa de la comunión.
En la base de la sinodalidad, en su esencia, está la comunión. Una Iglesia que es comunión y por eso es sinodal. Expresa la unidad/diversidad caminando juntos.
d.- El ejercicio de la sinodalidad.
La sinodalidad se ha de vivir, se ha de poner en práctica. Necesitamos instancias sinodales, estructuras que expresen la sinodalidad, bajo el principio de la subsidiariedad.
En la reflexión y en el ejercicio de la sinodalidad es fundamental la realidad de las iglesias particulares, un lugar privilegiado para vivir la sinodalidad.
Al mismo tiempo, el ejercicio sinodal nos invita a iniciar procesos, como nos recuerda el papa Francisco, porque el tiempo es superior al espacio.
Participar no es solo votar.
Como se ha dicho, es necesaria una tarea educativa sobre la sinodalidad.
e.- Muy unido al principio de la sinodalidad está el principio de autoridad.
Por ello, junto a sinodalidad hablamos de la colegialidad como una consecuencia de esta. Una Iglesia sinodal tiene también su expresión en la colegialidad,
Una autoridad entendida como servicio al pueblo de Dios.
Sujetos, estructuras, procesos, acontecimientos vistos y vividos desde la sinodalidad.
f.- Toda vocación es para la misión.
La sinodalidad es también para la misión. Es caminar en el mundo y junto al mundo, también con los alejados. Hemos de evitar el peligro de clericalizar la sinodalidad, convirtiéndola en un asunto que solo atañe al interior de la Iglesia. También en nuestra misión de diálogo ad extra hemos de mostrar y realizar la sinodalidad.
En definitiva, se trata de unir sinodalidad y evangelización.
g.- Para terminar, quiero citar palabras clave que han ido apareciendo en las intervenciones y en el diálogo a lo largo de estos días: escucha, diálogo, cuidar, acompañar, discernir. Palabras que expresan el itinerario necesario de una Iglesia sinodal.
Nada más que añadir por mi parte. Como ves, libro más que recomendable. Si no sabes lo que es la sinodalidad, te invito a que lo leas. Pero cuidado, en ocasiones se vuelve muy técnico, muy para teólogos. Espero que esto no sea un escollo insalvable para ti. Que lo disfrutes. Hasta la próxima.
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