viernes, 13 de enero de 2023

Santiago Madrigal. Conferencias episcopales para una Iglesia sinodal. Por Diego M. Molina

Madrigal, Santiago: Conferencias episcopales para una Iglesia sinodal. Sal Terrae, Santander, 2020. 224 páginas. Comentario realizado por Diego M. Molina.

En 2022 ha comenzado un sínodo, cuyo lema es: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. A partir de los acentos que el papa Francisco ha ido colocando durante su pontificado ha ido ganando fuerza el tema al que se dedica el presente libro: la sinodalidad entendida como «la específica forma de vivir y obrar de la Iglesia Pueblo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora» (Comisión teológica internacional: La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia, n.º 6). 

El profesor Santiago Madrigal ha dedicado varios estudios a temas relativos al Concilio Vaticano II, y podemos considerar este libro como una aportación en esa línea. 

El libro consta de tres partes, que ya habían sido publicadas con anterioridad como estudios independientes y que han sido adaptadas para esta publicación, y se añade un epílogo original y toma la realidad de las conferencias episcopales como prisma desde el que acercarse al tema de la sinodalidad.

La primera parte es un apunte histórico donde narra la formación de las conferencias episcopales en el marco del Vaticano II, de la mano del diario del obispo Jacinto Argaya. La segunda parte nos presenta el marco teológico de la sinodalidad, recuperando un trabajo anterior que no había aparecido en español hasta el momento, algo que hay que agradecer. La tercera parte, en fin, vuelve al tema de las conferencias episcopales y de su posible desarrollo en el futuro. 

Estamos ante un libro recomendable, cuya debilidad estriba en la génesis del mismo y que conduce a la repetición de ciertos temas (como es el caso al presentar los datos del concilio Vaticano II sobre las conferencias episcopales en las páginas 115ss y 153ss) y cuyo mayor valor, además del contenido siempre bien fundamentado por el autor, consiste en poner al alcance de los lectores trabajos que, de otra manera, habrían quedado ocultos. Es de destacar, por su interés, tanto el capítulo 8 dedicado al estatuto eclesiológico de las conferencias episcopales según el papa Francisco, como el epílogo donde se dan algunas pistas para que la sinodalidad se convierta en la manera de actuación normal de todo el pueblo de Dios. Sería deseable que este último tema se profundizase y desarrollase más, ya que la sinodalidad nos va a acompañar durante algún tiempo, ojalá sea mucho, en nuestra Iglesia. 


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