miércoles, 3 de enero de 2024

José María Fernández y Miguel Carmen (edit.): 365 días con Ignacio de Loyola. Por Manuel García Bonasa

Fernández, José María y Carmen, Miguel (edit.): 365 días con Ignacio de Loyola. San Pablo, Madrid, 2016. 305 páginas. Comentario realizado por Manuel García Bonasa.

La editorial San Pablo viene editando desde hace un tiempo la colección “365 días con”, que divulga textos de santos y escritores espirituales distribuidos en pequeños fragmentos asignados para cada día del año. Se trata de una manera sencilla y sugerente, pero cercana al público en general, de familiarizar con el lector cristiano. La colección ofrece textos de Agustín de Hipona, Juan de la Cruz o Carlos de Foucauld, por citar algunos de los autores que contiene. Van dirigidos –como el que ahora nos ocupa– tanto para aquellos que quieran saber más de la espiritualidad ignaciana como para quienes se acerquen a ella por primera vez. 

El libro que nos ocupa, dedicado al fundador de la Compañía de Jesús, recorre diversos textos del santo: Autobiografía, Ejercicios Espirituales y Cartas. Tal como decimos, se selecciona un fragmento aleatoriamente de cada una de estas fuentes para iluminar e inspirar uno de los 365 días del año. Con ello se ofrece la posibilidad al lector habitual de literatura espiritual de meditar, saborear y gustar la riqueza y la sabiduría de la espiritualidad ignaciana recogida en dichos textos. Los párrafos seleccionados para cada día pueden ser utilizados tanto desde la lectura espiritual del creyente como para su cotidiana oración personal. Es cierto, como se indica en la Introducción, que “se ha escrito mucho sobre san Ignacio de Loyola y por tanto no vamos a descubrir nada nuevo…”, pero sí conviene facilitar de un modo diferente, distinto y novedoso el acercamiento al santo a través de sus diversos textos. Y esto es importante. 

La presentación biográfica de san Ignacio nos permite entender el porqué y el sentido de los textos escogidos, como resultado de una experiencia vital, creyente y religiosa de un hombre de su tiempo que, consciente de la presencia de Dios en su existencia personal, se entregó al Señor. Cada obra de donde se extraen los diversos fragmentos que se ofrecen es también introducida brevemente. Se justifica así la utilización de los Ejercicios Espirituales y de la Autobiografía (que en el libro denominan El Peregrino) como textos “primeros”, especialmente el uso de los Ejercicios Espirituales durante el primer trimestre del año, porque implican “una unidad de proceso e itinerario que tiene como fin buscar y hallar la voluntad divina”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario