miércoles, 9 de abril de 2025

Monika Gruhl: El arte de rehacerse: la resiliencia. Por Mª Ángeles Gómez-Limón

Gruhl, Monika: El arte de rehacerse: la resiliencia. Sal Terrae, Santander, 2009. 192 páginas. Comentario realizado por Mª Ángeles Gómez-Limón.

«Guárdame de la ingenua fe en que todo ha de salir bien en la vida. Concédeme el sobrio conocimiento de que las dificultades, derrotas, fracasos y reveses son un natural añadido a la vida que nos hace crecer y madurar» (A. de Saint-Exupéry).

La primera de la sugerente serie de citas de personalidades que Monika Gruhl va intercalando en el texto nos sirve para crear el clima de acogida a esta publicación y señalar el ámbito en que se mueve su reflexión. La autora, nacida en 1953, es formadora, asesora personal y de equipos profesionales, instructora y mediadora. Sus áreas principales de trabajo son la comunicación, la gestión de conflictos, el desarrollo de equipos, la formación para el liderazgo, el crecimiento personal y la salud. La editorial Sal Terrae ha publicado su libro El enneagrama: estrategias para el propio desarrollo. 

Ante la pregunta de por qué hay personas que superan grandes crisis y salen fortalecidas de ellas y, además, consiguen afrontar con serenidad el estrés cotidiano, la autora afirma que disponen de una fuerza fundamental en la vida: la resiliencia, una energía emocional que les/nos sostiene durante las crisis y desarrolla capacidades prácticas a las que también podemos recurrir cuando nos enfrentamos con los retos diarios. A través de informaciones básicas, numerosas sugerencias, ideas y ejemplos prácticos, el presente libro busca constituirse en una ayuda para la vida cotidiana, con sus pequeñas y grandes crisis. Gruhl parte de la base de que las dificultades y los sufrimientos forman parte de la vida en la misma medida que los éxitos y las alegrías. De ahí que propugne que, en vez de querer eludirlos a cualquier precio, sea mejor aprender a afrontarlos y a recuperarse de ellos. Para ello se requiere activar la capacidad de «resistir», de no hundirse ante problemas que parecen superarnos, de la «resiliencia», de aprovechar la posibilidad de crecimiento inherente a toda dificultad. 

La autora comienza (La resiliencia: una fuerza fundamental en la vida) definiendo qué es la resiliencia, para qué se necesita, cómo funciona y cuál es su –necesario– significado en la vida. A continuación (La resiliencia: una concepción sistemática de atributos y capacidades), indica que el optimismo, la aceptación y la búsqueda de soluciones son las actitudes estructurantes de este «arte» y establece cuatro capacidades a cultivar: Autorregularse; Asumir la responsabilidad; Estructurar las relaciones; Configurar el futuro. El capítulo tercero (La resiliencia: un proceso continuado) busca poner de manifiesto su carácter dinámico y continuado, pues la vida es un continuo sucederse de dificultades y «crisis». El siguiente epígrafe (Controlar la propia vida: campos de práctica en el día a día) es el más extenso, y en él, fiel al objetivo de la obra, la autora busca ofrecer variados criterios y recursos para hacer frente a las adversidades diarias. Para ello sugiere caminos hacia un mayor optimismo; hacia una mayor aceptación de sí mismo y de la realidad; hacia la búsqueda de soluciones; hacia el autocontrol, en orden a asumir la responsabilidad sin el fácil recurso al victimismo; hacia una acertada configuración de la red de relaciones y de orientación de metas adecuadas. Finaliza la obra con una Conclusión y un sugerente Modelo interior de la persona capaz de rehacerse, esto es, resiliente, que invita a pensar más profundamente en qué tipo de persona se tiene en el pensamiento y cómo se conciben sus dinamismos de transformación. Una selección bibliográfica sobre el tema cierra el volumen. 

Interesante, motivador, de lectura fluida y, en buena parte, digno de consideración para la vida práctica, El arte de rehacerse propone una actitud constructiva ante la vida y sugiere otro modo de mirar los conflictos, a fin de que estos se conviertan más en caminos de crecimiento que en impedimentos. Con todo, como es sabido, sugerir no es suficiente; «dar nombre» no basta a la hora de cambiar la lectura de cuanto hace costosa la existencia. Y de esto adolecen con frecuencia estas páginas. Inserta en la corriente de los «libros de autoayuda», de psicología de divulgación, cuya profusión dice mucho de la humanidad occidental del siglo veintiuno, la presente obra, ofreciendo reflexiones interesantes y haciendo caer en la cuenta de que muchas veces los problemas, en el fondo, son invenciones personales, trata a veces la problemática humana con una rapidez que deriva en ligereza y no tiene suficientemente en cuenta toda esa serie de factores que, como es sabido, inciden –y de manera compleja– en el modo de estar en la vida y encajar lo que ésta nos depara. 


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