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martes, 27 de diciembre de 2022

Alfredo Verdoy y Henar Pizarro: La Restauración de la Compañía de Jesús en España (1815-1835). Por Javier Burrieza

Verdoy, Alfredo y Pizarro, Henar (eds.): La Restauración de la Compañía de Jesús en España (1815-1835). Mensajero-Sal Terrae-UPCo, Bilbao-Santander-Madrid, 2020. 463 páginas. Comentario realizado por Javier Burrieza Sánchez.

Coordinado por los profesores Alfredo Verdoy (director del Archivo de España de la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares) y Henar Pizarro (de la Universidad Pontificia Comillas), este libro coral estudia una de las épocas más interesantes y menos habituales de la trayectoria histórica de los jesuitas en España: la Restauración que tuvo lugar a partir de 1814-1815, durante el reinado de Fernando VII y en plena restauración también (y valga la redundancia) del absolutismo, salvo en el paréntesis del Trienio Liberal (1820-1823).

No podemos olvidar que la Compañía ha tenido, a lo largo de los siglos, una trayectoria muy dilatada y probada de historiadores para glosar sus acontecimientos como pone de manifiesto Manuel Revuelta, en uno de los capítulos de este libro donde estudia la “Historiografía de la Compañía de Jesús restaurada en España (1815-2017)”. Páginas, en este caso, que son todo un homenaje al que es el historiador jesuita más destacado de las últimas décadas en España, fallecido en julio de 2019 y que cuenta, en este libro, con otro capítulo dedicado a las “glorias de la Compañía restaurada: la difusión del mito jesuítico en España”. Pensemos, y en este libro se refleja muy bien, en la etapa anterior, previa a esta Restauración, que no solo se produce en España tras la Guerra de la

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Pedro Miguel Lamet: El Tercer Rey. Por Henar Pizarro Llorente

Lamet, Pedro Miguel: El Tercer Rey. Cardenal Cisneros. Un genio político en la España de los Reyes Católicos. La Esfera de los Libros, Madrid, 2017. 344 páginas. Comentario realizado por Henar Pizarro Llorente (Departamento de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia Comillas, Madrid).

Esta novela histórica realiza el acercamiento a la biografía de una figura tan polifacética como Jiménez de Cisneros desde una clara perspectiva política, como el propio autor especifica al final de su obra. Desde el inicio, el lector se ve imbuido en un torbellino narrativo que no da oportunidad a la pérdida del interés o a la monotonía. No cabe duda de que Cisneros fue un hombre a caballo entre dos épocas históricas. Esta cuestión constituye uno de los ejes más atractivos del libro, y que conviene resaltar respecto de otras cuestiones igualmente significativas. Asistió a acontecimientos prodigiosos que cambiaron la concepción del mundo en sí misma y que dejaron profunda huella en el devenir de la Historia. Tuvo el enorme acierto de evolucionar con versatilidad, lo que no siempre es fácil cuando se está inmerso en el cambio de paradigma. La mutación es nítida desde la perspectiva histórica, que nos permite el análisis de los factores que determinaron la transformación. El valor de hombres como Cisneros, con sus luces y sus sombras, fue percibir la línea que unía las dos realidades, situarse a caballo entre ellas y proyectarse en aquella que nacía a la par que el nuevo siglo. Las muestras de esta capacidad fueron muchas, puesto que, como nos dice el autor «nada en su vida avanzó en línea recta» (p. 21). Esta capacidad fue compartida solo por algunos de sus contemporáneos. Sin duda, uno de ellos fue el mentor y protector de Cisneros, Pedro González de Mendoza. Su estela fue seguida por el mismo en diversos aspectos, como el gusto por el olor a pólvora, que enlazaba con la tradicional idea de Cruzada y lucha contra el infiel tan arraigada en Castilla, y, sobre todo, en la labor de mecenazgo. Como es sabido, su gran sueño se concretó en la fundación de la Universidad de Alcalá (p. 160), que se convirtió en el humus que dio lugar a uno de los periodos más fecundos en el ámbito de la espiritualidad y del humanismo cristiano. Allí, se nos narra en el libro, acudió Antonio de Nebrija, tratando de encontrar un refugio ante el rigor del “fernandino” Diego Deza al frente de la Inquisición, y dejó constancia de su visión del proyecto de la Políglota. Allí trabajó el impresor Brocar para difundir el conocimiento de la espiritualidad y del humanismo que llegaban de Italia y del Norte de Europa.