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miércoles, 11 de septiembre de 2024

Luis Guillermo Alonso: El colgado. Por Mª Dolores López Guzmán

Alonso, Luis Guillermo: El colgado. Sal Terrae, Santander, 2010. 120 páginas. Comentario realizado por Mª Dolores López Guzmán. 

El impresionante Cristo de Prieto Coussent, que tantas suspicacias levantó en el sector eclesiástico de la posguerra y que, sin embargo, alcanzó el reconocimiento internacional como una de las piezas clave del arte religioso del siglo XX, condensa en una imagen (al igual que el título lo hace en una palabra) el tema central de este poemario que el jesuita Luis Guillermo Alonso ofrece para la contemplación –con los ojos, los oídos y el corazón– del instante que compendia la vida del Señor: su Pasión, donde se nos aparece, en palabras del autor, «Dios en suspenso». 

Gil Tovar dijo del estilo del pintor gallego –Benito P. Coussent– que era «clásico y moderno» al mismo tiempo, una cualidad que comparte la poesía de Luis Guillermo Alonso, caracterizada por la concentración del pensamiento en ideas breves, como flashes, e imágenes sorprendentes, y por el gusto por el intimismo y la búsqueda de lo esencial. De alguna forma, el lector es invitado en cada verso a participar del mundo interior de un poeta perplejo ante la visión de un Dios Crucificado que, como «la mayoría de los crucificados / no mira al cielo». Una violenta contradicción que seduce e interpela. Por eso sus poemas estarán llenos de preguntas y sensaciones contradictorias que dejan traslucir una honda emoción

viernes, 17 de marzo de 2023

León Felipe: Poesías completas - Textos

Felipe, León: Poesías completas. Visor, Madrid, 2019. 1360 páginas. Edición de José Paulino.

León Felipe (Tábara, Zamora, 1884 - México, 1968). Hijo de un notario, vivió en distintas ciudades, hasta que la familia, en 1893, se instaló en Santander. Farmacéutico en Santander y varios pueblos, trabaja como actor profesional en compañías que recorrían España, y fue encarcelado por deudas. Entra en contacto con el grupo de la revista España, donde publica sus primeros poemas.

En 1920 apareció Versos y oraciones del caminante, que anuncia su voz personal, alejada de las tendencias poéticas del momento. Volvió a su vida itinerante y, tras una estancia en Guinea, marchó a México y luego a Estados Unidos, donde estudió en la Universidad de Columbia y, más tarde, da clases en distintas universidades. Publica allí el segundo libro de Versos y oraciones del caminante (1930), y tradujo a Waldo Frank y W. Whitman, autor que, junto con la Biblia, va a tener una influencia determinante sobre su poesía, tanto en la forma como en el aire profético y denostador.

Al estallar la guerra civil española se encuentra en Panamá, país al que dirige su poema Good by Panama tras regresar a España. Aquí publica y lee en varios recitales su poema La insignia (1973), canto a la lucha y a la unidad de los grupos

viernes, 10 de marzo de 2023

José María Rodríguez Olaizola: Cuando llegas. Textos

Rodríguez Olaizola, José María: Cuando llegas. Mensajero, Bilbao, 2021. 517 páginas. 

No recuerdo cuándo comencé a escribir poesía. Ni siquiera tengo claro que esto que hago ahora lo sea. Es una mezcla de canción, poema y plegaria. Es una forma de contar, con brevedad, las batallas de dentro y algunas de fuera. De describir algunas de las dinámicas que veo alrededor.

Quizá es que hay vivencias que son muy universales, y no siempre somos conscientes de que todo eso que nos ocurre a nosotros les ocurre también, con infinidad de matices personales, a los demás. Soledades, brumas, expectativas, júbilo, sorpresas, decepciones, anhelos... ¿Quién no pasa por algo así?

No es dar, sino darse
No es dar, sino darse,
el camino.
Vaciarse en palabras,
silencios,
preguntas...
Escribir historias
con versos honestos.

viernes, 21 de octubre de 2022

José Sáez Cedenilla: Palabras en circunstancia (1959-2020). Por María Luisa Regueiro

Sáez Cedenilla, José: Palabras en circunstancia (1959- 2020).  Síntesis, Madrid, 2012. 190 páginas. Edición, prólogo y epílogo de Daniel Sáez Rivera. Comentario realizado por María Luisa Regueiro Rodríguez (Universidad Complutense de Madrid).

En ocasiones un libro puede sorprendernos más allá de la propia palabra, del propio texto, por el desvelamiento de una circunstancia inesperada: la irrupción de una voz poética y de la memoria que, siempre fértil, fue creciendo en silencio a lo largo de toda una vida. Este es el caso de esta breve pero deliciosa muestra de poemas y de prosa evocadora que salen a la luz con motivo de la muerte de su autor y gracias a la edición, cuidadosa y motivada por el afecto, de su hijo, Daniel Sáez, responsable de la semblanza evocadora con la que se abre el texto. De las pequeñas circunstancias de la vida, la inspiración genera bellos versos y profundas reflexiones, como manifiesta su editor, “la palabra de mi padre en circunstancia entre 1959, de cuando datan sus primeros escritos —con 18 años— que hemos podido localizar, y 2020, poco antes de su deceso al comienzo del año siguiente, nos cuenta no solo su historia personal entre esos años, sino también la de su familia ascendente y descendente, de su pueblo manchego (Socuéllamos, Ciudad Real) y la de su país (España), por cuyo devenir, especialmente político, estaba siempre tan interesado” (p. 14). 

Con el recurso del heterónimo José Félix de Vejezate, el autor se presenta como heredero de una amplia familia dedicada al trabajo en esa España rural que otrora muestra una vitalidad hoy en cierto modo desconocida: padre de Tobarra, madre de

miércoles, 11 de mayo de 2022

Jorge de Cascante (ed.): El libro de Gloria Fuertes. Por Jorge Sanz Barajas

Cascante, Jorge de (ed.): El libro de Gloria Fuertes. Antología de poemas y vida. Blackie Books, Barcelona, 2021. Edición y textos de Jorge de Cascante. 448 páginas. Comentario realizado por Jorge Sanz Barajas (Colaborador del Centro Pignatelli Área de Cultura, Zaragoza. E-mail: jsanzbarajas@gmail.com).

Desencadenando verdades: Anto(bio)logía de Gloria Fuertes

Gloria Fuertes cuenta que siempre fue una niña rara y la prueba es que nació a los dos días de edad, hija de un parto laborioso, que su madre la dejó demasiado temprano y tuvo que valerse por si misma. Dice que espabiló gracias a su ortografía y su buena o mala leche: un día escribió en el encerado del colegio de monjas que “los niños no vienen de París, sino de parir” y la echaron del aula. Para entonces ya había aprendido que las notas se ponen al revés, que los ceros son lo mejor y que sacar tres ceros es el colmo de la inteligencia. Fue criada, contable, taquígrafa, contadora de huevos, bibliotecaria, redactora de tebeos infantiles. Cuentan que su ortografía era singular y propia, que los correctores editoriales la daban por imposible porque los acentos nunca estaban en su sitio y las consonantes se empeñaban en cambiar de forma y hasta de sitio. Cuentan que quiso ir a la guerra para pararla, así que muy cuerda no debía estar. Ella insistía en que le costaba muchísimo trabajo parecer tan tonta y escribir tan mal, pero uno aprendió a tropezar en sus disparates porque era la mejor manera de caer de pie. Por eso, y para seguir cayendo de pie, agradezco tanto a Jorge de Cascante haber editado esta maravilla.

miércoles, 5 de enero de 2022

Piero Boitani: Diez lecciones sobre los clásicos. Por Javier Sánchez Villegas

Boitani, Piero: Diez lecciones sobre los clásicos. Alianza, Madrid, 2019. 301 páginas. Traducción de Pepa Linares de la Puerta. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Estas Diez lecciones sobre los clásicos provienen de una propuesta que el autor recibió en su día de la RSI, la Radiotelevisión Suiza en lengua italiana. Se trataba de realizar diez capítulos de treinta y cinco minutos cada uno sobre los clásicos, es decir, sobre los autores y las obras literarias de la Antigüedad clásica. Si alguien tiene curiosidad por ver los capítulos, además de leerse el libro que estamos presentando, puede acudir a la siguiente página web: http://rsi.ch/rete-due/programmi/cultura/laser/puntate. En esta página encontrará todos los capítulos de Piero Boitani y otros muchos tesoros literarios, históricos y artísticos.

Obviamente, el libro de Piero Boitani se divide en diez capítulos. Son los siguientes:

1. El poema de la fuerza y de la piedad: la Ilíada. No podía faltar. Es el clásico de los clásicos. El poema de la guerra. El poema que nos pone de manifiesto que es necesaria la muerte para que el hombre sea restituido a sí mismo y reconozca la belleza del otro hombre.

2. La novela del regreso: la Odisea. No habla de la guerra. Es el poema del regreso,

viernes, 26 de noviembre de 2021

Ósip Mandelstam: Antología poética. Por Fátima Uribarri

Mandelstam, Ósip: Antología poética. Alianza, Madrid, 2020. 359 páginas. Edición de Jesús García Gabaldón. Comentario realizado por Fátima Uribarri.

Sirva de homenaje este artículo a la memoria de Vitali Shentalinski. Dos años han pasado desde su muerte en extrañas circunstancias. Acababa de publicar La palabra arrestada, tras descubrir en los sótanos de la Lubianka, no solo las actas de los interrogatorios, las transcripciones de los juicios y la correspondencia intervenida a centenares de escritores represaliados por el régimen, sino una enorme cantidad de manuscritos que aún precisan orden y edición. Hablamos de Isaak Babel, Bulgakov, Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva, Vsélovod Meyerhold, Boris Pilniak, Nikolai Gumiliov o el propio Ossip Mandelstam, del que hoy nos ocupamos. 

La literatura rusa del siglo XX sigue en estado de orfandad y el gobierno ruso parece poco interesado en rehabilitarla. Fue Shentalinski quien puso al gran público tras la pista de Mandelstam hace treinta años en su libro De los archivos literarios de la KGB. Fue él quien habló por primera vez de aquella noche del 16 al 17 de mayo de 1934 en que los agentes del OGPU se presentaron en el apartamento 26 del n.º 5 de la calle Nashokin, en Moscú, donde vivían Ósip y Nadiezhda Mandelstam. Ella lo cuenta con crudeza en sus memorias Contra toda esperanza

viernes, 4 de junio de 2021

Lola Mascarell: Un vaso de agua. Por Víctor Herrero de Miguel

Mascarell, Lola: Un vaso de agua. Pre-Textos, Valencia, 2018. 68 páginas. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel (Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid).

En algún lugar de su Manual de Retórica Literaria, Heinrich Lausberg escribe que la unidad superior al poema es la vida. Llevo esta frase dentro desde que, siendo estudiante de Clásicas, descubrí en ella una vía perfecta para enlazar de nuevo aquello que de alguna forma siempre estuvo unido: la existencia y la palabra que la nombra. Ahora, mientras reposa en mis manos el poemario sobre el cual escribo, creo que la sentencia de Lausberg explica bien lo que siento: esa certidumbre de que un conjunto de poemas me ha llevado al umbral mismo de una vida.

El libro de Lola Mascarell (Valencia, 1979) nos sitúa en su título ante lo elemental (el agua) y el artificio mínimo para darle cauce (un vaso) y esa conjunción es ya poética. Nos sentimos cerca de Píndaro, de Francisco de Asís, de Altolaguirre y de los poetas que han celebrado el agua y, en ella, el sencillo misterio / que es a veces la vida. Estos versos, los últimos casi del poemario, nos dan la clave para la lectura del mismo, la manera de sostener, en ese vaso, la vida.

Protegido por la belleza cisterciense con que Pre-Textos convierte en materia táctil la poesía, Un vaso de agua es un objeto físico hermoso cuyo interior rezuma bondad. Ya el poema inaugural –una delicada meditación sobre la capacidad de convertir la

miércoles, 26 de mayo de 2021

Pedro Lecanda Jiménez-Alfaro: De Gravedad y Gracia. Por Víctor Herrero de Miguel

Lecanda Jiménez-Alfaro, Pedro: De Gravedad y Gracia. Ars Poetica, Oviedo, 2018. 118 páginas. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel (Cap Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid).

En el prólogo a Los Conjurados (1985), su último poemario, escrito un año antes de morir, Borges anota: «Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso. No hay poeta, por mediocre que sea, que no haya escrito el mejor verso de la literatura, pero también los más desdichados. La belleza no es privilegio de unos cuantos hombres ilustres. Sería muy raro que este libro, que abarca unas cuantas composiciones, no atesorara una sola línea secreta, digna de acompañarte hasta el fin».

Pienso que, si lo que el sabio argentino dice es verdad, abrir un libro de poemas y sumergirse en su lectura es una de las aventuras más osadas de cuantas se puedan emprender, pues su fruto (una línea secreta que nos acompañe hasta el fin) tiene mucho de recompensa heroica. Así, sostenido por las palabras del viejo poeta, me adentro en la primera obra de un poeta joven, Pedro Lecanda Jiménez-Alfaro (Madrid, 1996), titulada De gravedad y gracia, y que la editorial Ars Poetica, en su colección Ars Nova, generosa y bellamente nos regala. 

Los poemas vienen precedidos de una presentación en la que Ilia Galán ofrece su

jueves, 15 de abril de 2021

Víctor Herrero de Miguel: Carne escrita en la roca. Por Ianire Angulo Ordorika

Herrero de Miguel, Víctor: Carne escrita en la roca. La poética implícita del libro de Job. Verbo Divino, Estella, 2018. 574 páginas. Comentario realizado por Ianire Angulo Ordorika (Facultad de Teología de Granada).

Es sabido que la Biblia es literatura y que, aun tratándose de Palabra de Dios para los creyentes, se expresa con la mediación de palabras muy humanas. A lo largo de los siglos las personas se han reconocido dichas en lo más inefable de sus vidas a través de la Escritura. La tesis doctoral de Víctor Herrero de Miguel nos vuelve a hacer caer en la cuenta de esta condición artística que ostenta la Biblia, pues nos sitúa en la órbita de la poética para acercarnos al libro de Job. 

Lo más relevante en un texto, también el bíblico, no son solo las ideas que se pretenden transmitir. Este riguroso estudio evidencia que no resulta aséptico el modo en que el contenido se vehicula y adquiere cuerpo en las palabras. Si bien el mensaje para ser comunicado requiere una forma, esta influye también en el mensaje que se transmite. El qué y el cómo de lo expresado mantienen un vínculo tan estrecho que resulta complicado percibirlo de manera separada. Por eso la poesía no es una mera cuestión estética, sino que imprime en el texto bíblico matices teológicos. 

La pretensión que alberga este libro es extraer la poética que subyace bajo los poemas en los que habla Job. Se trata, por tanto, de percibir qué dicen y cómo

martes, 6 de abril de 2021

Carlos Blanco: Canto a lo desconocido. Por Víctor Herrero de Miguel

Blanco, Carlos: Canto a lo desconocido. Ars Poetica, Oviedo, 2017. 100 páginas. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel (Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid).

Leer poesía un sábado por la mañana –una mañana de primavera que parece recién dibujada por un ángel– predispone a la mirada para captar todo el bien que ofrece el mundo. Si el poemario, además, es la obra de alguien bueno, que acoge la bondad, la reparte y la celebra, los ojos que leen se sienten como una copa que una mano generosa ha llenado de buen vino. La de Carlos Blanco (Madrid, 1986) es una mano que, tras haber acariciado muchas ramas del saber –la filosofía, la historia, la egiptología, la química o la teología–, se posa ahora en la poesía demostrando que también ella es una forma del conocimiento. Lo cierto es que es algo que durante muchos siglos habíamos sabido y que, tristemente, hemos olvidado: que los poetas –nombrándola– nos explican la realidad.

Canto a lo desconocido consta de veintiséis poemas en los que la palabra se adentra en el misterio. En el primero de ellos –un extenso himno a la sucesión de la claridad y de las sombras y a sus respectivos poderes– leemos: 

¡Qué dulce el sentimiento que vincula 
lo que parecía contradictorio!
¿No es divino ansiar

viernes, 12 de febrero de 2021

Anónimo: Poema de Fernán González. Por Javier Sánchez Villegas

Anónimo: Poema de Fernán González. Cátedra, Madrid, 2010 (original de 1250). 199 páginas. Edición de Juan Victorio. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Poco a poco seguimos adentrándonos en obras tremendamente significativas de la literatura medieval española. Ahora el turno es para el Poema de Fernán González, una obra que pertenece a la épica por su contenido y a la lírica culta del mester de clerecía y su cuaderna vía por su forma (para saber lo que es el mester de clerecía y la cuaderna vía, ver la reseña del Libro de Alexandre haciendo click aquí). 

"Cuando el Arlantino -dice Juan Victorio en la introducción- redactaba en pleno siglo XIII su Poema de Fernán González, hacía ya dos siglos y medio que el conde castellano había muerto. En ese largo espacio de tiempo, corría de boca en boca un Cantar juglaresco que contaba también ciertas hazañas de tan famoso personaje. Pero ese cantar, para nuestra desgracia, se ha perdido, siguiendo la suerte de otras muchas composiciones épico-juglarescas" (pág. 13).

El Arlantino, es decir, el monje del monasterio de San Pedro de Arlanza, es muy claro. Ese texto anterior existió. Y no tuvo ningún reparo en fijarse en él para convertirlo en el protagonista de la obra que estamos presentando. Es de todos conocido que era muy normal que los autores del mester de clerecía (que tenían una vis creativa algo limitada) copiaran o se limitaran a traducir obras latinas clásicas o medievales (este

lunes, 21 de diciembre de 2020

Anónimo: Libro de Apolonio. Por Javier Sánchez Villegas

Anónimo (1250): Libro de Apolonio. Madrid, Cátedra, 1992 (7ª edic. 2018). 305 páginas. Edición de Dolores Corbella. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

El Libro de Apolonio se conserva en la biblioteca de El Escorial. y fue escrito, casi con toda probabilidad, en el año 1250. Como es propio en la Edad Media, este libro se basa en otros textos que actúan como fuentes primarias. Así, Dolores Corbella (editora de esta edición del Libro de Apolonio de Cátedra) señala que la fuente primera puede ser un texto del siglo III que, a su vez, tuvo cinco ramificaciones: La Historia Apollonii Regis Tyri, la Gesta Apollonii Regis Tyri metrica, el Phanteon de Godofredo de Viterbo, la Gesta Romanorum y los Carmina Burana. Por otra parte, hay episodios del Libro de Apolonio que parecen sacados de otras obras clásicas importantes, como por ejemplo, la Odisea, las Efesíacas o la Eneida, entre otros. 

Sea como fuere, lo importante es que nos encontramos ante un texto que trata sobre la vida de Apolonio, rey de Tiro, el cual es descrito como un monarca medieval, como un héroe mítico, como un perfecto caballero. Aparece así, ante todos, como un verdadero modelo a imitar (algo muy típico en la Edad Media, y que ya vimos en el Libro de Alexandre -pinchar aquí-) e igualar con grandes y brillantes hechos. Apolonio "posee nobleza y magnanimidad, no es un hombre de armas, sino un hombre de letras" (pp. 40-41). Lo destacable de él no son sus hazañas en el campo de batalla (que también), sino su sapientia, su sabiduría.

miércoles, 28 de octubre de 2020

Anónimo: Libro de Alexandre. Por Javier Sánchez Villegas

Anónimo: Libro de Alexandre. Cátedra, Madrid, 1995 (2ª edición). 667 páginas. Edición de Jesús Cañas. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

Desde hace ya algún tiempo vengo fraguando la idea de leer Literatura de verdad, con mayúscula. Sí, ese tipo de libros en toda su variedad (prosa, lírica y teatro) que ha sido capaz de superar el filtro del tiempo. Me estoy refiriendo a los clásicos. Después de haber tenido la experiencia de leer a Homero y a Virgilio (que me han fascinado), me planteo si no merece la pena dejar tantas obras como pueblan las mesas de novedades de nuestras librerías y dedicarme por completo (el tiempo que me permite el resto de quehaceres) a los clásicos castellanos. De esta forma, y siguiendo cierto orden, aunque no seré estricto, comenzaré por la Edad Media para, poco a poco, ir avanzando en la historia de la Literatura hasta nuestros días.

El objetivo último es disfrutar de la buena literatura, no agobiarme ni marcar plazos de lectura. Por otra parte, yo no soy filólogo, y no es mi deseo el analizar las obras literarias como si fuera a presentar un trabajo de Bachillerato o de universidad. No. Las obras son lo que son (y algo habrá que decir en este sentido), pero siguen diciendo cosas a los lectores. Ahí me quiero situar yo.

lunes, 23 de marzo de 2020

Ernesto Cardenal: Poesía completa. Por Víctor Herrero de Miguel

Cardenal, Ernesto: Poesía completa. Trotta, Madrid, 2019. 1232 páginas. Edición y estudio preliminar de María Ángeles Pérez López. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel.

Cuando Dante, en el último canto de la Comedia, contempla el rayo de luz del Paraíso, escribe estos versos:

Nel suo profondo vidi che s’interna,
legato con amore in un volume,
ciò che per l’universo si squaderna.

Hay quien, en un ejercicio borgiano de lectura, ha querido identificar la visión del poeta toscano con el libro que él mismo escribe, como si ese códice cosido con amor fuese el propio poema de Dante, un mapa del universo tan detallado y extenso que coincide casi en sus dimensiones con las del universo mismo. La primera sensación que tuve al sostener en mis manos esta edición de la poesía completa de Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) fue la de tener ante mí, encuadernada en tapa dura, una inmensa porción del cosmos, una miríada de galaxias enhebradas con amor. Después, y celebrando un rito que en ocasiones cumplo cuando me acerco a un poemario, leí las primeras y las últimas líneas de la obra y certifiqué, gozoso, el tránsito de la intuición a la certeza. El primer nombre que aparece en el libro es el de Claudia, la destinataria adolescente de

miércoles, 29 de enero de 2020

Antonio López Baeza: Poemas para la UTOPÍA - Textos


López Baeza, Antonio: Poemas para la UTOPÍA. Sal Terrae, Santander, 1984. 158 páginas.

Hay libros que no envejecen. Hay libros que ganan con el tiempo. Esto es lo que le pasa a Poemas para la UTOPÍA. Con casi 40 años de existencia desde que salió su primera edición, esta colección de poemas -compuesta al hilo de los salmos- sigue estando vigente. ¿Quién no sueña hoy también con un mundo mejor para todos? ¿Quién ha renunciado a las posibilidades que nos ofrece la vida cada día para hacer de este mundo un lugar más habitable? ¿Quién, a estas alturas de la vida, sigue creyendo que el mundo está en nuestras manos de una forma absoluta y que nuestras vidas nos pertenecen por completo?

Antonio López Baeza, sacerdote de la diócesis de Cartagena, murió hace un año, el 19 de enero de 2019. Dejó escritas muchas obras de espiritualidad, en las que manifiesta una hondura espiritual y una sensibilidad extraordinarias. Yo no lo conocí personalmente, pero me reconozco deudor de su obra. Sin ella, muchos jóvenes (hoy no tan jóvenes) no hubiéramos sido los mismos. ¡Hemos aprendido tanto de él! ¡Hemos llenado tantas horas de celebraciones y de oración con sus textos! Sirva este comentario como homenaje, un año después de su muerte.

Teniendo como telón de fondo el salmo 22, el autor nos regala este poema. No ha perdido actualidad.

viernes, 22 de noviembre de 2019

Miguel de Santiago: Contemplar para orar con la naturaleza. Por Javier Sánchez Villegas

Santiago, Miguel de: Contemplar para orar con la naturaleza. Tierra, agua, aire y fuego. PPC, Madrid, 2019. 160 páginas. Colección "Manuales de Oración" 10. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.

¿Habla Dios a través de la naturaleza? ¿Y a través de la belleza? ¿Puede ser la poesía la expresión del misterio inherente a la vida creada por Dios? Estas son preguntas serias, graves, profundas, que nos llevan a una concepción de la vida amplia, serena, universal. Es la visión de San Francisco de Asís, o la misma del Papa Francisco, que continuamente nos está exhortando para que no abandonemos lo que podríamos llamar el centro vital de la vida de Jesús.

Miguel de Santiago, sacerdote y poeta (palabras que, en algún sentido, son sinónimas) está convencido de que a través del arte, en concreto de la poesía, y de la contemplación de la naturaleza, el hombre puede llegar a acceder a Dios. La naturaleza, manifestada en sus cuatro elementos fundamentales clásicos: tierra, agua, aire y fuego, nos muestra su esencia y nos da las claves para captarlas. En este sentido, es decisiva la poesía, pues consigue llegar y expresar lo más auténtico que hay en la realidad, pero también en nosotros.

Entrando en los aspectos formales de esta obra, Herminio Otero, el editor, en la página 13, nos adelanta que cada doble página forma una unidad compuesta por un poema, una imagen relacionada con el poema, y un texto, por lo general un salmo u otra cita bíblica o un fragmento de la exhortación Laudato si' del Papa Francisco. La idea es que los tres elementos pueden ayudarnos a descubrir la creación como poema de Dios y a dejarnos invadir por el estupor ante la belleza del mundo y a convertir esa vivencia en contemplación y oración.

lunes, 8 de julio de 2019

José María Castellet: Nueve novísimos poetas españoles. Por Víctor Herrero de Miguel

Castellet, José María: Nueve novísimos poetas españoles. Península, Barcelona, 2018. 328 páginas. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel (Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid).


Cierro, casi cincuenta años después de que viera la luz por vez primera, la antología de Castellet y siento el imparable impulso de acudir a un texto mucho más antiguo: el Arte Poética que el poeta romano Horacio escribió a los hijos de un amigo para enseñarles a leer y escribir poesía. Tras las muchas palabras de los novísimos, necesito la serenidad del lenguaje de Horacio: su línea clara de factura simple orientada hacia el bien.

La lectura hoy de Nueve novísimos poetas españoles me parece ocasión de repasar no solo la historia de la literatura actual española (sus rumbos, sus aciertos y desatinos) sino los de la misma sociedad en la que tal literatura se gesta y –como un pequeño reflejo de esta– la propia historia personal: qué soñaba uno hace años y con qué poesía urdía la trama de esos sueños, y comprobar todo ese caudal a dónde ha ido. Siendo estas aventuras el material posible de una tesis doctoral o de un diario íntimo, es mejor ceñirse ahora a los límites de una reseña.

Es un acierto sin duda que la editorial Península incorpore a su colección Imprescindibles una obra de la que, más allá de los gustos, no podemos prescindir. Recordemos brevemente su historia. En 1970, precedidos por un estudio del antólogo y amputados por la censura, vieron la luz en Barral editores los poemas de nueve poetas, tres seniors (Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión y José María Álvarez) y seis, más jóvenes, que componen la coqueluche (Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero). Aupada por un eficiente aparato político y comercial, la obra se convirtió enseguida en objeto de culto y de polémica. La tesis fundamental –la irrupción de una nueva estética– y la vocación destructora hacia las estéticas precedentes fueron objeto de una recepción polarizada: desde el entusiasmo de quienes vieron en la voz de estos poetas la llave de una nueva libertad, hasta la crítica feroz de cuantos no apreciaron aquí sino el juego inmaduro de unos jóvenes arrogantes.

jueves, 24 de enero de 2019

Gloria Fuertes: Dios sabe hasta geometría. Por Santiago García Mourelo

Fuertes, Gloria: Dios sabe hasta geometría. Poemas de una mística en el suburbio. PPC, Madrid, 2018. 341 páginas. Comentario realizado por Santiago García Mourelo.

Como tantos literatos, Gloria Fuertes (1917-1998), poeta del barrio de Lavapiés (Madrid), no solo reflejó en su obra la común apertura a la trascendencia cotidiana, sino que ofreció un testimonio valioso, por su sinceridad y sencillez, de quien estaba siempre «en medio». Es decir, de Dios. Le debemos a Juan Carlos Rodríguez, periodista y crítico literario, haber recopilado en el volumen que recensionamos, los poemas de temática religiosa de quien fue una mística del suburbio. En muchas ocasiones habla de Dios, en otras de su Cristo, en otras le habla a Él, o a los dos, siempre en un trato de amistad, intimidad y confianza, propia de los niños de los evangelios. En otros poemas, dibuja sus reflexiones sobre la religión, sobre la Iglesia y sus miembros —santos y no tan santos—, sobre su fe y su manera de vivirla: encarnada, sufriente, despierta, sencilla, cotidiana, viva en las pequeñas cosas, lo que las hace hondas y sublimes. 

La cuidada edición de la editorial PPC recoge 209 poemas que se jalonan en las publicaciones de la autora desde 1950 hasta 2010, y van acompañados de garabatos, documentos y fotos de una vida entregada a cantar la belleza de la vida en todas sus formas, también las más tristes, desde la juventud hasta las puertas de la Vida. Si, como decía P. Valéry, «un poema nunca se acaba, solamente se le abandona», podemos decir que los poemas de Gloria viven y se prolongan en la eternidad de la Gloria, porque hay quien nos los abandona, ni aquí, ni Allí. En efecto, este sustancioso y sustancial poemario bien puede ayudar a quien quiera vivir de otra manera su fe, a avivarla en la sencillez de la rutina y en el espanto del dolor; a quien quiera ponerla ojos, y boca, y manos; a quien quiera rezar con la vida y vivir la oración. Por eso, la poeta de los niños, nada tiene de infantil, y sí de la genuina ingenuidad con que acoger el Evangelio. Por eso, también, la ofrenda de este poemario puede resucitar predicaciones —a veces tan muertas—, puede enriquecer momentos de reflexión o reuniones —tantas veces tan frías y ajenas, o tan centradas en nosotros mismos—; y no es cuestión de utilizarlo, como se utilizan cosas o, por desgracia, a personas, sino de sembrar sus poemas cual semillas en un campo que está a la espera de ser fecundado.

lunes, 26 de noviembre de 2018

María Antonia García de León: No hay señal. Por Víctor Herrero de Miguel

García de León, María Antonia: No hay señal. Sial Ediciones, Madrid, 2017. 126 páginas. Comentario realizado por Víctor Herrero de Miguel (Escuela Superior de Estudios Franciscanos, Madrid).

Cuando, hace poco más de un lustro, María Antonia García de León nos sorprendió con la publicación de su primer poemario (Poemas al ritmo de las estaciones, de los días y del amor), pudimos ver que tras la contrastada socióloga y la brillante ensayista habitaba una poeta verdadera. Se cumple en ella la profecía de Alfonso Canales (1923-2010) quien, en un poema bellísimo titulado Los años, sosteniendo su voz en un verso de Virgilio, escribe: 
“Feliz aquél que puede las causas de las cosas
adivinar temprano,
mas el que se retarda
adrede, no queriendo que nada se le esconda,
llega más lejos: día
tras día desenvuelve
un camino que otros ya encontrarán pisado
y transitable”. 

En este momento en que la instantaneidad de la comunicación tecnológica ha dejado de ser puente para convertirse en dique, se agradece que alguien haya esperado a la madurez más plena para decir las cosas importantes. No hay señal se abre con un verso que funciona a modo de emblema o de divisa —Soy un arquitecto in pectore— y que da pie a un poema en el que una referencia explícita (Montaigne) y una alusión vedada (Plotino) conducen a un mismo lugar: la edificación del yo real, el hallazgo de la propia esencia. Todo el poemario, una especie de confesiones poéticas, gravita en torno a esta composición inicial, alternándose en unos y otros poemas la presencia de lo público con lo que atañe a la intimidad: sobre ambas piedras se levanta la humanitas, ese concepto que engloba al ser humano íntegro, al individuo en todas sus relaciones concretas, magníficamente explicado por Ludwig Bieler: