Kerr, Philip: Una investigación filosófica. Anagrama, Barcelona, 2011 (edición original de 1992). Colección "Compactos" 231. 383 páginas. Traducción de Mauricio Bach. Comentario realizado por Javier Sánchez Villegas.
Hace ya bastante tiempo, allá por junio de 1996, entrando en un VIPS, me di de bruces con esta novela. No hace falta que explique demasiado qué me llamó la atención de ella. Efectivamente, la foto de Ludwig Wittgenstein manchada de sangre. De lejos, parecía como si se hubiera manchado el libro; pero, de cerca, cuando lo cogí en mis manos, me di cuenta de que simplemente era un truco de marketing para llamar la atención. Debo confesar que conmigo funcionó ese truco. Al principio pensé que se trataba de algún ensayo sobre el filósofo austriaco, pero algo no me encajaba. Anagrama es una editorial de primerísimo orden, pero en esta colección solamente publica novelas. Ergo esto tiene que ser una novela. Cuando leí la contraportada se me disiparon todas las dudas. Con estas, la compré y me fui corriendo a leerla. Debo confesar que yo por aquel entonces era profesor de filosofía, y que siempre estaba al tanto de todo lo que salía por si les podía venir bien a mis alumnos de cara al curso de COU (actual 2º de Bachillerato) y a la Selectividad. Y tengo que reconocer que, a partir de ese momento, he recomendado mucho esta novela, tanto a alumnos como a amigos. Más tarde entenderéis por qué, cuando os cuente su argumento.
De Philip Kerr, en aquel momento, no sabía nada, me era completamente desconocido. En la solapa del libro se dice de él que es un escocés nacido en Edimburgo en 1956. Estudió Derecho en Birmingham y posteriormente trabajó como publicitario y periodista. Tras el éxito que tuvo su novela Violetas de marzo (que se publicó en 1989), se ha dedicado en exclusiva a escribir. Su fama le precede. Toda su obra se puede dividir en tres partes: novelas infantiles (como, por ejemplo, El enigma de Akenatón), novelas policíacas de la serie Bernie Gunther (con esta serie se ha hecho muy famoso) y otras novelas, entre las cuales se encuentra la que estamos comentando. Si vais a cualquier librería, seguro que encontraréis muchas de sus obras, sobre todo las policíacas, editadas en su mayoría por RBA.
La acción de la novela se sitúa en Londres, en el año 2013 (por tanto, nos encontramos ante una novela futurista, si tenemos en cuenta que fue escrita en 1992). Un psicópata asesino en serie está llenando Londres de sangre. La inspectora jefe Jakowicz, que es la encargada de resolver el caso, descubre que el asesino se llama Wittgenstein y sus víctimas Darwin, Byron, Kant, Spinoza, Keats, Locke, Dickens, Bertrand Russell, Sócrates... Son nombres en clave, utilizados para preservar el anonimato, de personas fichadas en el Programa Lombroso, que el Gobierno ha puesto en marcha en fase experimental para tener controlados a todos los ciudadanos que potencialmente presentan una predisposición a cometer crímenes violentos (no entraremos en el debate ético de si este programa es moral o no). El hecho es que el individuo al que se le ha asignado el nombre de "Wittgenstein" resulta ser demasiado inteligente (logra meterse en el sistema informático del programa y acceder a las verdaderas identidades de las personas fichadas), estar demasiado loco (decide matar a esos potenciales asesinos en nombre del bien común) y ser demasiado lúcido. Tan es así, que manipula y pervierte la lógica de Wittgenstein, transformándola en una lógica criminal; convierte sus asesinatos en proposiciones filosóficas; reta y provoca a la policía mediante una parodia de El asesinato considerado como una de las bellas artes de Thomas de Quincey; y obliga a la inspectora a seguir sus reglas del juego, a cuestionarse su noción del bien y del mal, a admitir que la personalidad de un psicópata puede resultar fascinante... Todo esto ocurre hasta que la inspectora descubre su lógica y es capaz de adelantarse al asesino y, como consecuencia, lo atrapa. ¿Cómo lo hace? Sencillamente estudiando y analizando el pensamiento del Wittgenstein del Tractatus logico-philosophicus. Desde la primera proposición (El mundo es todo lo que acaece) hasta la última (De lo que no se puede hablar mejor es callarse), por la novela se hace un repaso al pensamiento de Wittgenstein en clave policíaca. Si a esto le añadimos que la acción es trepidante, nos encontramos con una novela muy atractiva que no puede dejar de leerse hasta que se llega al final.
Así pues, os recomiendo vivamente la lectura de esta novela. Los no versados en filosofía os encontraréis una historia futurista llena de acción, inteligente, en la que no habrá respiro. Los conocedores del pensamiento de Wittgenstein disfrutaréis al comprobar lo bien plasmada y lo práctica que puede llegar a ser la filosofía del austriaco. Casi uno llega a pensar que, para ser asesino en serie, hace falta mucha inteligencia. En cualquier caso, os recomiendo que no lleguéis a esos extremos. Son perjudiciales para la salud, tanto de los demás como de uno mismo.
Mis alumnos de filosofía se lo han pasado de lo lindo con este libro. Y encima les ha ayudado a sacar mejor nota en Selectividad. Yo no le puedo pedir más a la vida. Espero que lo disfrutes, aunque en tu horizonte vital próximo no se encuentre la opción de entrar en la universidad. Una vez más, pensamiento y literatura se dan la mano. ¿Alguna vez han dejado de hacerlo?
Philip Kerr |
Mis alumnos de filosofía se lo han pasado de lo lindo con este libro. Y encima les ha ayudado a sacar mejor nota en Selectividad. Yo no le puedo pedir más a la vida. Espero que lo disfrutes, aunque en tu horizonte vital próximo no se encuentre la opción de entrar en la universidad. Una vez más, pensamiento y literatura se dan la mano. ¿Alguna vez han dejado de hacerlo?
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