González Fabre, Raúl: Ética y economía. Desclée de Brouwer, Bilbao, 2005. 306 páginas. Comentario realizado por Fernando de la Iglesia Viguiristi.
Este título de la colección de «ética profesional», además de responder a la temática habitual, presenta una serie de reflexiones muy bien concatenadas, y libros sumamente valiosas alrededor de lo que constituye su tesis central: «la Economía sigue siendo una ciencia moral, como en los tiempos de Adam Smith y John Stuart Mill, y ello en contra de la pretensión de considerarla como una mera ciencia social que estudia el comportamiento humano al hallarse ante medios escasos que tienen usos alternativos cara a la consecución de sus fines, según la concepción de Robbins, que hace de la economía una ciencia libre de valores.
Centrándose en la teoría microeconómica convencional, pone de relieve su armazón lógico: los agentes son átomos que se enfrentan a alternativas entre bienes elegibles con unos esquemas de preferencias dadas y maximizan su utilidad desde sus restricciones presupuestarias, dotados de relevantes poderes cognitivos. Desde aquí se levanta el edificio del equilibrio general. En él no se modela el altruismo, pero con gran elegancia formal, matemática, se traza, en realidad, una figura moral, la del Hombre Económico, sin la cual no es posible resolver las ecuaciones y deducir los teoremas que constituyen la culminación teórica de la economía neoclásica.